Crítica de Ernani en el Queen Elizabeth Hall de Londres

Crítica de Ernani en el Queen Elizabeth Hall de Londres
Helena Dix

Ernani es para mí una de las mejores óperas de Verdi de la llamada época de galeras, aunque no goce de la popularidad de otras. Sin embargo, considero que su calidad es indudable y yo diría que pertenece al póker de las mejores óperas verdianas de la época, junto con Nabucco, Macbeth y Luisa Miller. Por excelente que sea la ópera, su popularidad no es comparable a las otras mencionadas, en lo que indudablemente influye en gran medida la gran dificultad vocal que encierra para sus intérpretes. Si de Trovatore se ha dicho muchas veces que simplemente necesita a los cuatros mejores cantantes para triunfar, lo mismo se podría decir de Ernani, cuyas dificultades vocales no son en absoluto inferiores.

Me resultaba curioso que, con las dificultades mencionadas más arriba, un grupo de aficionados, que forman la Chelsea Opera Group, decidiera ofrecer esta ópera. Debo confesar que asistía al concierto con cierta pereza, ya que no me parecía posible que la cosa pudiera salir bien, pero debo decir que el resultado ha sido interesante y de notable calidad, muy superior a lo que yo esperaba. Además se incluyó el aria de Ivanoff (con su cabaletta correspondiente), así llamada por haberla compuesto Verdi (a instancias de Rossini) para las representaciones de Parma de 1844, en las que cantaba este afamado tenor ruso. La verdad es que nunca había tenido la oportunidad de escucharla y merece la pena, aunque sus dificultades son más que evidentes.

La Chelsea Opera Group ofrece todos los años algunas óperas en concierto, para lo que cuenta con su propia orquesta y coro, que fundamentalmente están formados por voluntarios, como toda la organización. La calidad de lo que podríamos llamar fuerzas estables es perfectamente aceptable en lo que se refiere a la orquesta y más bien deficiente por lo que se refiere al coro, especialmente en la parte de hombres y, en particular, en los tenores, incapaces de ofrecer un sonido equilibrado con todos sus colegas.

Al frente de la dirección musical estuvo un para mí desconocido Robin Newton, que ha dirigido bastantes veces en la Chelsea Opera y cuya actuación me ha resultado convincente. Ha llevado la obra con buen pulso, cuidando bien a los cantantes y ofreciendo una versión convincente en términos musicales.

Crítica de Ernani en el Queen Elizabeth Hall de Londres
Gerard Quinn

El reparto vocal no reunía precisamente a los 4 mejores cantantes, como mencionaba más arriba, pero sí un cuarteto muy solvente, algunos brillantes.

Ernani era el tenor galés Gwyn Hughes Jones, posiblemente el más conocido del cuarteto, que ha cantado en los principales teatros de ópera del mundo y también en nuestro país, donde fue Pinkerton en una Butterfly de El Escorial hace 7 años. Su voz es atractiva y homogénea, de tenor spinto, y, por tanto muy adecuada a las exigencias de Ernani. Tuvo una buena actuación a lo largo de toda la ópera, lidiando con la dificultad añadida de la mencionada aria y cabaletta de Ivanoff, donde pasó apuros, aunque me gustaría ver a otros más afamados enfrentándose a semejante Miura.

La soprano australiana Helena Dix fue una auténtica revelación en la parte de Elvira. Voz muy adecuada al personaje, amplia, bien timbrada y una intérprete muy valiente, que no rehuye las dificultades de la partitura. Únicamente queda un pelín apretada en la parte más alta. Lamentablemente, su figura no le permitirá hacer carrera, ya que no creo que haya directores de escena dispuestos a contar con ella. No deja de ser una pena y hasta una injusticia.

El barítono escocés Gerard Quinn es un cantante bastante conocido. De hecho, venía de cantar Falstaff en Essen unos días antes y su presencia es muy frecuente en algunos teatros alemanes de segunda línea. La voz tiene atractivo y la parte de Don Carlo no le creó mayores dificultades. No diré que es un gran barítono, pero aquí resultó un intérprete solvente y más que digno.

Finalmente, completaba el cuarteto solista el bajo coreano Jihoon Kim, que ofreció una voz grande y bien timbrada y mejor habría hecho en cuidar su calidad en lugar de ofrecer excesivos decibelios y sonidos abiertos. El material existe, pero hay que saber usarlo.

Los personajes secundarios fueron muy buen cubiertos por la soprano Erica Eloff (Giovanna), el tenor Christopher Turner (Don Riccardo) y el bajo-barítono Matthew Sprange (Jago).

La sala ofrecía una entrada de alrededor del 75 % de su aforo. El público se mostró cálido con lo cantantes y el director, aunque éste cortó siempre los aplausos, salvo que fueran a final de escena.

La representación comenzó con 5 minutos de retraso y tuvo una duración total de 2 horas y 40 minutos, incluyendo un intermedio,. Duración musical de 2 horas y 6 minutos. Cinco minutos de aplausos.

El precio de la localidad más cara era de 37 libras (55 euros), siendo el precio de la más barata de 15 libras (22 euros).

José M. Irurzun