Crítica: «Giovanna D’Arco» en Ciudad de México

Crítica: «Giovanna D’Arco» México Por Manuel Yrízar

Belcanto italiano con Ramón Vargas y Karen Gadeazabal

Estrenada en México en 1857 (pocos años después del estreno absoluto en 1845 en el Teatro alla Scala de Milán), se presenta nuevamente en el Palacio de Bellas Artes Giovanna D’Arco; título planeado ya desde la anterior administración y heredado a la nueva directora de la Ópera Nacional (Ópera de Bellas Artes), la soprano Maria Katzarava.

La obra, una novedad para el público mexicano, a menos que hayan asistido los fantasmas de aquellos que la vieron en el desaparecido Teatro Naciona, en aquel lejano 1857, no se presentó más en el resto del siglo XIX ni en todo el siglo XX. Muy interesante resulta la experiencia de acercarnos a una obra de «los años de galera», séptima obra en el catálogo de Verdi, un compositor que va escalando con paso firme en su evolución como ya apuntaba desde Nabucco. Crítica: «Giovanna D’Arco» México

Una escena de «Giovanna D’Arco» en la producción de la Ópera Nacional de México / Foto: Aldo Vargas

Sirva para quienes asistan a las funciones faltantes para ver lo que era el esquema utilizado en la forma operística desde principios de ese siglo, una fórmula que va a repetirse hasta la saciedad con una suceción de coros, recitativos, arias, cavalletas, duetos, tríos, concertantes y piezas orquestales que tratan de contar las historia, con mayor o menor éxito, dependiendo del genio y el oficio de los poetas-libretistas y los autores de la música.

Karen Gardeazabal y Ramón Vargas en una escena de «Giovanna D’Arco» / Foto: Aldo Vargas

En esta ocasión el público salió complacido de la velada que contó con la participación de la soprano Karen Gardeazabal, como Juana de Arco y del tenor Ramón Vargas, como el rey francés Carlos VII. La soprano protagonista cumple con creces las dificultades y pensamos crecerá más. En Ramón Vargas percibimos el total dominio de la técnica belcantista, se nota que estudió con el sabio maestro italiano, Rodolfo Celletti. Sorprendió la poderosa y potente voz oscura del barítono rumano Mihai Damian como Giacomo, el padre de la heroina de Orleans. En realidad todo el peso de la ópera recae en el tenor, la soprano y el barítono, bien cantados por Gardeazabal, Vargas y Damian, quienes lucen sus cualidades vocales e histriónicas.

Ramón Vargas y Karen Gardeazabal en una escena de «Giovanna D’Arco» / Foto: Aldo Vargas

Los demás cantantes – el bajo Alejandro López (Talbot), el tenor Alberto Galicia (Delil) y los tres oficiales (Chac Barrera, Álvaro Guzmán, Amed Lievanos) cumplieron con en sus breves intervenciones. La puesta en escena de Juliana Vanscoit y Fabiano Pietrosanti, tradicional, también cumple con su cometido sin espectacularidad. El Coro del Teatro de Bellas Artes, a veces gritón, hace un buen trabajo al igual que la orquesta, esta vez bajo la dirección del maestro Felix Krieger.


Ciudad de México (Palacio de Bellas Artes), 11 de febrero de 2023    Giovanna d’Arco, ópera en tres actos de Giuseppe Verdi y libreto de Temistocle Solera.

Estreno mundial: Teatro alla Scala de Milán, 15 de febrero de 1845. Estreno en México: Gran Teatro Nacional, 23 de diciembre de 1857.   Nueva producción de la Compañía Nacional de Ópera (Ópera de Bellas Artes)

Elenco: Karen Gardeazabal, Ramón Vargas, Mihai Damian, Alejandro López, Alberto Galicia, Chac Barrera, Álvaro Guzmán, Amed Lievanos.

Director concertador: Felix Krieger.  Puesta en escena y diseño de video: Juliana Vanscoit y Fabian Pietrosanti. Director huesped del coro: Rodrigo Cadet. Orquesta y Coro del Teatro de Bellas Artes. Diseño de escenografía: Juliana Vanscoit. Diseño de vestuario: Juliana Vanscoit y Erika Gómez. Diseño de iluminación: Rafael Mendoza. 

OW