L´incoronazione di Poppea, una ópera barroca en Les Arts
Crítica: «L’incoronazione Poppea» Les Arts Por Pedro Valbuena
En la recta final de la programación de este año, viene a ocupar el escenario del teatro Martín i Soler esta modesta coproducción de L’incoronazione di Poppea entre Les Arts, el Festival de Aix-en -Provence y la ópera de Rennes.
Estrenada en Venecia en 1642, cuando Monteverdi ya había alcanzado el cénit de su carrera, recrea con cierta aproximación histórica las vicisitudes y maquinaciones de Poppea para alcanzar el trono imperial romano, así como su falta de escrúpulos. Dividida en tres actos, con un preámbulo en el que los dioses entablan una especie de batalla dialéctica entre la virtud y el amor, se esgrime como argumento lo ocurrido a estos humanos, y se deja al público el veredicto final sobre si triunfa una u otro. A continuación comienza la ópera propiamente dicha, que está articulada en tres actos, y que puede resumirse como el conjunto de tretas y traiciones, que la poco modélica protagonista es capaz de llevar a cabo, para eliminar de su camino cualquier obstáculo, sean maridos, filósofos o lo que haga falta. El oído contemporáneo puede encontrarse de sopetón con una música algo raquítica, de una belleza esencial y arcaica, pero extraordinariamente bien escrita y conmovedora en su sencillez. Los rangos vocales en general son bastante cómodos para un cantante habituado a batallar con Rossini o Strauss, y las partes instrumentales no revisten más dificultad que la del buen gusto y la afinación.Crítica: «L’incoronazione Poppea» Les Arts
La pléyade de personajes que puebla esta historia contribuyen a generar cierta confusión, y poco o nada ayuda a la comprensión del argumento el hecho de que un mismo cantante interprete a varios personajes, que por sí mismos apenas tendrían unos compases de intervención. La malvada Poppea estuvo interpretada por la soprano Jacquelyn Stucker, a la que tuvimos ocasión de escuchar en la sala principal hace poco. Fue la verdadera protagonista de la velada, tanto por su bello timbre como por su facilidad en la proyección de la voz. Además, la parte dramática, muy bien esbozada por Monteverdi, fue defendida por Stucker con muchísima seguridad. El peso del segundo acto recayó en los hombros de Alex Rosen, otro habitual de Les Arts, que encarnó al viejo Séneca. Su voz cálida y profunda impregnó al personaje de la solemnidad adecuada, y aunque la escena de la muerte no estuvo bien resuelta desde el punto de vista escénico, consiguió generar un silencio elocuente entre el respetable. La mezzosoprano Mariana Sofía hubo de hacer frente a un doble papel, Ottavia y la alegoría de la Virtud. Tuvo también su momento a lo largo del segundo acto, y exhibió un hermoso timbre, aunque se mostró algo vacilante en la afinación. Nerón estuvo cantado por el contratenor Nicoló Balducci, cuyo instrumento se mantuvo homogéneo a lo largo de toda su tesitura, si bien su presencia escénica no fue el contrapunto idóneo para una Stucker que no dejó de crecer a lo largo de toda la ópera. Personalmente tenía un interés especial en escuchar a Alberto Minguélez Rouco, cuya emergente carrera he seguido a través de las redes. Creo que tiene un color muy atractivo y una emisión de gran naturalidad, pero esta noche le oí algo limitado, quizá porque el papel de Ottone no se ajustaba completamente a su rango vocal. El resto del elenco tuvo intervenciones más breves pero todos ellos defendieron sus papeles con corrección.
El acompañamiento musical (en este tipo de obras se puede definir así) estuvo a cargo de la Cappella Mediterranea, capitaneada por Leonardo García Alarcón. Su exquisita interpretación denotaba un profundo conocimiento de la partitura, y estuvo en todo momento arropando y subrayando las líneas vocales, de forma que la música fluyó sutilmente, haciéndose presente únicamente en los momentos adecuados, como en los ritornelli de las arias. Fue especialmente emotiva su intervención en la escena del suicidio de Séneca, y en el precioso duetto final, «Pur ti miro«, que por cierto, es difícilmente atribuible a Monteverdi. Crítica: «L’incoronazione Poppea» Les Arts
Respecto a la puesta en escena, firmada por Ted Huffman, es más difícil encontrar bondades. En sentido estricto podemos decir que no hubo escena, tan sólo un gran tubo suspendido y oscilante, que no solamente contravenía todas las leyes del Feng-Shui, sino también las del buen gusto. El artefacto en cuestión estuvo girando aleatoriamente sin añadir nada interesante a la escena, y únicamente el fondo iluminado del escenario ofreció algún interés desde el punto de vista visual. Deplorable el segundo acto, para el que se dispusieron mesas de plástico cubiertas de papel continuo. Un recurso facilón con cierto regusto a festival de fin de curso. Crítica: «L’incoronazione Poppea» Les Arts
Alguna vez he expresado con anterioridad mis reservas hacia el teatro Martín i Soler, que es un espacio acogedor, con una visibilidad perfecta y bien equipado, pero que resulta extremadamente seco para la música de cámara, género para la cual, precisamente, fue concebido. A pesar de todo, y gracias a una interpretación rigurosa y elegante, la velada resultó feliz.
Valencia, 11 de mayo de 2023. Palau de Les Arts. Teatre Martín i Soler. Dirección musical, Leonardo García Alarcón. Dirección de escena, Ted Huffman. Escenografía original, Johannes Schütz. Poppea, Jacquelyn Stucker. Nerone, Nicolò Balducci. Ottavia/Virtù, Mariana Sofía. Ottone, Alberto Miguélez Rouco. Seneca, Alex Rosen. Arnalta/Nutrice/Familiar I, Joel Williams. Fortuna/Drusilla, Rosa Dávila. Amore/Valletto, Pilar Garrido. Lucano/Soldat I/Familiar II, Jorge Franco. Liberto/Soldat II, Maximiliano Spósito. Littore/Familiar III, Carlos Reynoso. OW