Crítica: Inauguración del ‘Lied Festival’ de la Fundación Victoria de los Ángeles

Por Xavier Rivera Crítica Lied Festival Victoria de los Ángeles

Cuando un melómano visita Barcelona, sus pasos lo encaminarán naturalmente hacia esa joya arquitectónica que es el Palau de la Música, cuya programación es incuestionablemente muy atractiva. Sin embargo, existe otro espacio mágico y mucho menos conocido en donde la música se engrandece con la belleza arquitectónica del lugar: la sala Domènech i Muntaner del Hospital de Sant Pau. Diseñador de ambos edificios y alter ego del genial «modernista» Gaudí, Domènech fue un inventivo arquitecto, constructor de espacios y escenarios inspirados en la naturaleza y la leyenda. Algo que también fue inspiración del Wahnfried, la residencia de Richard y Cósima Wagner en Bayreuth. Esta sala no había sido diseñada para conciertos, pero su acústica es más que agradable y la Fundación Victoria de Los Ángeles ha encontrado aquí un espacio emblemático para presentar lo que es uno de los principales objetivos de esta asociación: el recital de «Lieder» y la pedagogía que lo rodea. No es ningún secreto que la gran artista barcelonesa dedicó una parte importante de su actividad al recital y que consideraba que la ópera nunca debía ser el único eje del planteamiento artístico de un buen cantante.

La soprano Elena Pankratova en el Lied Festival de la Fundación Victoria de los Ángles (c) Elisenda Canals 2024

Elena Pankratova y Joseph Breinl nos ofrecieron pues, un recital inspirado en la actividad wagneriana de Victoria. De hecho, sigue siendo la única cantante española que ha subido al escenario del santuario de Bayreuth. Bajo el título «Mild un leise» – las primeras palabras de la escena de la muerte de Isolda – comenzaron con una selección de algunas de las melodías más conmovedoras de Gustav Mahler. La voz es robusta: Pankratova es una de las grandes cantantes wagnerianas actuales y el instrumento impone por sus ricas resonancias y su denso sonido. Pero ese es un aspecto casi anecdótico de su interpretación: la palabra clave es precisamente el flujo de emociones que consigue transmitir al oyente. No es banal que, al terminar su «Ich bin der Welt abhanden gekommen», tuviera los ojos casi llenos de lágrimas… No sé gran cosa sobre su educación y su carrera, pero la precisión y fluidez de su dicción alemana y su adecuación estilística en Mahler, pasando de frases refinadas a las oleadas y torbellinos de «Blicke mir nicht in die Lieder» y encontrando cúspides de concentración emocional en «Um Mitternacht», rompen radicalmente con el viejo cliché de las grandes voces del otro lado de los Urales con un estilo más o menos dudoso… Crítica Lied Festival Victoria de los Ángeles

Continuaron con los famosos Wesendonck Lieder, que, junto con el «Sigfried Idyll», cuentan probablemente entre las obras más inspiradas de Wagner. Aunque la obra de Mathilde Wesendonck no puede considerarse una de las cumbres de la poesía alemana, sí que consigue un lenguaje alegórico, eufónico y cargado de imágenes muy en sintonía con la sensibilidad finisecular de la época, y es fácil comprender por qué inspiró la creatividad de su amante. Pero, sin querer escandalizar a los «wagneritas» incondicionales, este refinado clima poético contrasta con la banalidad literaria de esta letanía que parece recitar Isolda en su aria final, Liebestod, que concluyó el concierto, mientras la música transmite un prodigioso torbellino de agitación ligado a la amalgama entre Eros y Tánatos. El hiato entre el Wagner poeta y el Wagner compositor es realmente asombroso.

El pianista Joseph Breinl en el Lied Festival de la Fundación Victoria de los Ángles (c) Elisenda Canals 2024

Prácticamente todos los temas de los Wesendonck Lieder se encuentran en Tristán, en particular esa extraña suspensión armónica de «Im Treibhaus», que recorre prácticamente todo el segundo acto. Pero no el famoso «acorde» del Preludio, el doble tritono cuya séptima se resuelve hacia arriba en contra de las reglas tradicionales: fue Franz Liszt quien lo creó, en su «Ich möchte hingehen», un lied muy poco conocido basado en un texto de Georg Herrweg, precisamente el poeta que presentó Wagner a Liszt, quien se convertiría en uno de sus grandes apoyos artísticos y más tarde en su suegro. El célebre ‘Preludio’ fue magistralmente interpretado por el pianista de la velada, Joseph Breinl, un artista capaz de crear atmósferas etéreas o pasiones tumultuosas con una pluralidad tímbrica y de colorido francamente asombrosa. Todo ello sin constreñir nunca a su compañera, ayudándola siempre a desarrollar su fraseo con la mayor libertad.

El artista visual Marc Busquets contribuyó al éxito artístico de la velada con un diseño de iluminación meticuloso y evocador que subrayó la belleza del lugar y ayudó a sugerir imágenes encantadoras. Crítica Lied Festival Victoria de los Ángeles

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Sala Domènech i Muntaner del Hospital de Sant Pau, Barcelona, a 30 de septiembre de 2024. Inauguración del ‘Lied Festival’ de la Fundación Victoria de los Ángeles con el programa ‘Mild un leise’, a base de obras de Mahler y Wagner.  Elena Pankratova (soprano) y Joseph Breinl (pianista).

Foto portada: (c) Elisenda Canals

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