Por Carlos J. López Rayward
Lang Lang reaparece en el Carnegie Hall de Nueva York junto a la St. Luke´s Orchestra y el director Jahja Ling, en un concierto entorno al compositor francés Camille Saint-Saëns.
El concierto se abrió con la obertura de la ópera Semiramide de Rossini, en una interpretación técnicamente correcta pero sin pegada, que dejó al público algo frío. El director Jahja Ling es más conocido en la costa oeste de Estados Unidos que en Nueva York. Su heroico liderazgo en la San Diego Symphony salvó a la compañía de la desaparición y la convirtió, contra todo pronóstico, en un reference en el país. El indonesio es un general de la música clásica bregado en mil batallas. Y se ha hecho célebre por salir victorioso de todas ellas.
Un tanto a la sombra de la New York Symphony, la St. Luke’s Orchestra es una de las orquestas sinfónicas más prestigiosas de Estados Unidos. Fue fundada en 1974, la orquesta ha tenido una gran influencia en la escena musical y operística de Nueva York. Ha colaborado con los principales teatros de ópera de la ciudad, como el Metropolitan Opera y la desaparecida New York City Opera. También ha dado conciertos en Carnegie Hall y el Lincoln Center.
Lo mejor de la orquesta lo pudimos ver en la segunda parte del concierto, con una colorista versión de la suite Dances of Galánta, del compositor húngaro Zoltán Kodály, que resultó un tanto fuera del tono del resto del programa, pero de bella factura. También brillaron los profesores de la St. Luke’s Orchestra en Le arnaval des animaux de Saint-Saëns, donde pusieron de relieve el genio del compositor, capar de transmitir la más pura de las emociones y las imágenes más vívidas con humor y con una sencillez orquestal fascinante.
La St. Luke’s Orchestra es una institución cultural fundamental en Nueva York. Ha colaborado con algunos de los artistas más destacados del mundo, como los directores Leonard Bernstein y Zubin Mehta, y los solistas Pablo Casals y Yehudi Menuhin; y ha contribuido a enriquecer la vida cultural de la ciudad durante más de 40 años.
Sin embargo, lo cierto es que gran parte del público acudió al concierto siguiendo el reclamo de Lang Lang. No en vano es uno de los pianistas más famosos del mundo. Su éxito ha sido abrumador, con una carrera que se extiende por más de dos décadas. Carismático y extrovertido, cuenta con una habilidad técnica asombrosa patente en cada concierto. Como intérprete, el pianista chino es célebre son su virtuosismo técnico, su expresividad musical y su capacidad para conectar con el público. Sin duda, es un artista que sabe emocionar a los oyentes con su música.
Lo demostró una ve más en el Carnegie Hall, con una soberbia interpretación del Concierto para Piano Núm. 2 de Saint-Saëns. A su dominio absoluto del instrumento se le une un fraseo opulento, a veces inelegante de tan lujoso, sin asomo de tituveos. El pianista parece corregirse a sí mismo un milisegundo antes del defecto, como si viera el futuro sobre el teclado. Y el músico se hace amable gracias a su honestidad y su generosidad.
Los puristas podrán achacar a Lang su falta de profundidad musical. Y es cierto que, a veces, su interpretación puede ser demasiado superficial o virtuosista, sin un discurso claro, ni una visión personal del significado profundo de la música. Su éxito innegable desmiente estas faltas, pues su conexión con un público masivo pone la influencia de nuestro interprete por encima de la mayoría de sus colegas.
En estas piezas de Saint-Saëns, Lang Lang empleó su descaro técnico, sin concesiones retóricas para favorecer una escucha cómoda. Sin embargo, el estilo del compositor no impregna la música, que aparece inflamada de contemporaneidad.
Lang Lang estuvo a compañado en Le Carnaval por la talentosa pianista coreanoalemana Gina Alice Redlinger. Redlinger estuvo espléndida en sus intervenciones, dejando espacio al protagonista, pero aprovechando sus páginas para ejemplificar otra manera de hacer música, igual de generosa pero lago más comprometida con la tradición.
Los numerosos aplausos del Carnegie Hall se vieron bien recompensados con múltiples propinas, con obras populares de Bhrams, y Richard & Robert Sherman, entre otros, en las que Lang Lang parecía pareció apelar más al espiritu del público que a su intelecto. Pero ante todo, promocionar su nuevo disco con temás clásicos de mundo de Walt Disney, disponible para su consumo justo antes de las fiestas de invierno.
Nueva York (Carnegie Hall), 12 de octubre de 2023. St. Luke’s Orchestra. Jahja Ling, director. Lang Lang y Gina Alice Redlinger, piano.
Obras de Gioachino Rossini, Camille Saint-Saëns, Zoltán Kodály, Bhrams, y Richard & Robert Sherman.