Crítica: estreno mundial de ‘Cassandra’ de Bernard Foccroulle en «La Monnaie » de Bruselas

Crítica Cassandra Monnaie La ópera afronta el drama de la crisis climática

Por Xavier Rivera

Bernard Foccroulle es un organista crucial en la travesía musical del siglo XX al XXI. Su grabación integral de la obra de J.S. Bach para ese instrumento es, sin lugar a duda, un hito de la discografía. Por el evidente talento del intérprete, por su claridad expositiva de las complejas texturas contrapuntísticas bachianas, por su perspicaz articulación y por la desbordante imaginación que aporta a la registración. Y por otro detalle nada banal: ha esperado años, en ocasiones, para poder acceder a órganos convenientemente restaurados: una serie de instrumentos en Alsacia o los Silbermann de la catedral de Freiberg, cerca de Leipzig, en donde J.S. Bach supervisó personalmente la planificación y construcción. Imposible llegar más lejos en la autenticidad sonora. En este caso fue la caída del muro de Berlín en 1989 lo que propició la posterior restauración del mayor de los tres instrumentos. Otro tanto ha sucedido con su grabación casi integral de la “Facultad orgánica” de Correa de Arauxo: si los constructores de la catedral de Sevilla querían construir un edificio tan grande que “los que después lo vieren nos tomasen por locos”, la exasperación ornamental de la música de Correa, ese manierismo de la “glosa” fundido con el ascetismo contrarreformista han encontrado en Foccroulle un traductor idóneo, a medida de esa extravagante desmesura del compositor barroco hispano (o tal vez luso, que nadie lo sabe). Nuevo hito de la discografía, esta vez sobre órganos antiguos de Sevilla y Castilla.

Por esa razón, muchos músicos nos vimos sorprendidos por su nombramiento al frente de la ópera bruselense nada menos que para asumir la sucesión del carismático Gérard Mortier. Pues, tras quince años de dedicación intensa a la Monnaie, le tocó la vez al Festival d’Aix en Provence, de tradición a la vez muy conservadora e iconoclasta. Permanecerá allí otros 11 años, fomentando varios estrenos cruciales, como Written on Skin (2012) de George Benjamin o Pinocchio (2017) de Philippe Boesmans, uno de sus maestros de composición. El hecho es que nuestro músico posee, además de su apabullante capacidad musical, una cultura humanística de primer orden y es consciente de que la influencia de un director de teatro puede superar con creces el ámbito de la ópera para adentrarse en las inextricables relaciones entre Música y Sociedad, pues está en posición de plantear innumerables cuestiones éticas y políticas. También ha creado la asociación “Culture et Démocratie” para fomentar el acceso del gran público a la cultura. No es de extrañar pues que, en su primera ópera, afronte el dificilísimo trauma que supone para el género humano el deshielo de los casquetes polares y de los glaciares en el marco de un cambio climático cuyo dramatismo parece crecer a diario. No es un advenedizo de la composición, son conocidos varios de sus “Lieder” sobre textos de Rilke y sus obras específicas para órganos barrocos, pero nunca había concretado su deseo de afrontar el género operístico como autor. Crítica Cassandra Monnaie

Un momento de ‘Cassandra’, de Bernard Foccroulle, con Katarina Bradic (Cassandra) rodeada por miembros del coro de la Monnaie   (c) Karl Forster / La Monnaie 2023

Cassandra proviene del mito griego de Esquilo: nadie cree las profecías de su boca, mancillada por Apolo, y de nada servirán sus predicciones sobre la destrucción de Troya o sus diatribas contra el caballo y la estratagema de Calcante. No se puede soslayar la analogía evidente con la voz de las mujeres: tantas veces acallada o despreciada. La historia griega se superpone a una moderna: “Sandra”, la científica que estudia la fatídica fusión del hielo, pretende difundir sus ideas pacíficamente, recurriendo incluso a los “shows” de telerrealidad, ante la reacción visceral de su amante “Blake”, activista convencido, y la indiferencia de sus padres capitalistas, que ven la crisis climática como una posibilidad de enriquecerse aún más, o de su hermana “Naomi”, cuyo estado de gravidez la impulsa a despreciar las profecías pesimistas apostando con ternura por la renovación de la vida humana. El libreto, en inglés, es obra del canadiense formado en Francia Matthew Jocelyn, con contribución del dramaturgo francés Louis Geisler, uno de los adjuntos de Foccroulle en Aix-en-Provence. La puesta en escena ha corrido a cargo de la artista francesa Marie-Eve Signeyrole. Y todos estos artistas han trabajado en conjunto: el compositor conocía previamente las voces que lo cantarían y ha escrito específicamente para ellas. Declara esto: He encontrado un placer acendrado escribiendo para las voces, pues los cantantes son seres que invierten toda su afectividad en el canto… Y he encontrado en estos textos fuentes de inspiración sin límites. De algún modo, se encuentra uno en la posición del intérprete dando vida a estos textos a su propia manera”.

Y consigue impulsar su esfuerzo hasta escribir nítidamente dos óperas diferentes en la misma velada: la música que trasciende la trama clásica está impregnada de drama, de legato, con agregados sonoros y melodías de timbres llenos de imaginación, mientras que la que subraya la vida contemporánea es mucho más rítmica, radical, percusiva y entrecortada, muy a la imagen de nuestro agitado mundo…

El conjunto de la propuesta escénica es sumamente seductor: una estructura en forma de panal encierra a veces los personajes o a las omnipresentes y significativas abejas y se abre en otras ocasiones para darles vuelo. Todo el aporte de Marie-Eve Signeyrole está impregnado de ternura hacia los personajes y también contiene algunas dosis de humor radicalmente eficaces en este contexto de una historia tan agobiante. El tan manido y muchas veces irritante recurso a la filmación en directo funciona aquí divinamente para subrayar ese aspecto de ligereza algo excéntrica de la ejecutiva / alta funcionaria moderna involucrada en una lucha radicalmente revolucionaria que encara nuestra “Sandra”, afrontando tanto la amenazada sociedad en su conjunto como su propia familia que la ignora olímpicamente. Es el personaje que disfruta de la mejor caracterización, muy extenso y con una riquísima compilación de desafíos vocales con los que parece divertirse la soprano Jessica Niles, graduada en la célebre Julliard School neoyorkina y frecuente colaboradora de William Christie y sus “Arts Florissants”, además de emprendedora de otros estrenos de compositores actuales, sin desdeñar el repertorio tradicional.

Otro momento de ‘Cassandra’, de Bernard Foccroulle, con Gidon Saks (Alexander) y Susan Bickley (Victoria)   (c) Karl Forster / La Monnaie 2023

A su lado, el impulsivo activista Blake está magníficamente defendido por su compatriota Paul Appleby, también asiduamente implicado en estrenos de música actual. La Cassandra griega fue encarnada por la contralto de origen serbio Katarina Bradic con un sentido dramático y una solidez vocal espectaculares. Foccroulle ha declarado que se inspiró en la “Cassandre” de Les Troyens de Berlioz para escribir este papel. Joshua Hopkins da vida a ese detestable dios Apolo con convicción y autoridad. Tanto la mitológica Hécuba como Victoria, la madre de Sandra, ingeniera de minas y explotadora capitalista de cualquier recurso natural, son interpretadas por una impagable Susan Bickley, magistral en la caracterización de dos personajes tan radicalmente opuestos. Una artista británica que ha demostrado ya en muchos papeles su riqueza de recursos vocales y actorales. Gidon Saks canta también un doble personaje, Príamo y Alexander, el padre banquero de Sandra, con un instrumento impactante pero capaz de hacernos llorar en esa divertida escena en la que descubre a posteriori la biblioteca con los relatos épicos de sus actos en Troya por los que se siente incomprendido… ¡Está claro que no hay alusiones a la política de nuestros días! Por último, la joven belga Sarah Defrise resulta más que carismática como Naomi, la “convencional” hermana de Sandra. Es difícil comprender por qué libretista y compositor le han ofrecido un personaje tan desdibujado y casi marginal cuando su actitud tiene una relevancia social notoria… Además, la artista impacta a pesar de su breve actuación. Crítica Cassandra Monnaie

Kazushi Ono, el segundo director musical de la Monnaie en la era Foccroulle (el primero fue el entonces joven prometedor y casi desconocido Antonio Pappano…) dirige el coro y la orquesta con un placer manifiesto. Tal vez no tenga ya la magistral precisión de antaño, pero su música fluye espontánea, cálida y efusiva. En algún momento cubrió la nada desdeñable voz de Bradic, pero por regla general, todo sonó transparente y límpido. El coro canta varias veces entre bastidores, una opción que le quita impacto y anula su presencia y cuya razón dramatúrgica me resulta incomprensible. Pero la velada me dejó también un curioso regusto de una obra a la que uno no adhiere al cien por cien, pese a las innegables cualidades. Y creo que la clave está en la repartición dramática de las trece escenas: los momentos de mayor clímax no siguen una progresión dramática digamos “clásica”: se va del caos de la destrucción de Troya a la delicuescencia de nuestra civilización, cuando parecería lógico apelar a las consciencias en la dirección contraria: del desprecio por las “Cassandras” hacia la destrucción de nuestra “Troya”. Espero tener ocasión de ver nuevas representaciones o producciones de la obra para perfilar mi apreciación. A modo de anécdota, tal vez premonitoria, me permito recordar que la maravillosa mezzo-soprano sueca Malena Ernmann pasó muchísimas horas cantando en la Monnaie en la época de Foccroulle, muchas veces acompañada por una hija de corta edad que jugaba por entre bastidores en el teatro. Su nombre… Greta Thunberg!

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Teatro de la Monnaie de Bruselas, 14 de septiembre de 2023. Cassandra, música de Bernard Foccroulle y libreto en inglés de Matthew Jocelyn.

Dirección musical: KAZUSHI ONO, Puesta en escena y vídeo: MARIE-EVE SIGNEYROLE, Escenografía: FABIEN TEIGNÉ, Diseño vestuario: YASHI, Diseño iluminación: PHILIPPE BERTHOM, Dramaturgia: LOUIS GEISLER, Maestro del coro: EMMANUEL TRENQUE.

Reparto: KATARINA BRADIĆ (Cassandra), JESSICA NILES (Sandra), SUSAN BICKLEY (Hécuba / Victoria), SARAH DEFRISE (Naomi), PAUL APPLEBY (Blake), JOSHUA HOPKINS (Apollo / Angry audience member), GIDON SAKS (Príamo / Alexander).

Orquesta Sinfónica y Coro de la Monnaie.

OW Crítica Cassandra Monnaie