Crítica: «La tabernera del puerto» con Julio César Picos en el foso

Por Federico Figueroa Crítica: tabernera puerto» Julio Picos

 La tabernera del puerto sin coro ¿es posible?

Asistí a la tercera representación de La tabernera del puerto, de las 15 previstas en esta temporada por el Teatro de la Zarzuela (TZ), aún muy confundido por lo sucedido en el función de apertura de esta tanda de funciones de la puesta en escena de Mario Gas, que se estrenó en 2018 y se repuso en 2021. La huelga convocada por el Coro Titular de la Zarzuela, cuyos miembros realizaban ese día una protesta a las puertas del teatro, entre las 18:30 y las 21:00, bajo el lema “Por el respeto a la plantilla y a los acuerdos pactados sobre los días de descanso y el calendario laboral”, en defensa de condiciones laborales vigentes desde 1996. Las negociaciones entre INAEM y el colectivo no llegaron a buen puerto, como en otras ocasiones ha ocurrido con otros colectivos estables del TZ y que han llevado a la cancelación, incluso, de estrenos mundiales (Policías y ladrones, por ejemplo, y más recientemente algunas de las funciones de 2021 de La tabernera del puerto). La noche anterior al 4 de junio, algunos medios de comunicación dieron la noticia, precipitadamente, de «cancelación» de la función del día 4 de junio. Ocurrió lo contrario: el INAEM y los responsables directos del teatro, Isamay Benavente (directora del TZ) y José Miguel Pérez Sierra (director musical del TZ), dieron luz verde a la primera función de La tabernera del puerto pese a la huelga convocada por el Coro Titular del teatro y sin contar con ellos en el escenario. La obra se representó sin el coro, una ausencia especialmente notoria en una zarzuela que comienza y termina con escenas corales y cuya dramaturgia se apoya fuertemente en la participación colectiva. Crítica: tabernera puerto» Julio Picos

Una escena de «La tabernera del puerto» / Foto: Javier del Real

La reflexión está en si era necesario ofrecer, ¡en el Teatro de la Zarzuela! un zarzuela incompleta, como si de un bolo hecho en pueblo por una compañía privada (de empresarios que se juegan su dinero propio), que en su precariedad económica (porque el presupuesto municipal no da para más) y buena fe (hay que llevar zarzuela a cualquier rincón de la «Piel de Toro» y más allá), prescinde en ocasiones de un generoso coro o corta escenas para no necesitar actores/cantantes que tienen pocas frases. Estas compañías llevan la zarzuela a poblaciones pequeñas, a veces de solo mil habitantes, porque también ellos y ellas tienen ganas (y derecho) de disfrutar del muy cacareado género lírico español. Pero en Madrid tenemos a un teatro único en el mundo, el Teatro de la Zarzuela, cuyo objetivo es defender a la lírica hispana y con el músculo suficiente para que lo haga con la pompa y circunstancia que la eleve a la altura del vecino Teatro Real. En mi humilde opinión, esa función de «estreno» de La tabernera del puerto sin coro fue un torpedo a la línea de flotación del género Zarzuela. Lo prudente era suspender la función de una producción vista (2018) y revista (2021), y un día después hacerla como es debido. Y como cierre de la noche, el horario de «protesta-huelga» se había agotado  a finalizar la representación de «La tabernera sin coro» por lo que los miembros del coro (respetando los compromisos laborales) salieron a los saludos. El público les afeó su escaso compromiso con el arte, visto desde el punto de vista de ellos y con la lectura previa de «por respeto al público y a los demás artistas, se hará la función sin coro». ¿Y quién lleva el dinero a casa con el arte? El artista. Si no defiende sus derechos, dialogando con quienes tengan que hacerlo, podría terminar viviendo debajo de un puente. No me ha extrañado en absoluto que tras ese día de función de estreno, los sindicatos (UGT, Comisiones Obreras y CSIF) hayan escrito una carta abierta el Ministro de Cultura, Ernest Urtasum, exigiendo el cese de Isamay Benavente y José Miguel Pérez-Sierra, responsables del Teatro de la Zarzuela. Crítica: tabernera puerto» Julio Picos

Una escena de «La tabernera del puerto» / Foto: Javier del Real

En la tercera función de La tabernera del puerto debutaba en el foso del Teatro de la Zarzuela el asturiano Julio César Picos, cuya lectura me pareció correcta y no mucho más, sin conseguir un gran sonido, como es habitual de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, ni la chispa y los requiebros que requiere una zarzuela como «Tabernera», que salta de lo cómico a lo dramático de un número a otro. En esa planicie musical navegaron, como pudieron, los solistas. Deseamos que cuando vuelva a este teatro, con Bohemios en febrero de 2026, las funciones que haya dirigido de El barberillo de Lavapiés en Basilea, al alimón con su maestro Pérez-Sierra, sean de gran aprendizaje del género. La puesta en escena firmada por Mario Gas está apoyada en una acertada y grandiosa escenografía diseñada por el fallecido Ezio Frigerio, el apropiado vestuario de la viuda de este (Franca Squarciapino) y la oportuna iluminación diseñada por Vinicio Cheli. En esta tercera reposición noté menos trabajo de actores, con una Marola (en las ocasiones anteriores fue interpretada por Sabina Puértolas, Marina Monzó, María José Moreno y Sofía Esparza) un tanto resuelta por sí misma y dejando mucho más al pairo a Leandro (que fue interpretado en aquellas funciones por Antonio Gandía, Alejandro del Cerro y Antoni Lliteres).

La protagonista que de la zarzuela es Marola, la tabernera, que fue interpretada por la soprano andaluza Leonor Bonilla, con una atractiva voz de soprano ligera, aunque su faceta de intérprete quedó un tanto alicaída y aunque resolvió bien la esperada romanza «En un país de fábula», fue tan lenta que estuvo a punto de aburrir a más de uno. Ángel Ódena se encargó de Juan de Eguía, bien en lo actoral y con poco brillo en lo canoro. Es un barítono que cumple las expectativas. Leandro era el tenor Marcelo Puente, con una voz de escaso atractivo tímbrico y un vibrato corto que lo afea más. Aunque se estrecha un tanto en la parte de arriba, cumple sin emocionar. Rubén Amoretti, como Simpson, es un buen intérprete actuando pero la voz ya no tiene el brillo de hace unos años, pero fue uno de los más completos construyendo su personaje. En el Teatro de la Zarzuela cantó este mismo personaje en 2018 y 2021, y en este 2025 alterna con Simón Orfila. La renovación de cantantes de zarzuela es otra de las asignaturas del Teatro de la Zarzuela.  

Leonor Bonilla y Marcelo Puente / Foto: Javier del Real

En los personajes secundarios la soprano Ruth González lo hizo muy bien en la parte de Abel, logrando un gran contraste positivo con la imagen que me dio haciendo ese personaje en 2018 y 2021. Poner actores en personajes que tienen que cantar, como son Antigua y Chinchorro, es una pesada losa para el espectáculo. Grandes actores se encargan de estos personajes (como ya lo hicieron en 2018 y 2021), Vicky Peña y Pep Molina, con presencia escénica y desparpajo para dar y regalar, pero no es lo mismo hacer de Custodia (La rosa del azafrán) o Alcalde (El rey que rabió) que cantar un dúo cómico al que Sorozábal le puso música. El Coro Titular del Teatro de la Zarzuela estuvo pletórico, cantando y actuando con la entrega que, cualquier espectador, se espera. La sala, en la zona de butacas de patio, no estaba llena, y en cada pausa (hubo dos) se marcharon varias personas. A mi alrededor vi espectadores durmiendo y muchos más con cara de aburrimiento. Aplausos los justos, muchos para Leonor Bonilla y para los miembros del coro.


Madrid (Teatro de la Zarzuela) 6 de junio de 2025.  La tabernera del puerto.  Romance marinero en tres actos.  Música: Pablo Sorozábal. Libreto: Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw, basado en «Un romancillo marinero» (1935) de Federico Romero.

Estreno en el Teatro Tívoli de Barcelona (6 de marzo de 1936), estreno en Madrid el 23 de marzo de 1940 (Teatro de la Zarzuela).

Producción del Teatro de la Zarzuela de 2018, repuesta en 2021.

Dirección musical: Julio César Picos           Dirección de escena: Mario Gas

Elenco: Leonor Bonilla, Marcelo Puente, Ángel Ódena, Rubén Amoretti, Ruth González, Vicky Peña, Pep Molina, etc.                                      OW