Sin duda se nota mucho la presencia de Tugan Sokhiev como director musical del Capitole de Toulouse. Vuelve a representarse Esponsales en el Monasterio de Sergei Prokofiev, aunque apenas han pasado 4 años de la última vez que se representó y se hace nuevamente bajo su dirección, con la misma producción que entonces y con un reparto vocal muy parecido.
La producción escénica es una colaboración del. Capitole y la Opéra Comique de París y se debe al director de escena británico Martín Duncan, que hace un trabajo colorista y divertido, muy adecuado para una ópera bufa, que a fin de cuentas es lo que es esta ópera de Prokofiev. La escenografía y vestuario se deben a Alison Chitty, que ofrece, por un lado, un escenario figurativo, con algunos elementos escénicos simples y bien movidos, que dan mucha agilidad a los cambios de escena. El vestuario está en línea de la época de estreno de la ópera (1946) y resulta colorista y divertido, muy adecuado para la trama. Buena la iluminación de Paul Pyant. La dirección escénica de Martin Duncan incide en los aspectos bufos de la ópera, destacando la escena de la lonja de pescados de Mendoza y la del monasterio, aunque aquí la cosa se le va un poco de las manos. En cualquier caso, es una producción bastante simple y que sirve muy bien a la ópera, siendo del agrado del público, lo que no es poco.
La dirección musical estuvo nuevamente en manos del maestro ruso Tugan Sokhiev, que es desde septiembre de 2008 el Director Musical de la Orquesta Nacional del Capitole. Su labor en estos años ha sido espléndida, pudiendo ser considerado como uno de los directores más brillantes de la actualidad, especialmente en el repertorio ruso. Su versión de la ópera de Prokofiev ha sido tan brillante como lo fue en el año 2011. He tenido ocasión en el pasado de ver esta ópera bajo la batuta de Valery Gergiev y considero que la dirección de Sokhiev no se queda por detrás de ninguna manera. La única pega que se le puede poner a Sokhiev es la elección del reparto vocal, formado en gran medida por artistas un tanto modestos y habituales en sus versiones de concierto de óperas rusas. A sus órdenes la Orchestre National du Capitole ofreció una estupenda prestación. Esta orquesta bajo su batuta es una de las mejores que pueden escucharse hoy en día en foso. Buena también la actuación del Coro del Capitole.
Las mejores prestaciones vocales del largo reparto fueron las del bajo Mikahil Kolelishvili y la de la mezzo soprano Anna Kiknadze, ambos repitiendo sus actuaciones de hace 4 años. El primero fue un divertido Mendoza, con una voz amplia y bien timbrada, muy adecuado a las exigencias del personaje. La segunda dio vida a Clara de Almansa, con una voz atractiva y bien manejada, resultando plenamente convincente.
La mezzo soprano Elena Sommer tuvo que lidiar con la difícil papeleta de luchar con el recuerdo que dejara hace 4 años Larissa Diadkova en el personaje de la Dueña. La actuación de la cantante francesa, de origen ruso, fue francamente buena en escena, más modesta en términos vocales.
El tenor británico John Graham Hall lo hizo bien escénicamente en la parte de Don Jerónimo, un tanto modesto vocalmente. La soprano rusa Anastasia Kalagina interpretó el personaje de Luisa, como lo hiciera también la vez anterior. Resulta adecuada, aunque a la voz le falta brillantez. Los jóvenes enamorados de Clara y Luisa eran los mismos de hace 4 años y repitieron sus modestas actuaciones de entonces. Me refiero a Daniil Shtoda (Antonio) y Garry Magee (Fernando). Vladimir Kapshuk cumplido con su cometido como Don Carlos.
En cuanto a los monjes, hay que destacar la voz del bajo Alexander Teliga como Padre Agustín, el Prior del Convento y jefe de la comunidad de chisporros. El tenor Vasily Efimov dobló como Primera Máscara, en el primer acto, y como Hermano Eustafio y volvió a mostrar sus dotes cómicas y una voz muy bien emitida, aunque no de mucha calidad. Adecuados Marek Kalbus (Segunda Máscara y Hermano Chartreuse) y Thomas Dear (Tercera Máscara y Hermano Benedictino).
El Capitole ofrecía una entrada algo inferior al 90 % de su aforo. El público se divirtió con la representación y dedicó una cálida acogida a los artistas.
La representación comenzó con 4 minutos de retraso y tuvo una duración de 2 horas y 58 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 2 horas y 34 minutos. Ocho minutos de aplausos.
El precio de la localidad más cara era de 86 euros, costando la más barata 33 euros.
José M. Irurzun