Crítica de La Marchenera (Moreno Torroba) en La Zarzuela

 

Crítica de La Marchenera (Moreno Torroba) en La Zarzuela
Carlos Álvarez en La Marchenera. Foto: F. Marcos

Como cierre de temporada el Teatro de la Zarzuela ofrece dos obras casi desconocidas del género lírico y ambas en versión de concierto. Se trata de La Dogaresa, de Rafael Millán, y La Marchenera, de Federico Moreno Torroba. De hecho, como ocurriera el año pasado, se ha tratado más bien de una versión semi escenificada.

La Marchenera se estrenó en este mismo teatro en 1928 y se trata de una zarzuela costumbrista y un tanto embarullada en cuanto a su trama, aunque musicalmente tiene páginas interesantes, si bien no llega a la calidad de Luisa Fernanda, que se estrenara apenas 4 años más tarde. Lo más conseguido de la obra me parece musicalmente el intermedio o, si se quiere, el preludio al tercer acto, así como la romanza de Valentina en el primer acto. Es una zarzuela que agrada.

Los abundantes diálogos de esta zarzuela son sustituidos por escenas entre un veterano empresario teatral y un joven libretista, quienes, en discusiones entre ellos, nos van poniendo al corriente de cómo avanza la acción, de modo que en escena únicamente se ofrecen las parte musicales, colocando al coro al fondo del escenario y a la orquesta en el foso, mientras los solistas actúan por delante. La cosa funciona bien y hay que destacar la aportación de Javier de Dios, que con las mencionadas escenas da una gran agilidad a la obra.

La dirección musical estuvo encomendada a Miguel Gómez Martínez y su lectura me ha parecido francamente buena, muy segura, cuidada y llena de energía. Ha estado notablemente mejor que lo que estamos acostumbrados a ver como directores en este teatro. Bastante bien la prestación de la Orquesta de la Comunidad de Madrid. Bien, el Coro del Teatro de la Zarzuela.

Crítica de La Marchenera (Moreno Torroba) en La Zarzuela
Escena de La Marchenera. Foto: F. Marcos

La protagonista es Paloma o la Marchenera y fue interpretada por la soprano valenciana Amparo Navarro, cuya actuación no me convenció. Tiene un centro amplio, no sobrado de calidad, y unas notas altas claramente destempladas, no siendo un prodigio de desenvoltura en escena.

El tenor asturiano Alejandro Roy dio vida a Don Félix, exhibiendo su voz amplia y bien timbrada de siempre, aunque a su canto le falta refinamiento.

Carlos Álvarez fue un auténtico lujo como el Conde de Hinojares, mostrándose en muy buena forma. Huelga decir que era la voz más importante del reparto y que hizo muy bien.

Muy convincente la soprano Rocío Ignacio en el personaje de Valentina, a la que Moreno Torroba dedica una romanza muy atractiva en el primera acto. La soprano andaluza lo hizo francamente bien.

El dúo cómico estaba formado por Amelia Font como Taravilla y Enrique del Portal como Cárdenas. Lo hicieron razonablemente bien. En los personajes secundarios lo mejor vino del tenor Emilio Sánchez en la parte de Don Miguel.

El Teatro de la Zarzuela ofrecía una entrada de alrededor del 70 % de su aforo. El público se mostró muy cálido con los artistas durante y al final de la representación. Los mayores aplausos fueron para Carlos Álvarez.

La representación comenzó con 5 minutos de retraso y tuvo una duración total de 2 horas y 24 minutos, incluyendo un intermedio. Seis minutos de aplausos. El precio de la entrada más cara era de 30 euros, costando la más barata 4 euros. Un regalo.

José M. Irurzun