Crítica: Gala Elīna Garanča en el Palacio de Bellas Artes de México.

Crítica: Gala Garanča México Por Manuel Yrízar

Una artista en plenitud

Comienzan en este mes de marzo las actividades de la llamada Compañía Nacional de Ópera con la Gala Lírica de la mezzosoprano Elīna Garanča, evento que agotó las localidades desde que se anunció pues el público estaba ya ávido de ver y escuchar a una cantante famosa que nunca se había presentado en el escenario del Teatro del Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México. Con una sola función no fue extraño que se llenara completamente el teatro. Crítica: Gala Garanča México

Garanča y Orbelian, con la Orquesta y Coro del Teatro de Bellas Artes / Foto: Cortesía INBAL
Elīna Garanča y Constantine Orbelian, con la Orquesta y Coro del Teatro de Bellas Artes / Foto: Cortesía INBAL

Elīna Garanča, nacida en Riga (Letonia), es una mezzosoprano que ha hecho ya una gran carrera en los mejores teatros del mundo y su trabajo ha tenido un gran éxito en las grabaciones transmitidas y grabadas en Internet y por las redes sociales, que se encuentran entre las más vistas por un público heterogéneo y popular. El concierto fue presentado como comienzo del festejo de los 75 años de la Ópera de Bellas Artes, que se inició con esa denominación en el año de 1948 y también por los 85 años del Coro del Teatro. Participaron Constantine Orbelian, (director concertador), Rodrigo Elorduy, (director huésped del coro), y la Orquesta y Coro del Teatro de Bellas Artes.

Podríamos resumir que esta presentación de Elīna Garanča nos ha permitido constatar que nos enfrentamos a una artista en plenitud de facultades vocales y actorales, poseedora de un bello instrumento de mezzosoprano, de timbre claro y brillante, dominio técnico de su cuerda, capacidad para sacar a su paleta vocal una gran dimensión de colores variados, facilidad para los adornos, flexibilidad, capacidad de lograr juegos y una cantidad de matices dependiendo de la personalidad de los personajes a los que da vida y presencia. El programa seleccionado para la ocasión incluyo números orquestales y corales relacionados con las arias de ópera, zarzuela y las propinas con las que cerró la velada. 

Imagen del escenario con Elīna Garanča, Constantine Orbelian y la Orquesta y Coro del Teatro de Bellas Artes / Foto: Cortesía INBAL
Imagen del escenario con Elīna Garanča, Constantine Orbelian y la Orquesta y Coro del Teatro de Bellas Artes / Foto: Cortesía INBAL

Comenzó con un Verdi, el coro de Nabucco “Gli arredi festivi…”, donde pudimos escuchar el nuevo sonido de la sala con la concha acústica recientemente estrenada. Traían ganas los coristas y los maestros músicos, que entusiastas sacaron estridencias a toda voz retumbante. Aquí hizo su aparición la mezzosoprano entrando con donaire y lentitud trayendo dentro de sí a cuestas la pena de la engañada Santuzza en Cavalleria rusticana “Voi lo sapete o mammade Pietro Mascagni. Bien recitada, sentida y de emotivo sentimiento. Continuó con Francesco Cilea en lo que podría ser una declaración de su filosofía: Adriana Lecouvreur “lo son l’umile ancella” donde con humildad confiesa con suave voz que es un soplo que tiene el poder de cautivar y sublimar a quienes escuchan su mensaje. Después, Camille Saint-Saëns suena en la orquesta: Sansón y Dalila,  «Bacchanale», para enmarcar el aria que tanto gustaba a mi padre quien decía que entendía porque el héroe judío había sucumbido al canto amoroso de la filistea. “Mon coeur s’ouvre à ta voix” canta Dalila embelesando a quienes participamos de la seducción.Cierra la primera parte una vuelta a Cavalleria rusticana, «Intermezzo», con la orquesta y la escena de coro y solista “Regina Coeli… Inneggiamo, il Signor non è morto…” donde la voz de Garanča exclamó su plegaria proclamando la resurrección del mártir crucificado.

Luego de un intermedio cambia el panorama y entramos al mundo de la zarzuela española y de lo español soñado y cantado por un francés. Manuel de Falla con la orquesta impone el cambio con «Danza española núm. 1» de La vida breve. La nueva entrada de la Diva, con cambio de vestuario incluido, es espectacular, transformada en una muchacha a quien llaman y conocen como Paloma, de la zarzuela de Francisco Asenjo Barbieri, El barberillo de Lavapiés (Canción de Paloma), donde asoma esa faceta que gusta cantar a quien habla muy bien, con acento que no excluye el “ceceado”, que en México es extraño y picaresco. El público, ya entregado a su encanto la premia con el aplauso que ya no cesará. Continúa otra romanza, de la zarzuela El barquillero de Ruperto Chapí, “Cuando está tan honda…”, también muy festejada. Crítica: Gala Garanča México

Un momento de la gala lírica de Elīna Garanča / Foto: Cortesía INBAL
Un momento de la gala lírica de Elīna Garanča / Foto: Cortesía INBAL

Georges Bizet aparece con su Carmen, primero con la orquesta que toca el Preludio. Y ahí viene la gitana rubia a deleitar, junto con el coro, con tres números de tan gustada ópera: “L’amour est un oiseau rebelle”, “Près des remparts de Séville” y “Les tringles des sistres tintaient” donde el “respetable público villamelón”, que en eso nos hemos convertido todos los allí presentes, damos rienda suelta a esa sensible alegría y regocijo. Entre vítores y aplausos, puesto de pie, la gente aplaude y pide, exige, que el canto y la música continúe, Como propina escuchamos “Granada” de Agustín Lara y “O mio babbino caro” de la ópera Gianni Schicchi de Puccini. Crítica: Gala Garanča México


3 de marzo de 2023, Ciudad de México (Palacio de Bellas Artes).  Gala Elīna Garanča

Elīna Garanča, mezzosoprano, Constantine Orbelian,  director concertador, Rodrigo Elorduy, director huésped del coro.

Orquesta y Coro del Teatro de Bellas Artes

OW