Crítica: «Il turco in Italia» en el Teatro Real

Crítica: «Il turco Italia» Real Por Federico Figueroa

Una historia de fotonovela

Por primera vez en su historia operística, la antigua y la nueva, el Teatro Real presenta la ópera Il turco in Italia de Rossini, en una nueva propuesta escénica que después viajará al teatro coproductor, la Opéra de Lyon. Laurent Pelly, el director de escena, le da un “aggiornamento” visual y de concepto a una trama que para los espectadores del siglo XXI no tiene el impacto que pudo tener para los de 1814, cuando se estrenó en el Teatro alla Scala de Milán. Crítica: «Il turco Italia» Real 

Una escena de "Il turco in Italia" en el Teatro Real / Foto. Javier del Real
Una escena de «Il turco in Italia» en el Teatro Real / Foto. Javier del Real

Pelly traslada la acción a la década de los años sesenta del siglo pasado y al universo de la fotonovela, muy popular en aquellos años. Su planteamiento nos presenta a una mujer, Fiorilla, instalada en una cómoda y aburrida vida de burguesa, con un marido con el que parece que ya no existe una gran vida sexual y que ella trata de suplir teniendo amoríos con otros, viviendo de esta manera las aventuras que entran a su cerebro a través de las fotonovelas, de las que es lectora compulsiva. La simplona escenografía de Chantal Thomas es funcional y acompaña el trepidante ritmo teatral de la obra con cambios rápidos y certeros. El vestuario, esta vez firmado por Pelly, y la iluminación de Joël Adam, algo plana, van por el mismo camino: al servicio de la obra, sin robarle protagonismo. El gran trabajo de Pelly está en el movimiento de los actores, cuidados al extremo y que funcionan como maquinaria de relojería. El planteamiento, sin ser novedoso, es imaginativo y funciona en el afán de acercarnos temporalmente la historia original de Il turco in Italia, que aborda el deseo sexual femenino de una forma almibarada e inocentona. Aun así, la sorpresa y empuje que supone esta nueva concepción pierde chispa a mitad del primer acto y se convierte en un ir y venir, estupendamente diseñado, por el escenario. Crítica: «Il turco Italia» Real  

Sara Blanch (Fiorilla) y miembros del coro en una escena de "Il turco in Italia" / Foto: Javier del Real
Sara Blanch (Fiorilla) y miembros del coro en una escena de «Il turco in Italia» / Foto: Javier del Real

La soprano Sara Blanch fue la triunfadora de la noche, y a lo grande, pues la mayoría de los espectadores estaban ahí para escuchar a Lisette Oropesa, retirada por unos días del cartel por un proceso gripal. A Blanch le correspondía interpretar un día más tarde a Fiorilla, un personaje que incorporó a su repertorio en Oviedo hace unos cinco años, y estuvo sobresaliente. Tiene todo lo que se requiere para triunfar en el mundo de la lírica:  buenas dotes interpretativas, un timbre agradable, atractiva zona central y rica en armónicos… Y canta con buen gusto y aplomo, como dejó bien claro en su aria “Squallida veste, e bruna”, en el segundo acto. Su esposo, Don Geronio, fue estupendamente retratado por el barítono georgiano Misha Kiria, acertado en cada giro vocal y gestual, en consonancia al carácter de buffo. El bajo-barítono Alex Esposito compuso al turco Selim con total entrega a la escena, como un chulo de folletín, y una voz de buena calidad tímbrica y suficiente caudal bien manejado. Decepcionante la prestancia vocal del tenor Edgardo Rocha, un ligero con timbre poco agraciado y que hace sufrir al oyente en sus visitas a la zona aguda. Además de que la puesta en escena no perfila del todo qué pinta su personaje (Don Narciso) en el nuevo marco espacio-temporal. También un tanto desconcertado con la voz, opaca y de escaso volumen, de la mezzosoprano Paola Gardina, que escénicamente dio buena cuenta de Zaida, la favorita de Selim, falsamente acusada de infidelidad y huida de Turquía para evitar el castigo. El poeta Prosdocimo del barítono Florian Sempey estuvo a la altura, vocal y escénicamente, de las circunstancias, al igual que el tenor Pablo García-López en el recortado personaje de Albazar (la puesta en escena eliminó su única aria “Ah sarebbe troppo dolce”). Crítica: «Il turco Italia» Real 

Misha Kiria (Don Geronio) y Alex Esposito (Selim) en una escena de "Il turco in Italia" / Foto: Javier del Real
Misha Kiria (Don Geronio) y Alex Esposito (Selim) en una escena de «Il turco in Italia» / Foto: Javier del Real

La dirección musical de Giacomo Sagripanti, debutante en el foso del Teatro Real, dio a cuentagotas esa chispa rossiniana a la que los de mi generación estamos acostumbrados. Su lectura fue más transparente y menos bombástica. No es que los tempi no fuesen adecuados, sino que las burbujas, o gracia, que puede sumar la música de Rossini a la escena no terminaba de fluir. Desde luego Sagripanti marca su personalidad y eso está bien en estos tiempos de tanta imitación. Su estilo es de un belcanto ortodoxo, no “alla Rossini”, a pesar de haber salido de la gran cantera llamada Festival de Pésaro. La Orquesta Sinfónica de Madrid y el Coro Intermezzo, los titulares del Teatro Real, se plegaron con profesionalidad a los requerimientos del maestro. 

Edgardo Rocha (Don Narciso), Florian Sempey (Poeta Prosdocimo) y Misha Kiria (Don Geronio) en una escena de "Il turco in Italia" / Foto: Javier del Real
Edgardo Rocha (Don Narciso), Florian Sempey (Poeta Prosdocimo) y Misha Kiria (Don Geronio) en una escena de «Il turco in Italia» / Foto: Javier del Real

Al final de la representación, aplausos para todos. Merecidamente enfervorecidos para Sara Blanch y Misha Kiria; corteses para Laurent Pelly. Y nuevamente viene a mi mente el “sueño”, compartido con muchos aficionados: una nueva temporada de ópera para Madrid, apoyada firmemente por las instituciones culturales municipales. España y Madrid ya han colocado al Teatro Real en esa liga de “grandes teatros” operísticos de Europa, y también goza del gran Teatro de la Zarzuela, cuyo lema “único en el mundo” es bien cierto. Pero hace falta un teatro lírico de “andar por casa”. No me refiero a un edificio nuevo, sino a una temporada lírica con apoyo institucional que ofrezca trabajo (léase experiencia e ingresos) a los muchos cantantes que se forman y egresan en las aulas cada año, una programación que alimente al público que no puede permitirse ir asiduamente al Real, por aquello de unos precios por butaca en los que sí ocupa el primer lugar en Europa. Este “sueño” es algo real en ciudades como Berlín, París, Londres, Viena, Múnich, Praga, Budapest o Moscú, por mencionar algunas. Ojalá y en Madrid llegue a estar, también, en esta liga.


Madrid (Teatro Real), 31 de mayo de 2023.   Il turco in Italia ópera en dos actos con música de Gioachino Rossini y libreto de Felice Romani.

Director musical: Giacomo Sagripanti.     Director de escena: Laurent Pelly.                         Orquesta y Coro titulares del Teatro Real.

Solistas: Alex Esposito, Sara Blanch, Misha Kiria, Edgardo Rocha, Florian Sempey, Paola Gardina, Pablo García-López

 

OW