Por Daniel Lara Crítica: «La Corte Faraón» Zarzuela
Continuando con su temporada 2024-25 y conmemorando el 115 aniversario de su estreno, el Teatro de la Zarzuela de Madrid presentó con enorme éxito la divertidísima, frívola y transgresora opereta bíblica La corte de Faraón, título imprescindible del patrimonio musical lírico español, con música del compositor Vicente Lleó (1870-1922) y libreto, cargado de ironía y crítica social, de los escritores Guillermo Perrin (185)7-1923) y Miguel de Palacios (1858-1920). Estrenada en el teatro Eslava de Madrid el 21 de enero de 1910, la partitura es una combinación de zarzuela, opereta, revista y cuplé que marca una transición del género chico al musical “a la española”. La trama narra, de modo muy ligero, toda un serie de enredos amorosos y situaciones cómicas en el Egipto faraónico, parodiando de paso, a la famosa ópera Aida del italiano Giuseppe Verdi.

Para dar marco a la acción, la dirección del teatro no pudo escoger mejor, recurriendo a la creativa producción escénica que, con muchos guiños de temática gay, Emilio Sagi estrenara en el 2012 para el Teatro Arriaga de Bilbao, y que desde entonces no ha parado de cosechar éxitos en su paso por algunos de los más importantes teatros españoles. Indiscutible conocedor de paño, Sagi ofrece aquí un espectáculo muy cuidado, sin excesos, de ritmo dinámico y siempre entretenido para el que echó mano a una enorme variedad de recursos teatrales que funcionaron a la perfección para el desarrollo de la trama, dándole un marco inmejorable a la acción y divirtiendo a más no poder al público. A este resultado contribuyeron de modo decisivo la rica escenografía de Daniel Bianco, de fastuosa estética donde abundan los dorados simulando el oro de la opulente corte faraónica; el lujoso, atractivo y multicolor vestuario de la figurinista Gabriela Salaberri; las mágicas atmósferas creadas por el iluminador Eduardo Bravo y las creativas coreografías de Nuria Castejón. ¡Chapeau! Crítica: «La Corte Faraón» Zarzuela

El elenco vocal fue de campanillas. Del primero al último de los intérpretes resultaron ideales para sus partes y defendieron “a capa y espada” el espectáculo. Con una voz de bello timbre, bien conducida y con un decir lleno de intencionalidad, la soprano María Rey-Joly asumió a la perfección la parte de Lota, la bella doncella virgen, dispuesta a todo por dejar de serlo. Vocalmente muy solventes y entregadas a la composición de sus personajes fue remarcable la labor tanto de la mezzosoprano María Rodríguez (la Reina) como el de la soprano Annya Pinto (Raquel). No les fueron en zaga y arrancaron risas por doquier, el efectivo coro de viudas, a cargo de dar consejos a la novia para su noche de bodas, conformado por las sopranos Amparo Navarro (Ra), Amelia Font (Sel) y Leticia Rodríguez (Ta). Delineando a un faraón reprimido y de, a juzgar por sus poses, “gustos amplios”, el barítono Luis Cansino puso al servicio de su parte una voz de exuberante caudal vocal, gran musicalidad y notables cualidades expresivas que convinieron a la perfección a la parte. Magnífico, el “casto” José del tenor Jorge Rodríguez-Norton le sacó chispas a su personaje y concentró, por su claro dominio de la escena, toda la atención en cada una de sus intervenciones. Vocalmente cumplió, y en su dúo con Lota “Yo soy el casto, yo soy el casto, casto José…”, gracias a su inteligente y versátil interpretación, se metió al público en el bolsillo y le arrancó la primera gran ovación de la noche.

Por su parte, y presumiendo de una voz de bellísimo y cálido esmalte, agudos seguros y de una línea de canto muy depurada, el barítono Ramiro Maturana brindó una caracterización de muchos méritos del victorioso general Putifar, destacando particularmente en su entrada con un “Salve Lota pura y bella…” de muchos quilates. Pilar fundamental en el éxito de la producción, el histriónico tenor Enrique Viana, quien además firma junto a Sagi esta “versión” revisada de la zarzuela, se hizo de un bien merecido triunfo personal componiendo una babilónica Sul de antología. Celebradísimo, Viana entonó de modo hilarante los famosos cuplés “Ay, babilonio…”, instó a cantar al público y ofreció un ocurrente monólogo en el que repasando temas de actualidad local al mejor estilo “Drag Race España” provocó el delirio de la audiencia. Completaron el elenco, el barítono José Manuel Díaz como un gran sacerdote de mucha valía y la desopilante pareja de esclavos de Putifar de Jesús García Gallera (Selhá) y Rafael Lobeto (Seti).

El coro titular de la casa dirigido por Antonio Fauró hizo alarde de solidez y de buena preparación. Al frente de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, el director Carlos Aragón demostró conocer la partitura hasta en sus más mínimos detalles y ofreció una lectura inspirada, plena de energía y buen ritmo. Instigados por los intérpretes, el público acompañó con su canto algunas páginas de la partitura, bien instaladas en la memoria popular. En fin, si busca divertirse, este espectáculo es un imperdible de la cartelera madrileña por estos días.
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Madrid (Teatro de la Zarzuela), 29 de enero de 2025. La Corte de Faraón OW
Producción del Teatro Arriaga, Teatro Campoamor y Teatros del Canal (2012)
Dirección musical: Carlos Aragón. Dirección del coro: Antonio Fauró.
Dirección de escena: Emilio Sagi. Escenografía: Daniel Bianco. Vestuario: Gabriela Salaverri.
Elenco: María Rey-Joly, María Rodríguez, Annya Pinto, Amparo Navarro, Amelia Font, Leticia Rodríguez, Luis Cansino, Jorge Rodríguez-Norton, Ramiro Maturana, Enrique Viana, José Manuel Díaz, Jesús García Gallera y Rafael Lobeto.
Orquesta de la Comunidad de Madrid Coro Titular del Teatro de la Zarzuela