Crítica: «La Cenerentola» en el Teatro Circo de Albacete

Por Federico Figueroa

Estrenada en 1817, La Cenerentola es, de alguna forma, una de las últimas ópera cómicas de ese siglo, en el que la mina del romanticismo abril caminos diferentes al género y a las artes en general. El libreto de Jacopo Ferretti tiene su fuente en el cuento de Perrault y también bebe de otros textos. En la obra de Ferretti y Rossini, existen importantes diferencias con el cuento original, como el zapato que es sustituido por un brazalete y en lugar de madrastra tenemos un padrastro, y, quizá lo más importante, el elemento mágico desaparece. Dicen que por los medios económicos y técnicos disponibles en el Teatro Valle de Roma, en el que se estrena la ópera. El hada madrina es cambiado por el ayo sabio del príncipe, que encarna los valores de la ilustración. El perdón final de Angelina, ya ocupando el trono, simboliza la justicia y clemencia del que gobierna, similar a muchos libretos de la ópera del Settecento. Alberto Zedda en sus «Divagaciones Rossinianas», señala que Angelina, el príncipe Don Ramiro y el preceptor Alidoro son personajes más propios de ópera seria. Crítica: «La Cenerentola» Teatro Albacete

Una escena de «La Cenerentola» en el Teatro Circo de Albacete / Foto: Álvaro Jiménez

El Teatro Circo de Albacete eligió este «dramma giocoso» para estrenarse como productor y es de aplaudir que lo haya hecho de la forma más seria que le permiten sus medios y volcados en crear oportunidades a jóvenes profesionales del canto. La joven mezzosoprano Carla Sampedro ofreció una Angelina, la Cenicienta, de timbre atractivo, con un canto bien rematado en los vericuetos del virtuosismo pirotécnico del rondó final, sin descuido de la expresividad de toda esa metralla. Como debutante en el rol, tiene un buen margen para pulimentar con delicadeza al personaje, que es un bombón para toda cantante de su cuerda. El tenor Víctor Jiménez convenció como el Príncipe Ramiro, domina los agudos y canta con pulcritud. Dandini, su escudero, intrpretado por el bajo-barítono Javier Agudo se ganó los aplausos por su elegante y bien timbrada voz, un chorro potente y de atractivo timbre que sabe manejar. El barítono Carlos Lozano sacó lustre escénico y cantó irreprochablemente a Don Magnifico. Alidoro, el mentor mago del príncipe, fue interpretado por el bajo-barítono Sebastià Serra, cantante de emisión franca y timbre oscuro, y como las hermanastras de Angelina, Tisbe y Clorinda, hemos disfrutado de las sopranos Alicia Sánchez y Carla Ortega, con atuendos muy diferentes al resto de los personajes, a los que acompañaban con sus voces afiladas, con punta y gran comicidad escénica.

Javier Agudo, Víctor Jiménez y Carla Sampedro / Foto: Álvaro Jiménez

 

La obra puede resultar reiterativa y larga. El director de escena, Carlos Lozano, no dudó en usar las tijeras, desapareciendo los recitativos que desde luego aligeranron la duración total de la obra. Aunque sí hizo falta alguna de esas partes, como para comprender por qué Angelina tiene un brazalete e intenta devolverlo al príncipe. Como ya dije, gana en «ligereza» y el público se lo pasa muy bien. La estética general, bien conseguida, apuntaba hacia imágenes de películas de Tim Burton. Hubo escenas dinámicas y cuadros de gran belleza plástica, pero también hubo algunos excesivamente extáticos, pero todos estaban realizados con una dirección de actores clara e intencionada. La escenografía parte de cuatro telones «pintados» (en realidad impresos sobre lona) y poco atrezzo (una silla, dos mesas, etc.) haciendo posible disponer de todo el escenario para el trazo de movimiento de coro, solistas y las acróbatas que participaron muy atinadamente en el temporal.  El coro de nueve voces masculinas realizó una actuación más que honorable.

Desde el foso, y al frente de la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Superior de Música de Castilla-La Mancha estuvo el maestro Pablo Marqués. Su lectura fue vivaz, festiva digamos, consiguiendo una sonoridad ligera o un poco más pesada para las escenas que lo requerían. El público aplaudió con entusiasmo a todos los artistas al final de la representación. Ojalá y este teatro continúe en la senda y sea productor de algunos de sus espectáculos. Crítica: «La Cenerentola» Teatro Albacete


14 de junio de 2024, Albacete (Teatro Circo)   La Cenerentola  G. Rossini

Dirección musical: Pablo Marqués       Dirección de escena: Carlos Lozano

Elenco: Carla Sampedro, Víctor Jiménez, Javier Agudo, Carlos Lozano, Alicia Sánchez, Carla Ortega, Sebastià Serra.

Orquesta Sinfónica del Conservatorio Superior de Música de Castilla-La Mancha. / Coro de Voces Masculinas de Albacete.                         OW