Crítica: «Guillaume Tell» en La Scala de Milán

Por Bernardo Gaitan Crítica: «Guillaume Tell» Scala Milán

El esperado regreso de Guillaume Tell al Teatro alla Scala finalmente se materializó esta temporada. En las doce ocasiones en que había visitado este teatro, la obra maestra de Rossini había sido representada en su traducción italiana. Sin embargo, la nueva producción del teatro lombardo rompió con esta tradición al presentar por primera vez la versión integral en francés, la lengua del libreto original sobre el que compuso Rossini. Aunque se eliminaron muy pocos fragmentos, como el aria de Jemmy, la producción rescató otras partes que suelen ser omitidas en las representaciones actuales debido a su extensa duración.

Una escena de «Guillaume Tell» / Foto: Brescia & Amisano – Teatro alla Scala

Efectivamente, este drama helvético es denso y extenso, la producción a la que hace referencia esta crítica duró cinco horas y veinte minutos. Sin embargo, el Cisne de Pésaro crea una experiencia disfrutable gracias a su música. El célebre compositor introdujo en su canto del cisne operístico numerosas innovaciones musicales, como el uso del coro masculino (Coro de cazadores), la supresión del recitativo seco y la integración de elementos folclóricos suizos en la música, ampliando así los horizontes del género operístico de su época. Sin duda, lo más destacado fue su capacidad para componer una grand opèra completa, con todos los elementos característicos del género. No bastándole con introducir innovaciones musicales, Rossini también innovó al resaltar ciertos elementos del drama homónimo de Schiller. Este drama narra la liberación del pueblo suizo de la dominación de los Habsburgo por parte de su héroe nacional, Guillermo Tell. Rossini optó por resaltar aspectos que normalmente se hubieran suprimido en una versión operística como temas políticos, la búsqueda de la libertad y la violencia femenina. Además, destacó el conflicto entre el patriotismo y la familia, en un contexto en el que la naturaleza misma se convierte en un símbolo de la identidad suiza.

Una escena de «Guillaume Tell» / Foto: Brescia & Amisano – Teatro alla Scala

La puesta en escena de Chiara Muti fue mediocre por estar plagada de elementos cliché de malas puestas en escena contemporáneas. Muti confesó haberse inspirado en la película «Metropolis» de Fritz Lang, lo que resultó en una total ausencia de los elementos paisajísticos descritos en el libreto. La paupérrima escenografía de Alessandro Camera recreó un ambiente distópico reminiscente del filme, con objetos rotos y polvorientos o estructuras gigantes que giraban. La sutil iluminación de Vincent Longuemare ayudó a concretar un escenario inmerso en una perenne oscuridad en los cuatro actos. Muti incorporó en las partes bailables una mezcla de símbolos religiosos que desviaron la atención de la idea principal; mientras el constante uso por parte del coro de tabletas electrónicas que se iluminaban y contrastaban con la caja negra del escenario resultaron pesimamente integradas en la acción escénica.

Para el Divertissement: Pas de trois del acto III, Silvia Giordano creó una coreografía sin pies ni cabeza que fue abucheada desde todos los niveles del teatro, no solo del loggione, desde donde es común que provengan los abucheos. El vestuario diseñado por Ursula Patzak fue parco para casi todos los personajes, excepto para Gesler, quien fue representado con una capa roja, evocando sugerencias visuales tomadas siempre de «Metropolis». La pregunta que surge aquí es saber si Muti fue invitada a debutar en la Scala por su experiencia y sólidas propuestas teatrales o solo por la fuerza de su apellido.

Una escena de «Guillaume Tell» / Foto: Brescia & Amisano – Teatro alla Scala

Otro apellido que también tiene peso, al menos en el ambiente rossiniano es el de Michele Mariotti, hijo de Gianfranco Mariotti, quien fuera el primer superintendente del Rossini Opera Festival y un destacado experto en Rossini. Michele Mariotti dirigió el título de manera extraordinaria, demostrando un profundo entendimiento del particular estilo de Guillaume Tell. Dirigir correctamente esta obra requiere de gran experiencia en el podio y de mucho estudio del estilo rossiniano, al no ser puramente belcantista ni romántica, sino una combinación de ambos estilos. Además, se debe cuidar el ser abordada como una gran ópera francesa pero con evidentes influencias de la ópera italiana. Mariotti, nacido en Pésaro (igual que Gioachino Rossini) logró equilibrar estos estilos de manera magistral. La Orquesta del Teatro alla Scala interpretó impecablemente las indicaciones del actual director de la Ópera de Roma, adaptando el color y las dinámicas según las necesidades de los pasajes, y manteniendo tempi envidiables. Los momentos orquestales fueron memorables, especialmente el Pas de six del primer acto y la maravillosa obertura. Por otro lado, el coro, tratado como un personaje, destacó por su variedad y complejidad bajo la dirección de Alberto Malazzi, convirtiéndose en uno de los exponentes más atractivos del espectáculo.

El bajo parmesano Michele Pertusi, reconocido intérprete del papel de Guillaume Tell, brilló en el rol principal por una actuación genuina y cautivadora. Aunque su voz mostraba signos de fatiga después de haber interpretado el exigente papel en todas las funciones, Pertusi compensó esto con una hermosa línea vocal y una intensa caracterización del personaje. Su actuación fue recibida con muchos aplausos, destacando especialmente en el aria del IV acto, «Sois immobile, et verse la terre», donde conmovió con su interpretación sincera y muy emotiva. También recibió elogios por su dúo con Arnold, Dmitry Korchak, («Où vas-tu?…Ah! Mathilde, idole de mon ame». Korchak demostró un extraordinario dominio de su parte, abordando hábilmente las dificultades vocales e interpretativas del personaje. Su timbre luminoso y su entrega vocal expansiva le permiten expresar fácilmente tanto los matices románticos como los líricos. El tenor ruso abordó estoicamente las oleadas acrobáticas y sobre todo los sobreagudos de la tan temida aria del IV acto » Asile héréditaire» con confianza y gracia. «Guillaume Tell» Scala Milán

Una escena de «Guillaume Tell» / Foto: Brescia & Amisano – Teatro alla Scala

La actuación de Salome Jicia como Mathilde fue en general satisfactoria. Si bien su timbre vocal tiene matices agradables, la emisión vocal no siempre alcanzó la homogeneidad y el legato deseados. Sin embargo, la soprano georgiana logró interpretar el personaje con elegancia, destacando especialmente durante la hermosa «Sombre forêt, désert triste et sauvage». El bajo ruso Evgeny Stavinky como Melchtal y el argentino Nahuel Di Pierro como Walter contribuyeron con sus sólidas actuaciones como los conspiradores. La soprano Catherine Trottmann destacó en el papel de la hija de Tell, Jemmy, a pesar de notorias dificultades en las notas altas. Por otro lado, la mezzosoprano francesa Géraldine Chauvet ofreció una interpretación apasionada en el papel de Hedwige, la esposa de Guillaume; mientras que Luca Tittoto encarnó de manera incisiva al tirano Gesler.

Una escena de «Guillaume Tell» / Foto: Brescia & Amisano – Teatro alla Scala

La función, inicialmente con entradas agotadas, concluyó con la platea al 70%, ya que con el paso de las horas, las butacas se iban vaciando. No obstante, Mariotti recibió merecidas ovaciones al final del espectáculo, mientras que Pertusi y Korchak fueron calurosamente aplaudidos, confirmando el triunfo de su actuación.


Milán (Teatro alla Scala), 10 de abril de 2024    Guillaume Tell        Ópera en cuatro actos de Gioacchino Rossini y libreto de Étienne de Jouy e Hippolyte-Louis-Florent Bis

Orquesta y Coro del Teatro alla Scala                                                                         Director: Michele Mariotti. Director de coro: Alberto Malazzi

Dirección de escena: Chiara Muti. Escenografìa: Alessandro Cámara. Vesutario: Úrsula Patzak. Iluminaciòn: Vicente Longuemare. Coreografía: Silvia Giordano

Elenco: Michele Pertusi, Dmitry Korchak, Salome Jicia, Nahuel Di Pierro, Evgeny Stavinsky, Catherine Trottmann, Luca Tittoto, Brayan Ávila Martinez, Dave Monaco, Paul Grant, Géraldine Chauvet, Huanhong Li.    OW