Crítica: «Don Giovanni» en Las Palmas

Por Federico Figueroa Crítica: «Don Giovanni» Las Palmas

El ambiente en la entrada del Teatro Pérez Galdós de Las Palmas era como el de inauguración de temporada. Una nueva producción de Don Giovanni sin duda lo amerita, pues a pesar de ser uno de los pilares del gran repertorio operístico, en la temporada que organiza la Asociación de Amigos Canarios de la Ópera (ACO) desde hace 58 años, la ópera de Wolfgang Amadeus Mozart y Lorenzo Da Ponte, compositor y libretista respectivamente, solo se ha programado en dos ocasiones: dos funciones en 1976 (con Samuel Ramey en el papel titular) y otras dos funciones en 1987. En esta ocasión, sobre el papel, todo parecía adecuado para disfrutar de una noche operística de altos vuelos, pero al final tuvimos que contentarnos con una propuesta global grisácea, a pesar de brillos fulgurantes en algunos artistas y momentos. Crítica: «Don Giovanni» Las Palmas

Vittorio de Campo, Giuliana Gianfaldoni, Carlos Álvarez y Rubén Amoretti / Foto: Nacho González

La dirección musical de Leonardo Sini consiguió definir vagamente el espíritu mozartiano. Desde la obertura pareció evidente el camino por donde podría discurrir el resto de la ópera, con débiles contrastes en una partitura que pide confrontar el dramma y lo giocoso que sus autores mencionan. No es una lectura errónea la del maestro italiano, pero simplemente no lograba levantar el vuelo de la función. Quizá era más notorio en los recitativos que piden a gritos una mayor flexibilidad. Con todo, logró llevar a buen puerto esta gran nave, la ópera de las óperas, llamada Don Giovanni, comandando a la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria que respondió con ductilidad a las indicaciones de la batuta y logró un sonido compacto.  

Los cantantes, notables en general, tuvieron que lidiar con unos tempi variables y no siempre coherentes. Para el barítono Carlos Álvarez, que ha paseado el personaje titular de la obra por La Scala de Milán, el Teatro Regio de Turín y el Teatro Real de Madrid, no fue un problema y volvió a destacar por la manera en que hace suyo al personaje. Su exuberante instrumento canoro, cálido y capaz de soberbios matices, acompañan a su gran presencia escénica. Álvarez, con 58 años de edad y el bajo Ruben Amoretti, con 60 años, en el personaje de su criado Leporello, hacían una pareja bien avenida en lo escénico, como dos «viejos verdes» a la caza de mozas. Amoretti cantó con oficio y poco más. Su  aria del catálogo pasó con unos corteses aplausos del público. Quien se llevó grandes ovaciones, merecidas, fue el tenor Marco Ciaponi (Don Ottavio), un cantante acorde al estilo mozartiano, de atractivo timbre, técnica depurada y musicalidad notable. Tuvo la suerte de contar con las dos arias, la de Praga y la de Viena, que Mozart compuso para su personaje. Max Hochmuth, debutando el personaje de Masetto, cantó y actuó con soltura, mientras el bajo Vittorio De Campo  recreó al Comendador con oscura y potente voz.

Todos los solistas en el final del primer acto / Foto: Nacho González

Entre las féminas, destacó la debutante Alexandra Zamfira con una Zerlina de voz fresca y ágil, bien timbrada y que no se arredra ni ante un Don Giovanni de la talla de Carlos Álvarez. A nivel actoral Zamfira también cumple holgadamente y remata el perfil de jovencita de comportamiento dual. También debutaba en Las Palmas la soprano Selene Zanetti, en su caso interpretando a Donna Elvira con rebosante dramatismo escénico y un poco más contenida en lo vocal. La difícil «Mi tradì» del segundo acto, añadida por Mozart para el estreno en Viena de la ópera, mostró su habilidad para sortear las agilidades con dignidad. La soprano Giuliana Gianfaldoni fue, como Donna Anna, creciendo conforme avanzaba la representación. Su timbre no es especialmente atractivo pero la elegancia y musicalidad de su canto, aunadas a un considerable capacidad de ornamentar lograron los aplausos entusiastas del público presente. El Coro del Festival de Ópera, preparado por Olga Santana, estuvo a un buen nivel vocal y escénico en sus dos cortas pero importantes intervenciones.

La puesta en escena, firmada por Daniele Piscopo, a pesar de una atractiva escenografía (Riccardo Roggiani) e iluminación (Jesús Díaz), fue a la par de la lectura musical, dando poca alegría a la obra. En la obertura buscó presentar, con proyecciones, una historia del mito de Don Juan desde la manzana de Adan y Eva. Cuando inicia la ópera ya estamos en el siglo XVIII y en el segundo acto, a juzgar por los vestidos de la mujeres, en los años 50’s del siglo pasado. Más allá del cambio temporal, la narrativa quedó desdibujada por ideas un poco extrañas, como hacer del comendador una figura demoniaca. Ni estaban bien dibujados los personajes, ni acababan de funcionar en totalidad las escenas. Algunas empezaban con cierta fuerza para quedarse sin fuelle enseguida, como la entrada de las máscaras en la fiesta o, más tarde, la impactante irrupción de la estatua del Comendador en la cena.

Una escena de «Don Giovanni» en Las Palmas / Foto: Nacho González

Don Juan es drama y comedia. Tal vez también una tragedia. Sini y Piscopo proponen una lectura seria, de tintes sobrios y oscuros. Tal vez quieren huir de los convencionalismos operísticos, de lo suntuoso y banal. Aquí tuvieron ocasión de demostrarlo. Al final hubo calurosos aplausos a los cantantes y división de opiniones para la propuesta escénica, con sonoros abucheos desde varios lugares de la sala, que amainaron con la aparición en el escenario del maestro Sini y la atención concentrada en la orquesta. En un teatro en el que casi se aplaude por sistema, sería prudente tomar nota y preguntarse el motivo del rechazo a una propuesta que no ha sido rompedora pero sí un poquito aburrida.


Las Palmas (Teatro Pérez Galdós), 8 de abril de 2025  Don Giovanni   Ópera en dos actos con música de W. A. Mozart y libreto de L. Da Ponte. Estrenado en el Teatro Nacional de Praga, el 29 de octubre de 1787.

Dirección musical: Leonardo Sini                               Dirección de escena: Daniele Piscopo

Orquestas Filarmónica de Gran Canaria   –     Coro del Festival de Ópera de Las Palmas (dirección: Olga Santana).

Elenco: Carlos Álvarez, Rubén Amoretti, Giuliana Gianfaldoni, Selene Zanetti, Marco Ciaponi, Alexandra Zamfira, Max Hochmuth, Vittorio de Campo.                       OW