Crítica: Lise Davidsen vuelve a Nueva York en «Fidelio»

 Por Carlos J. López Rayward

La Metropolitan Opera de Nueva York ha vuelto a apostar por la única ópera de Ludwig van Beethoven, Fidelio, en una producción que, pese a su simplicidad escénica, logró convencer gracias a un elenco de altísimo nivel. Bajo la dirección de Susanna Mälkki, la representación dejó momentos de ópera de la mayor calidad, entre los que destacó la histórica actuación de Lise Davidsen como Leonore, quien afrontó el exigente papel mientras esperaba gemelos, circunstacia que aportó a su actuación una inusitada fuerza dramática.

Tomasz Konieczny, Lise Davidsen y David Butt Philip en "Fidelio." Foto: Karen Almond / Met Opera
Tomasz Konieczny, Lise Davidsen y David Butt Philip en «Fidelio.» Foto: Karen Almond / Met Opera

Susanna Mälkki dirigió la orquesta del Met con un enfoque estructurado y un equilibrio más tendente a la contención que al dramatismmo. Su interpretación soslayó el pathos beethoveniano y, si bien permitió que la partitura respirara con naturalidad, se echó en falta mayor misterio y tensión dramática. Este Fidelio nos resultó por tanto, algo decepcionante, por conservador, a pesar de que la directora finlandesa demostró su control sobre la a menudo díscola orquesta del Met.

La producción de Jürgen Flimm, con escenografía de Robert Israel, del año 2000, sigue siendo una propuesta interesante y funcional. Aunque no aporta innovaciones radicales, permite que la historia se desarrolle con claridad. El diseño de iluminación de Duane Schuler resuelve con maestría el lúgubre segundo acto, donde la conseguida penumbra de la celda de Florestan constrastó con el luminoso final de la ópera.

Para el complejo rol Leonore, el Met volvió a contar con la resencia de una de las sopranos más demandas de los últimos años, Lise Davidsen. La voz de la cantante noruega de proyección inmensa y timbre redondo y denso, dominó de nuevo la sala del Met con facilidad. En su gran aria «Abscheulicher! Wo eilst du hin?», desplegó un legato exquisito, un cuidado lirismo, una cauta contención en la emisión y un fiato efectivo aunque algo limitado por su prominente embarazo. Con todo, el sostén de la línea de canto sobre la orquesta del Met no se vio afectado, y Davidsen fue capaz de sostener las largas frases beethovenianas con incostestable seguridad.

Lise Davidsen como Leonore en "Fidelio." Foto: Karen Almond / Met Opera
Lise Davidsen como Leonore en «Fidelio.» Foto: Karen Almond / Met Opera

El hecho de que Davidsen estuviera embarazada de gemelos afectó innegablemente al cantó, pero acentuó su hazaña. Su presencia escénica fue imponente, y en los momentos de mayor dramatismo, como el desesperado «Komm, Hoffnung», la intensidad de su entrega emocionó al público, que quizá se quedo con las ganas unas dosis mayores de heroísmo. En el dúo final con Florestan, su canto adquirió una dulzura conmovedora, cumpliendo el objetivo de Beethoven, que la esperanza que proclama el personaje no solo fuera la de una esposa fiel, sino la de una mujer que encarna el anhelo de toda la humanidad.

Si Davidsen fue el alma de la noche, René Pape como Rocco aportó el equilibrio perfecto con una interpretación de altos vuelos. Algo mermado vocalmente por los años, su bajo noble y cálido dotó al carcelero de una humanidad palpable, con una línea de canto acaso demasiado estilada y aristocrática. En el famoso cuarteto «Mir ist so wunderbar», su fraseo impecable y su manera de aliarse con Mälkki para ayudar a sus compañeros fue un ejemplo de veteranía y generosidad.

En los dúos con Leonore, Pape mostró su dominio absoluto del personaje, oscilando entre la sumisión y el pragmatismo de Rocco con gran naturalidad. Su escena con Don Pizarro fue una de las más logradas de la noche, con una sobresaliente interacción escénica y un esfuerzo actoral que dejó entrever el dilema moral del personaje.

René Pape, Ying Fang, y Lise Davidsen en "Fidelio." Foto: Karen Almond / Met Opera
René Pape, Ying Fang, y Lise Davidsen en «Fidelio.» Foto: Karen Almond / Met Opera

El tenor David Butt Philip afrontó el difícil papel de Florestan con valentía. Su gran escena del segundo acto, «Gott! Welch Dunkel hier», fue un testimonio de resistencia vocal, con un crescendo inicial más expresivo que preciso, pero que transmitió de manera escalofriante la agonía del prisionero. Philip desarrolló un canto natural y musical, con un timbre algo hueco pero amable, y redondeó su solvente interpretación con un «O namenlose Freude!» sonoro y lleno de emoción junto a Davidsen.

El barítono Tomasz Konieczny, en su regreso al Met tras su excelente Holandés de 2023, aportó una actuación espléndida, llena de furia y carácter en el papel de Don Pizarro. Su «Ha! Welch’ ein Augenblick», marcado por una dicción precisa y una línea vocal ambiciosa y apabullante, dejó patente la brutalidad del personaje, sin perder la musicalidad.

El resto del elenco estuvo a la altura de la producción. Magnus Dietrich fue un Jaquino solvente, mientras que Ying Fang deslumbró con una Marzelline interesantísima. El público de Nueva York ha sido testigo de la brillante evolución de esta versátil cantante, que cuenta sus apariciones por triunfos. Es posible que esta Marzelline, a la altura de la Leonore de Davidsen, marque para Fang un gran salto adelante en su carrera.

Stephen Milling, como Don Fernando, impuso autoridad en sus breves intervenciones, y los prisioneros interpretados por Jonghyun Park y Jeongcheol Cha añadieron matices conmovedores a la famosa escena del coro.

El coro del Met en "Fidelio." Foto: Karen Almond / Met Opera
El coro del Met en «Fidelio.» Foto: Karen Almond / Met Opera

El coro de prisioneros, bajo la dirección de Tilman Michael, fue uno de los momentos más mágicos de la velada. El «O welche Lust», guiado por Susanna Mälkki con matices dinámicos muy inspirados, flotó en el teatro con la fuerza irresistible que une a toda la humanidad en su ahelo de libertad, y emocionó al generalmente frío público neoyorkino.

Esta representación de Fidelio en el Met quedará en la memoria por la increíble proeza de Lise Davidsen, quien, embarazada de gemelos, regaló una versión irrepetible del rol de Leonora. También por un lujoso reparto, a la altura de la historia del teatro, y que vuelve a colocar al Met como uno de los teatros más importantes en el mundo de la ópera.

OW


★★★★☆

Metropolitan Opera de Nueva York, a 10 de marzo de 2025. Fidelio, ópera en dos actos con música de Ludwig van Beethoven y libreto en alemán de Joseph von Sonnleithner, con revisiones de Stephan von Breuning y George Friedrich Treitschke, basado en Léonore, ou l´Amour Conjugal de Jean-Nicolas Bouilly.

Dirección Musical: Susanna Mälkki. Dirección de escena: Jürgen Flimm. Escenografía: Robert Israel. Vestuario: Florence von Gerkan. Iluminación: Duane Schuler. Dirección de la reposición: Gina Lapinski. Director del Coro: Tilman Michael.

Reparto: Magnus Dietrich, Ying Fang, René Pape, Lise Davidsen, Tomasz Konieczny, Jonghyun Park, Jeongcheol Cha, David Butt Philip, Stephen Milling. David Krauss, trompeta.