Crítica de The Fairy Queen en el Festival Ópera Tigre

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El pasado 1 de Febrero se cerró la primera edición del Festival Opera Tigre (FOT) tras las dos funciones previstas de THE FAIRY QUEEN (LA REINA DE LAS HADAS) realizadas al aire libre. En la representación se interpretó gran parte de la música que Henry Purcell compuso para la comedia de William Shakespeare SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO. La versión presentada en el FOT fue una versión creada específicamente para este evento combinando la música de Purcell y el texto de la obra de Shakespeare. Por ello, el plantel de artistas que intervenían en la obra superaba el medio centenar de intérpretes entre los que se encontraban cantantes, músicos, actores, bailarines y acróbatas. El estreno de esta gran producción al aire libre, aplazado por las condiciones climatológicas en los días previstos, tuvo lugar el sábado 31 de Enero. Con una asistencia media de más de cuatrocientos espectadores por función, ambas funciones colgaron el cartel de «no hay entradas» y centenares de peticiones de entradas no pudieron ser atendidas. El público llegó mayoritariamente a Kaiola Blue – la isla donde se representaba la obra-  en las lanchas organizadas por Sturla Viajes recorriendo los canales del Delta desde la estación fluvial de Tigre. La producción concebida y dirigida por Michal Znaniecki se desarrolló en los distintos escenarios previstos de la isla. Desde la llegada de Teseo por el arroyo Gélvez a bordo de una canoa hasta llegar a desplazarse a la profunda selva siguiendo las dos parejas de amantes, el público recorrió los distintos espacios que incluían el rein o de Oberón, la cueva de Titania, el palacio de Teseo o el teatro donde los artesanos se convierten en los actores de la cómica tragedia de Píramo y Tisbe. Así el público avanzaba entre una escena y otra formando parte de este inmortal comedia donde se mezcla lo humano con lo divino, lo real con lo onírico, la comedia con el drama. Ya en el inicio el luminoso barítono Juan Feico como Teseo hizo un divertida interpretación de la Canción del borracho acompañado por el Coro del Festival y las dos hadas interpretadas por dos exquisitas sopranos como Oriana Favaro y Ana Moraitis, quienes también hicieron una creación de cada una de las canciones que interpretaron como solistas a lo largo de la obra. La cálida voz de tenor Pablo Cameselle dio cuenta de las arias y el texto del travieso Puck, bajo las órdenes del aterciopelado timbre del bajo Gustavo Ariel Vita en el papel de Oberón.

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La soprano polaca Ewa Biegas, quien había abierto con gran éxito el FOT el pasado 25 de Enero con un recital lírico, captó la atención del público en sus tres arias especialmente en el conocido y bellísimo Lamento de Titania que fue uno de los momentos más aplaudidos de la función. En el plano actoral el cuarteto de actores formado por Romina CorreaKlau AnghilanteTomás RIvera Villatte y José Dondo contagió al público de energía con la locura y el frenético torbellino de pasiones en el que se ven envueltos los jóvenes amantes a lo largo de la obra, y observados con tierna pero mayestática autoridad por Teresa Floriach en el papel de Hipólita. Sirviendo con eficacia a su reina como Hada Semilla, Araceli Flores se enfrentó con valentía a Puck. El público arrancó a reír y a aplaudir espontáneamente ante la actuación de los cuatro divertidos artesanos Carlos del RíoNicolás Adolfo AlsinaFernando Gutiérrez y Ricardo Villani, estando a cargo de este último el papel del asno que enamora a Titania. El ballet a cargo de Diana Theocharidis construyó magistralmente con sus fluidos movimientos dentro y fuera del agua el ambiente mágico de la corte de elfos y hadas de la reina Titania, apoyados por la cuidada y evocadora ambientación de luces y proyecciones a cargo de Bogumil Palewicz sobre la escenografía de Luigi Scoglio. El trasfondo musical estuvo a cargo de un original ensemble instrumental compuesto por Pablo Mainetti (bandoneón), Jon Paul Laka (acordeón), Pedro Chalkho (guitarra eléctrica), Diego Fischerman (flauta de pico) y Ana Ares (violín) quienes mostraron una gran flexibilidad e imaginación al interpretar la música barroca, y un gran espíritu de aventura acompañanado a los intérpretes en los diversos traslados hacia los escenarios donde se desarrollaba la acción. Y hablando de aventuras, hay que mencionar las arriesgadas piruetas y ejercicios desarrollados por el cuerpo de acróbatas que contribuyeron a componer un espacio mágico habitado por seres sobrenaturales.

Ambas funciones terminaron con el más cálido y entusiasta aplauso del público que llenó por completo el aforo previsto. Dos funciones, dos sueños de una noche de verano que es de esperar tengan continuidad en las próximas ediciones del FOT. Una iniciativa que ha demostrado su razón de ser a partir del resultado artístico obtenido y sobre todo a partir del entusiasmo y apoyo del público que desbordó cualquiera de las previsiones más optimistas de los organizadores del Festival. Si bien el duende Puck cierra esta inmortal comedia dando las buenas noches al público para cerrar el telón, ojalá que los duendes del Delta estén ya preparando la subida del mismo telón para el año que viene.