Crítica: «La vida breve» y «Tejas verdes» en el Teatro Real

Por Federico Figueroa Crítica: vida breve» «Tejas verdes»

Una mala sombra parece perseguir a La vida breve en el Teatro Real. El autor de esta pequeña gran ópera, Manuel de Falla, esperaba estrenarla en ese teatro. No en vano había ganado el concurso organizado por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1905. Pero eso jamás ocurrió en vida del compositor gaditano. En 1925, Teatro Real cerró sus puertas a las representaciones escénicas durante décadas, hasta que en 1997 volvió a darles cabida. En la reapertura se presentó La vida breve en programa doble con el ballet El sombrero de tres picos, también de Manuel de Falla. En las funciones de hace veintisiete años, las estrellas del cartel eran eximios cantantes en proceso de “adioses», como Jaime Aragall, Alicia Nafé o Vicente Sardinero. De la puesta en escena se encargó Francisco Nieva, haciendo una propuesta que se deleitaba en lo pintoresco y de la que existe una grabación realizada por TVE. En julio de 2001 la propuesta de Nieva, muy aplaudida por el público, volvió a subir al escenario del Real con un plantel de solistas casi completamente diferente de aquel de 1997, y una de las nuevas incorporaciones fue la cantaora Estrella Morente. Nieva estaba muy orgulloso de su propuesta escénica y señaló que quiso darle “un enfoque realista y descriptivo para que la gente viera una obra de 1910 y no de nuestros días”. Era una apuesta por que La vida breve se ofreciera, por ser la ópera emblemática del repertorio español, cada pocos años en Madrid, como hacen los grandes teatros de Europa con algunas de sus producciones. Lo cierto es que la ópera de Manuel de Falla no se ha vuelto a ver en el Real durante casi 25 años. Mientras tanto, en ese mismo períod de tiempo a la ópera de Manuel de Falla con libreto de Carlos Fernández Shaw, se le ha visto en diversas propuestas escénicas, desde Buenos Aires hasta Valencia, pasando por Ciudad de México, Sevilla o Metz. Y sus apariciones en versión de concierto se cuentan por decenas, desde Los Ángeles y Boston hasta Alicante y Granada. Y en Madrid tampoco ha dejado de estar presente la obra, ya sea en el Teatro Monumental, el Auditorio Nacional de Música o el Teatro de la Zarzuela.

De izquierda a derecha: Ana Ibarra, Rubén Amoretti, Adriana González y Eduardo Aladrén / Foto: Javier del Real

Finalmente, y tras 28 años de espera, llega una nueva propuesta escénica de La vida breve, quizá la única opera española en el repertorio internacional, al Teatro Real pero amancebada con el estreno mundial Tejas verdes, la segunda ópera de Jesús Torres (Zaragoza, 1965) que desde el encargo estaba predestinada, según información del programa de mano, para ser presentada emparejada con la ópera del gaditano, que fue estrenada en 1913. “Malhaya quien nace yunque en vez de nacer martillo”, dice la voz en la fragua en La Vida Breve, y nuevamente le ha tocado ser yunque. En el programa de mano que ofrece el Real, hay publicados sendos artículo que encuentran y desmenuzan los paralelismos y conexiones entre ambas óperas. Uno de los artículos está firmado por quien elabora el programa artístico, Joan Matabosch, el otro por el director de escena. Y como el que busca encuentra, la propuesta recurrió al imaginario opresivo masculino para unir una con otra, previa limpieza en cuestiones espacio-temporales. Y en ese sentido el espectáculo funciona.

Eduardo Aladrén, Carmen Mateo y bailarines / Foto: Javier Del Real

Funciona pero no conmueve ni trasciende, que es una de las ideas que ha llevado a hacerlo como se hizo. La lucha de clases y la sumisión de la mujer hasta hacerlas creer que lo único importante que tienen es el virgo, cuestiones que plantea La vida breve, se convierten en esta propuesta de Rafael R. Villalobos, en una prisión tangible con una escenografía poéticamente feísta, firmada por Emanuele Sinisi con asesoría de la artista  plástica Soledad Sevilla (Valencia, 1944), que puede servir para casi cualquier ópera cuya puesta en escena navegue por el camino de lo conceptual. Tras la pausa arranca Tejas verdes con esa misma escenografía, en una colocación diferente en el escenario y con algunos nuevos y efectivos elementos de atrezo. La idea repetitiva sobre el mal como hijo de los regímenes totalitarios se desgasta tanto que llega a aburrir, a pesar de un equipo de bailarines que se emplean a fondo en unas coreografías (Estévez /Paños y Compañía) que recordaban a las de un BeniFest. Hay algo que sí logra conmover: la entrega total de los cantantes para dar lo mejor de sí mismos.

Una escena de «Tejas verdes», con Ana Ibarra (Doctora) y Natalia Labourdette (Colorina) / Foto: Javier del Real

En ese sentido, en La vida breve brilló intensamente la soprano Adriana González como Salud, con una voz de timbre hermoso, manejada con conocimiento de causa y buena escuela. Un canto sano, expresivo y lleno de matices. Esforzado y sonoro se hizo notar el Paco del tenor Eduardo Aladrén y muy eficaces la mezzosoprano Ana Ibarra (la Abuela) y el barítono Gerardo Bullón (Manuel). Cuplen con su personaje y papel el tenor Alejandro del Cerro (Una voz de la fragua), el bajo Rubén Amoretti (Tío Sarvaor) y la cantaora María Marín.

En Tejas verdes es la soprano Natalia Labourdette quien pone el listón muy alto, con una interpretación estupenda de Colorina, la joven enamorada de Miguel, joven opositor a la dictadura de Pinochet, que termina detenida, torturada y asesinada en un cárcel secreta del régimen. La soprano madrileña desplegó todo su armamento para conseguir momentos emotivos, siempre bien timbrada y en personaje. Ana Ibarra fue solvente como La Doctora y María Miró una convincente hermana. Completaron el elenco de los seis personajes femeninos, muy eficazmente la mezzosoprano Sandra Ferrández (Madrd) y Laura Vila (Enterradora) y Alicia Amo (Delatora). Crítica: vida breve» «Tejas verdes»

Una escena de «Tejas verdes»: Maria Miró (Hermana) Alicia Amo (Delatora) en la parte superior izquierda de la foto. Ana Ibarra (Doctora) y Coro Titular del Teatro Real  /  Foto: Javier del Real

El maestro Jordi Francés, al frente del Coro y Orquesta Titulares del Teatro, realizó un destacado trabajo, bien acabado y con personalidad propia. El público estuvo frío, algunos abandonaron la sala durante de la representación, con tibios aplausos en el final.


Madrid (Teatro Real), 13 de febrero de 2024    La vida breve de Manuel de Falla y Carlos Fernández Shaw         Tejas verdes de Jesús Torres y libreto de Fermín Cabal (1948-2023). Crítica: vida breve» «Tejas verdes»

ELENCO

La vida breve: Adriana González, Eduardo Aladrén, Ana Ibarra, Sara Jiménez (bailarina), Rubén Amoretti, Gerardo Bullón, Alejandro del Cerro, María Marín (Cantaora).

Tejas verdes: Natalia Labourdette, Ana Ibarra, Alicia Amo, María Miro, Sandra Ferrández, Laura Vila.

Orquesta y Coro del Teatro Real. Jordi Francés, director musical. Rafael R. Villalobos, director de escena.

OW