Crítica de la Jenufa dirigida por Calixto Bieito en Stuttgart

Crítica de la Jenufa dirigida por Calixto Bieito en Stuttgart
Escena de la Jenufa dirigida por Calixto Bieito

Un más que notable espectáculo teatral, bien servido tanto musical como vocalmente de Jenufa dirigida por Calixto Bieito escenicamente. 

Hacía 25 años que no venía a Stuttgart y he decidido acudir a esta Jenufa entre ópera y ópera en Munich. A fin de cuentas no son sino 2 horas de viaje y hay trenes cada hora. La verdad es que el viaje ha merecido la pena, como ocurre casi siempre, cuando se trata de ver una ópera de Leos Janacek. Hemos asistido a un más que notable espectáculo teatral, bien servido tanto musical como vocalmente.

La producción escénica se debe a Calixto Bieito, uno de los registas españoles más apreciados en Alemania, posiblemente el más apreciado en términos absolutos. La citada producción se estrenó aquí en el año 2007 y fue bien recibida por público y crítica. La verdad es que Calixto Bieito es un genio del teatro y nos ofrece una magnífica narración del drama rural de Jenufa. La acción se trae a tiempos modernos y la desarrolla en un escenario único, que en el primer acto es un gran almacén de ropas usadas, pasando en el segundo a ser la morada de Jenufa y Kostelnicka. En el tercer acto se convierte en un taller de costura, propiedad de Karolka, la hija del alcalde y comprometida con Steva. La escenografía es simple, por tanto, y obra de Susanne Gschwender. Vestuario adecuado de Ingo Krügler y buena iluminación de Reinhard Traub.

Lo que destaca especialmente en la producción es la dirección escénica de Calixto Bieito, que hace un trabajo espectacular con todos lo actores e incluso con los coralistas, cada uno convertido en un personaje. El regista español delinea de manera magnífica a todos los personajes, creando una carga dramática enorme en escena. No hay aquí los excesos por los que otras veces ha sido criticado Bieito, sino la labor de un director teatral excepcional. Todos los personajes han sido trabajados a fondo, dando un gran relieve a todos los secundarios, hasta los menos importantes. Nadie pasa desapercibido ni siquiera personajes tan poco relevantes como Jano, Karolka o la Pastora. En resumen, una gran lección de teatro.

La dirección musical ha estado en manos del francés Sylvain Cambreling, el actual titular musical en la Ópera de Stuttgart. Su dirección ha sido sensible y ha servido para acentuar más el dramatismo que se vivía en el escenario. Siempre me ha parecido Cambreling un director bastante irregular, pero en esta ocasión las cosas han rodado bien. La única pega que se le puede poner ha sido la de abusar a veces de exceso de volumen, especialmente teniendo en cuenta que los cantantes no contaban con voces excepcionales. Buenas las prestaciones de la Staatsorchester Stuttgart, así como del Staatopernchor Stuttgart.

Cuando esta producción se estrenó, la protagonista fue Eva-María Westbroek, ocupando ahora su puesto la soprano británica Rebecca Von Lipinski, que ha ofrecido una actuación plenamente convincente. Es muy desenvuelta en escena, contando con una figura muy adecuada y su voz responde a la de una soprano lírica, que no está sobrado de centro, destacando en las notas altas. Su Jenufa fue muy adecuada y convincente.

En las primeras funciones de esta reposición de Jenufa el personaje de Kostelnicka fue cubierto por Angela Denoke, que obtuvo un gran triunfo. En esta ocasión la Sacristana ha sido la alemana Iris Vermillion, notable intérprete escénica, sin ser nada excepcional vocalmente.

Crítica de la Jenufa dirigida por Calixto Bieito en Stuttgart
Escena de la Jenufa dirigida por Calixto Bieito

El tenor Pavel Cernoch fue un estupendo Laca, tanto escénica como vocalmente. La voz es muy adecuada a las exigencias del personaje y todo lo hizo muy bien, exhibiendo una voz amplia y muy bien timbrada.

El rumano Gergely Nemeti fue Steva y lo hizo francamente bien. Es más lírico que su colega anterior. De hecho se trata de un tenor lítico.-ligero, con un timbre atractivo y buena desenvoltura escénica.

Todos los personajes secundarios estuvieron muy cuidados. La Abuela Burya fue bien cubierta por la veterana Renata Behle. El personaje de Jano cobra un gran relieve en esta producción y la japonesa Yuko Kakuta lo hizo estupendamente. Mark Munkitrick lo hizo bien en el personaje del Molinero, que aquí pasa a ser el Viejo, al no haber molino es escena. Muy desenvuelta en escena Lauryna Bendziunaite como Karolka. Adecuados, tanto el Alcalde de Michael Ebbecke como su mujer, interpretada por Maria Theresa Ullrich. Buenas las actuaciones de los personajes episódicos de Barena, interpretada por Talia Or, y de la Pastora, a cargo de la joven islandesa Karin Torbjörnsdottir.

La Ópera de Stuttgart está situada en un parque en el centro de la ciudad y es un auténtico remanso de paz, apenas alejada 300 metros de toda la zona comercial de la ciudad. El teatro ofrecía una ocupación de alrededor del 70 % de su aforo, estando los huecos más visibles en las localidades más altas. El público dedicó una cálida acogida a los artistas, siendo las mayores ovaciones para Pavel Cernoch e Iris Vermillion.

La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración de 2 horas y 39 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 2 horas y 7 minutos. Ocho minutos de aplausos.

El precio de la localidad más cara era de 91 euros, habiendo butacas de platea por 53 euros. La entrada más barata costaba 9 euros.

José M. Irurzun