Lo primero a destacar es que se trata de un gran espectáculo realizado con mucho trabajo y buen gusto y con unos artistas excelentes.
La partitura del afamado y premiado pianista Iván Macías tiene de todo. Las partes de canto son magníficas y con una dificultad extrema especialmente en los ascensos de los cantantes a la zona aguda. El resto, a mi juicio, es irregular si bien funciona.
El texto basado en la novela de Noahn Gordon y cuyo autor es Felix Amador es un resumen de la obra original prscindiendo del juicio, incendio y final dramático y con escasa referencia a la peste y dibujos del protagonista médico. Aún así el espectáculo es largo, especialmente el inicio con el barbero y su ayudante niño que luego será el médico. Magnifico el vestuario de Lorenzo Caprile y la iluminación de Luis Perdiguero y la escenografía de Alfons Flores.
El musical cuenta con un elenco magnífico que se entrega sin reservas a su arte. Hay que tener en cuenta que tanto cantantes como orquesta están amplificados, normal en los musicales, lo que hace muy difícil hacer un juicio sobre voces y orquesta.
Magnífica la interpretación de Moreno como el barbero. El protagonista, Ezequiel Salman, encarnó unpersonaje complejo con bravura escénica y canora. Otro tanto puede decirse de Beltrán Iraburu en el rol de Qandrasseh con una enorme experiencia teatral en musicales. Se las sabe todas. El Sha estuvo encarnado por el gran cantante lírico Alain Damas, un valor seguro en cualquier producción de ópera o musicales. Su presencia llena la escena. Casi lo mismo puede decirse de todo el resto del reparto. Sin embargo llama la atención que dos artistas de gran calado como Sacri Belda, poseedora de una zona aguda extraordinaria, y del Alberto Frias, un magnifico artista poseedor de un magnetismo escénico sorprendente, estén relegados a roles secundarios.
Gran éxito sin duda. Fueron aplaudidos todos los números y muchos bravos al final. Larga vida tiene este musical si bien podría acortarse un poco.
Francisco García-Rosado