Crítica: «Don Carlo» abre la temporada del Teatro alla Scala

Crítica «Don Carlo» Teatro Scala Por Bernardo Gaitán

Don Carlo inaugura la nueva temporada del Teatro alla Scala 

Como marca la rigurosa tradición, el día de Sant’Ambrogio (santo patrono de Milán) es la fecha en la que el Teatro alla Scala -recinto lírico más importante de Italia y uno de los mejores del mundo- inaugura su nueva temporada. El 7 de diciembre de este año el telón del teatro se levantó con la ópera que aparentemente está de moda en Italia: Don Carlo de Giuseppe Verdi; asevero que está de moda, porque solo este mes de diciembre se montó la versión italiana de 4 actos en el Teatro Municipal de Reggio Emilia (cerca de Parma); la producción de OperaLombardia en el Teatro Grande de Brescia y en Teatro Sociale de Como; y obviamente la nueva y mediática producción del Teatro alla Scala en Milán.

Una escena de "Don Carlo" en la nueva producción de La Scala / Foto: Brescia e Amisano - Teatro alla Scala
Una escena de «Don Carlo» en la nueva producción de La Scala / Foto: Brescia e Amisano – Teatro alla Scala

La función del 7 de diciembre, llamada también “la prima della Scala”, representa todo un acontecimiento para Italia. Al Palco Real son invitados miembros de la política, encabezados o casi siempre por el Presidente de la República -quien en esta ocasión decidió no asistir- pero envió en su lugar al Ministro del Interior y al Presidente del Senado italiano. Presenciaron también el título verdiano el alcalde de Milán y el superintendente del teatro Dominique Meyer, quien aprovechó para celebrar el reconocimiento por parte de la UNESCO del canto lírico italiano como patrimonio inmaterial de la humanidad. La función es transmitida en el canal de televisión más importante de Italia (Rai 1), a través de plataformas digitales como ScalaTV o RaiPlay, y el gobierno de Milán junto con algunos patrocinadores transmite en directo esa función de estreno a diferentes cines, teatros y espacios al aire libre para que todos puedan disfrutar del título gratuitamente, ya que las entradas para esta función en específico oscilaban entre los 650 euros en la galería más alta y 3500 € en butaca de platea. La versión de 1868 de Don Carlo ha sido representada en la Scala más de 200 veces; a diferencia del Don Carlos – la versión original en francés- que nunca ha visto la luz en Milán. La revisión manuscrita de Verdi en su lengua materna ha abierto la temporada del teatro en 8 ocasiones. En esta de 2023 el teatro echó la casa por la ventana con una nueva y costosa producción, además de un elenco de que podría definirse como un auténtico dream cast de primer nivel y,  presumimos, sustancioso caché. Crítica «Don Carlo» Teatro Scala

Una escena de "Don Carlo" en la nueva producción de La Scala / Foto: Brescia e Amisano - Teatro alla Scala
Una escena de «Don Carlo» en la nueva producción de La Scala / Foto: Brescia e Amisano – Teatro alla Scala

La dirección escénica fue firmada por Lluís Pasqual, regista catalán que se autodefine como un amante del barroco en la ilusión teatral y defensor del teatro como lugar de placer y espacio de utopía. A pesar de tener en su historial algunas producciones operísticas, el grosso de su trabajo es meramente de prosa, y en su Don Carlo se nota. Su propuesta fue muy pintoresca, en el sentido literal del término: con evidentes y joviales reminiscencias a la pintura barroca europea, en particular Velázquez y Rembrandt. Gracias a las escenas que evocan el barroco -como danzas de la corte con enanos-, la meticulosa y muy estudiada elaboración de los vestuarios de Franca Squarciapino, y la cuidada iluminación del francés Pascal Mérat orientada hacia ambientes sombríos, como podrías ser el de cualquiera de las oscuras escenas que se ven las pinturas colgadas en Les Salles Rouges del Museo del Louvre. El trabajo de Pasqual estuvo más enfocado a la parte visual. Un torreón central, instalado en un escenario giratorio, sirvió como escenografía para toda la ópera sin ser redundante, pues la idea del escenógrafo Daniel Bianco fue modificar este gran tótem con luces, escaleras y elementos en diferentes niveles para adaptarlo como un retablo de oro, el claustro del convento, los jardines del reino o una prisión.

¿Hubo algunas incongruencias en la escena? -cuestión de la que se lamentaron varios espectadores tanto en el teatro como quienes la vieron a través de la televisión o digitalmente- la respuesta es: sí, pues no existe la regia perfecta que contente a todos. ¿Verdaderamente se propuso algo inconcebible como para no comprender la historia y por ende abuchear al  equipocreativo al caer del telón? la respuesta es: no. Tras ser injustificadamente abucheado, Pasqual rebatió en una entrevista a un importante diario italiano: “Llevo mi trabajo hasta el final y luego lo ofrezco al público. Es como una comida o un pastel, a uno le puede gustar y a otro no, pero eso es lo que hice”. Crear todos los detalles de una obra tan compleja (y tan larga) como el Don Carlo en una versión tradicional es sumamente difícil. La propuesta de Pasqual cumplió dignamenre el cometido de escenificar positivamente el drama schilleriano pasado por la música de Verdi. Crítica «Don Carlo» Teatro Scala

Una escena de "Don Carlo" en la nueva producción de La Scala / Foto: Brescia e Amisano - Teatro alla Scala
Anna Netrebko y Francesco Meli en «Don Carlo» de La Scala milanesa / Foto: Brescia e Amisano – Teatro alla Scala

Algo que era de esperarse fue la propositiva y estupenda lectura musical de Riccardo Chailly, director musical del teatro, apegado siempre a los manuscritos originales. Esta ocasión no fue la excepción. Chailly mantuvo durante toda la ópera un matiz oscuro y sepulcral que junto a la oscuridad sobre el escenario hicieron el título inquietante, aunque los eventuales momentos de majestuosidad servían para evidenciar el poder y la vitalidad de la orquesta del teatro y del coro dirigido por Alberto Malazzi. Digna mención merecen en particular los alientos y las cuerdas quienes respondieron fielmente a los astutos requerimientos del concertador milanés.

Del elenco de ensueño sobre el escenario quien se llevó la noche no fue el epónimo como se esperaría, si no Michele Pertusi como un emotivo Filippo II. El bajo parmesano comenzó la temporada con el pie izquierdo, pues en plena prima della Scala (la función del 07 de diciembre) se le cerró la garganta y tuvo que cantar con mucha dificultad a media voz la primera mitad de la ópera para después recuperarse y terminar la función como un verdadero artista. Tras una semana del triste incidente, Pertusi no solo recobró el cien por ciento de su voz, si no que ofreció una interpretación gloriosa y sin precedentes. Su ejecución histriónica fue impecable; su voz, poseedora de un potente registro grave y un legato envidiable hicieron que fuera vigorosamente aplaudido tras un «Ella giammai m’amò» de antología cuyo final curiosamente fue acompañado de todas las cuerdas y no solamente de un violoncello como en las versiones modernas. Solamente con la impecable y lapidaria última frase del aria: «amor per me non ha» fue capaz de volver a un personaje cruel como Filippo II en un hombre dolido y vulnerable.

Con Don Carlo, regresó el trio más solicitado del teatro: Anna Netrebko, Francesco Meli y Luca Salsi. Los tres han participado juntos en las aperturas del 2015 (Giovanna D’Arco), del 2019 e (Tosca), en el 2020 (la gala «A riveder le stelle«,concierto con el teatro vacío debido a la pandemia), en el 2022 (Macbeth). El Marchese di Posa de Luca Salsi fue una grata sorpresa, pues la voz del barítono parmesano siempre ha estado presente, pero la parte actoral quedaba a deber. Su Rodrigo fue una revelación como un verdadero interprete verdiano; pues cuida la línea musical, con agudos cubiertos y elegantes sin dejar de lado su perfecta pronunciación recitada -típico elemento verdiano-. Actoralmente fue con lo que se ganó el aplauso del público, pues la escena «Per me giunto e il di supremo… O Carlo ascolta» fue para arrancar lágrimas. Igualmente emotivo fue el dueto «Dio, che nell’alma infondere» con Francesco Meli. El tenor genovés nos regaló un Don Carlos sensible y emotivo. La voz de Meli es bella y brillante, su potente squillo y su fraseo como siempre refinado, son coronados por un registro agudo que afortunadamente se está embelleciendo al perder esa oscilación caprina presente hasta hace poco. Crítica «Don Carlo» Teatro Scala

Una escena de "Don Carlo" en la nueva producción de La Scala / Foto: Brescia e Amisano - Teatro alla Scala
Anna Netrebko y Elīna Garanča  en «Don Carlo» en la nueva producción de La Scala / Foto: Brescia e Amisano – Teatro alla Scala

Por su parte, la diva de divas: Anna Netrebko como Elisabetta di Valois -en su sexta participación en una «prima de La Scala»-, confirmó por qué se ha hecho con el mote. La soprano rusa tuvo una extraordinaria participación; fue ampliamente vitoreada tras su aria «Tu che le vanità conoscesti del mondo», aunque en realidad lo debió haber sido por el control vocal que ha recuperado tras haber abordado roles y géneros tan pesados que le llegaron a modificar la voz. Las modulaciones, conexión de registros, la correcta pronunciación del italiano y sobre todo los piani y pianissimi en los sobreagudos que aún es capaz de reglarnos, la confirman como una de las mejores intérpretes de la actualidad.

Elīna Garanča como la Principessa d’Eboli es vocalmente completa, con unos agudos y sobreagudos potentes y cristalinos que bien podrían pasar por los de una soprano. La presencia escénica de la mezzosoprano letona es importante, sensual y rigurosa cuando debe de serlo. Su mejor momento fue la simpática escena «Nel giardin del bello saracin ostello», mientras que su «O don fatale» fue dinámico y expresivo. Por desgracia, la única parte negativa del elenco fue la participación de Jongmin Park en un rol doble. Ain Anger era el bajo que debía originalmente interpretar al Gran Inquisidor, pero al sentirse mal durante el período de ensayos fue el bajo sudcoreano, ya presente en el papel del Fraile, quien le suplió en los ensayos en el personaje del Gran Inquisidor. Y finalmente es quien está interpretando ambos papeles en las funciones. Loable la determinación artística de Park, aunque su engolada voz ha sido desde hace un lustro su principal característica. Y para completar el elenco las dignas participaciones de Elisa Verzier en el rol del paje Tebaldo, de Jinxu Xiahou como el conde de Lerma y Un heraldo real, y la soprano Rosalía Cid como Una voz del cielo.


Milán (Teatro alla Scala), 16 de diciembre de 2023        Don Carlo

Nueva producción

Orquesta del Teatro alla Scala                            Director: Riccardo Chailly                           Coro del Teatro alla Scala                        Director de coro: Alberto Malazzi

Dirección de escena: Lluís Pasqual                                        Escenografìa:Daniel Bianco                         Vestuario:Franca Squarciapino  Iluminación:Pascal Mérat     Vídeo:Franc Aleu    Coreografía:Nuria Castejón

Elenco: Michele Pertusi, Francesco Meli, Luca Salsi, Anna Netrebko, Elīna Garanča, Jongmin Park, Elisa Verzier, Jinxu Xiahou, Rosalía Cid.  OW