Crítica: «La Corte de Faraón» del Teatro de la Zarzuela con Martínez-Castignani como Faraón

Por José Antonio Lacárcel Crítica: Corte Faraón» Zarzuela Martínez-Castignani 

La exitosa producción que en el año 2012 hiciera Emilio Sagi de la obra La Corte de Faraón, ha llegado en esta temporada 2024-2025 al Teatro de la Zarzuela, temporada que, en parte se caracteriza por haber llevado a cabo importantes reposiciones como Marina, La del manojo de rosas y La tabernera del puerto que será la que cerrará la temporada ya en el mes de junio. Y ha vuelto con un éxito indiscutible, con el beneplácito, e incluso, con el fervor del público que viene llenando todas las localidades del viejo coliseo, tarde tras tarde, en una demostración de que cuando una producción está bien hecha, con personalidad, con fantasía, con ideas propias, el público responde con entusiasmo. Se pudo observar en la tarde noche del sábado, primer día de febrero, y tengo referencias de que la misma suerte ha corrido en las anteriores representaciones.

Una escena de «La Corte de Faraón» en el Teatro de la Zarzuela / Foto: Javier del Real

La corte de Faraón es una obra debida al ingenio de Guillermo Perrín y Miguel de Palacios en una adaptación del antes citado Emilio Sagi y Enrique Viana. Es obra que, desde su estreno en 1910 viene envuelta en polémica aunque, desde el primer momento, hasta nuestros días ha contado siempre con el favor del público. Hay algo también morboso en el hecho de que sufrió los rigores de la censura en la etapa franquista, al tratarse de un tema que tiene su origen en la Biblia y por el tratamiento desenfadado, irreverente y audaz que le imprimieron sus autores. Todo ello ha contribuído y mucho a que sea siempre recibida con agrado, sobre todo cuando el público quiere reir, quiere escuchar una música pegadiza- no ausente de calidad en varios de sus números- y aparcan los problemas para disfrutar de un espectáculo muy particular, muy poco frecuente y que tiene mucho de revista, de musical a la española, de farsa desenfadada que alguien ha calificado como gamberra. Aunque no se pudo representar durante muchos años, es lo cierto que todos conocíamos la música y buena parte del libreto. Como siempre fue esencial el trabajo llevado a cabo con las grabaciones de zarzuelas que se realizó con la magistral dirección de Argenta, contando con la colaboración de cantantes tan reconocidos como Ana María Iriarte o Dolores Cava, y un sensacional actor como Joaquín Portillo  que sabe hacer una versión espléndida y tremendamente cómica del controvertido personaje central, el bíblico José, hijo de Jacob. Todo ello hizo que la música que ya había conquistado a los públicos desde la fecha de su estreno, fuera bien conocida y admirada en los años del franquismo. Porque la radio la puso con bastante frecuencia y las nuevas generaciones de entonces, años 50 y 60, del pasado siglo, saborearon sus melodías y aprendieron a tararearlas. O sea que La Corte de Faraón superó los embates de la censura y parece que llegó hasta nuestros días con una mayor fuerza y con una mayor frescura.

Pero ¿qué es en realidad, como género,, La corte de Faraón? No es una zarzuela en el sentido exacto de la palabra, no es del todo una revista, aunque tiene mucho de tal, ni es del todo un musical a la española. Queda un tanto en el aire con una personalidad propia que ni los más contrarios pueden dejar de reconocer. Me gusta el término gamberrada dicho con cariño y con no poca ternura. Porque también hay algo de astracanada, con ciertos aires esperpénticos que la mantienen en ese limbo que no es, como hemos podido comprobar una vez más, sino un aliciente para que se constituya siempre en un rotundo éxito. Crítica: Corte Faraón» Zarzuela Martínez-Castignani

Una escena de «La Corte de Faraón» en el Teatro de la Zarzuela / Foto: Elena del Real

En cuanto a la parte musical se cuenta con una luminosa partitura del valenciano Vicente Lleó, músico de fácil inspiración, de convincente línea melódica pero también poseedor de notable habilidad como compositor, con buenos recursos armónicos, consiguiendo un orquestación de calidad. Los números más cómicos o más llenos de picardía, tienen un tratamiento desenfadado, con una música alegre, retozona, graciosa sin buscar demasiadas complicaciones. Especial tratamiento tiene la salida a escena de Lota, donde tras el “De Tebas soy yo, en Tebas nací, “ y la correspondiente respuesta de coro, de tan doble intención, inicia la protagonista una intervención con esta frase “En el templo de Isis purificada” y la orquestación aquí hay que reconocer que es francamente buena y la melodía muy conseguida. Este tema será la base del interludio que separa unos cuadros de otros y vuelvo a insistir en que está muy bien tratada orquestalmente. También es digno de mención el vals que después volverá a ser utilizado en otro intermedio. En fin, el alegre y chispeante garrotín que argumentalmente viene a ser otro buscado número de comicidad y absurdo planteamiento, está muy bien trabajado y enlaza con lo que sería lo más granado de los últimos e inspirados vestigios del género chico. Escénicamente el trabajo de Emilio Sagi me parece excelente. Es gracioso, imaginativo, sin ningún punto muerto y con un gran dinamismo, apoyándose en la buena escenografía de Daniel Bianco, con un divertido vestuario de Gabriela Salaverri y una no menos divertida coreografía de Nuria Castejón.

Vocalmente la partitura no es especialmente exigente. Pero los interpretes han estado muy acertados, no olvidando nunca la condición de humorada del libreto y estando siempre a buena altura. Maria Rey-Joly (Lota) ha hecho muy creíble a su personaje. Ha cantado con picardía, con gracia, con buen estilo y luciendo su buena voz. María Rodríguez (la Reina) ha sido muy convincente y ha sabido dotar a su personaje de suficiente vis cómica. Annya Pinto (Raquel) ha dotado de buena entidad a su personaje. Han estado a buena altura Amparo Navarro, Amelia Font, Leticia Rodríguez, Jesús García Gallera y Rafael Lobeto. Dentro del buen nivel general cabe destacar la gracia y el buen hacer de Enric Martínez Castignani (Faraón), Ramiro Maturana (Putifar) y José Manuel Díaz (Gran Sacerdote). Muy acertado como actor, con una considerable vis cómica, y solvente como cantante, el tenor Jorge Rodríguez Norton, al que hemos visto y escuchado en buenas intervenciones en otras producciones del teatro. Ha cantado bien y ha tenido mucha gracia, sin excesos, dotando de la adecuada comicidad al personaje de José.

Enrique Viana como Sul en «La Corte de Faraón» / Foto: Elena del Real

Capítulo aparte merece Enrique Viana, al que se debe buena parte de esta producción. Ha estado magnífico, con gracia, con desparpajo, con una gran vis cómica, sabiendo improvisar y dotando a su personaje -la babilónica Sul- de gracia y picardía. Pero es que además ha cantado muy bien, con mucho gusto, sin perder nunca la musicalidad y le ha dado a su famosa “Son las mujeres de Babilonia, las más ardientes que el amor crea”, toda la gracia, la picardía, el humor y cierto airecillo erótico que ha conquistado al público totalmente. Su capacidad de improvisar, su chispeante diálogo con el director de orquesta. Toda su intervención ha sido francamente buena, chispeante y haciéndonos cantar a todo el teatro lo de “Ay ba, ay ba, ay babilonio que marea”. Todo un espectáculo.

Muy bien de afinación la orquesta, la ORCAM, sabiamente dirigida por Carlos Aragón, que ha contribuído al éxito total, siendo respetuoso con los cantantes y demostrando calidad y buen hacer en los mejores momentos orquestales. Acertado, como siempre, el coro que dirige Antonio Fauró. En resumidas cuentas, una tarde noche divertida, con protagonismo del público que ha disfrutado con las – a veces demenciales- secuencias de la obra.


Madrid (Teatro de la Zarzuela), 1 de febrero de 2025.    La Corte de Faraón  Música: Vicente Lleó.    Libreto: Guillermo Perrín y Miguel de Palacio.   Versión de Emilio Sagi y Enrique Viana.  OW Crítica: Corte Faraón» Zarzuela Martínez-Castignani

Dirección musical: Carlos Aragón                        Dirección de escena: Emilio Sagi

Elenco: María Rey-Joly, María Rodríguez, Annya Pinto, Amparo Navarro, Amelia Font, Leticia Rodríguez, Enric Martínez-Castignani, Jorge Rodríguez-Norton, Ramiro Maturana, Enrique Viana, José Manuel Díaz, Jesús García Gallera y Rafael Lobeto.

Orquesta de la Comunidad de Madrid                       Coro Titular del Teatro de la Zarzuela