Por Federico Figueroa Crítica: «Lucia Lammermoor» Zaragoza
Es sorprende que la ciudad de Zaragoza, capital de Aragón, no cuente con una programación lírica acorde a su importancia. Ciudades con menor población e potencia político-económica, como podrían ser Jerez o Vigo, tienen mayor peso específico en el panorama lírico ibérico. Hace pocos años, muy pocos, el Gobierno de Aragón ha creado una Temporada de Lírica y Danza, que con el devenir de los años y muchas ganas de hacerla crecer, podría convertirse en ese faro lírico que tanta falta hace en Aragón. Así apunta esta producción propia de Lucia di Lammermoor que sirve de cierre a la III Temporada de Lírica y Danza que ha tenido dos funciones y estuvo precedida un la ópera West Side Story (en el Palacio de Congresos de Huesca) y el espectáculo de danza El hilo rojo (en el Palacio de Congresos de Zaragoza). Se escuchan trompetas anunciando la desaparición de esta temporada, ojalá que solo sean «fake news» y, por el contrario, logre consolidarse en todos los sentidos. Crítica: «Lucia Lammermoor» Zaragoza
El Teatro Principal es tan fotogénico como pequeño y tiene una acústica un tanto seca. Aún así fue un magnífico escenario para la propuesta escénica del director de escena andorrano Joan Anton Rechi, sencilla en la forma pero llena de contenido. En la obertura ya se nos hace conscientes de que la salud mental de la protagonista está deteriorada. Ella percibe cosas que los demás no ven. En su habitación se presentan fantasmas: ella siendo niña, como adolescente y adulta, con el vestido de novia o con el camisón ensangrentado. Alisa y los demás no ven a esas criaturas que aparecen y desaparecen en diferentes escenas. Hubo momentos muy bien logrados y otros realizados chapuceramente, como la mutación de Arturo de cadáver a fantasma, o el final con el que se pretende que el público entienda que Lucia, a diferencia del libreto original, no muere. Sólo ha tenido un mal sueño. Una escenografía única, diseñada por Gabriel Insignares), magníficamente iluminada (Alberto Rodríguez Vega). Crítica: «Lucia Lammermoor» Zaragoza
Ricardo Casero, al frente de la Orquesta Reino de Aragón, logró concertar foso y escenario con flexibilidad y prestando gran atención a los solistas. La soprano sevillana Leonor Bonilla, que ya acumula varias producciones como Lucia, mostró que tiene al personaje en el cuerpo, con una bien trabajada emisión y voz bella y bien timbrada en toda su amplia extensión. El debut del tenor mexicano Leonardo Sánchez en el personaje de Edgardo fue prometedor, con un canto de buen gusto, suficiente registro central y un agudo potente y bien timbrado. Garra, presencia vocal y escénica expuso el barítono Damián del Castillo en su debut en el rol de Enrico. Excelente entrega la del bajo italiano Mariano Buccino como Raimondo. Fantástico los tres personajes secundarios en las interpretaciones de la mezzosoprano Helena Ressurreição (Alisa) y los tenores Héctor Rodríguez (Lord Arturo) y Andrés Sánchez-Joglar (Normanno).
El Coro Amici Musicae, preparado por Igor Tantos, se empleó a fondo tanto escénica como musicalmente con resultados óptimos. La eliminación del dúo de Edgardo y Enrico («Orrida è questa notte») no hace mella en una puesta en escena mayormente al servicio de la música, como por ejemplo en el famoso sexteto, con todos los cantantes colocados al frente y de cara al público, con la presencia de Normanno, en plan matón al servicio de los Ashton. Al final de la representación el público aplaudió con gran entusiasmo a todos los artistas, especial y merecidamente a Leonor Bonilla.
Zaragoza (Teatro Principal), 17 de noviembre de 2024 Lucia di Lammermoor, ópera en tres actos con música de Gaetano Donizetti y libreto de Salvatore Cammarano. OW
Director musical: Ricardo Casero Director de escena: Joan Anton Rechi
Elenco: Leonor Bonilla, Leonardo Sánchez, Damián del Castillo, Mariano Buccino, Héctor Rodríguez, Helena Ressurreição, Andrés Sánchez-Joglar
Figuración: Erica Cercos, Natalia Escuer, Paula Regalado, Eva Castillo