Crítica: «Lucia di Lammermoor» en el Teatro alla Scala

Crítica: «Lucia di Lammermoor» Scala Por Bernardo Gaitán

Oropesa y Flórez triunfan en la Lucia di Lammermoor de la Scala

“Quiero amor, ¡pero amor violento!” fueron las palabras con las que Gaetano Donizetti anticipaba al libretista Salvatore Cammarano, sus intenciones antes de componer la que se convertiría en su ópera seria más importante: Lucia di Lammermoor. Interpretar el rol de Lucia, desde su creación en 1835 hasta el día de hoy, se ha convertido en el sueño de casi cualquier soprano, pues brinda el escaparate idóneo para demostrar el propio virtuosismo gracias a los requerimientos histriónicos y capacidad vocal que hay que tener para ejecutar el papel correctamente. Crítica: «Lucia di Lammermoor» Scala

Una escena de "Lucia di Lammermoor" / © Brescia & Amisano - Teatro alla Scala
Una escena de «Lucia di Lammermoor» / © Brescia & Amisano – Teatro alla Scala

El Teatro alla Scala se jacta de haber realizado en toda su historia 36 nuevas producciones de la Lucia, la primera en 1839 con Giuseppina Strepponi -futura esposa de Verdi- en el rol epónimo, hasta la última en 2015 con Diana Damrau y Elena Moşuc alternando el papel. En estos casi tres siglos de historia emergio ‘la reina de las Lucias de la Scala’ como el mismo teatro la presenta: la soprano Toti Dal Monte, la preferida de Arturo Toscanini. Dal Monte realizó 6 producciones diferentes en este teatro, con un total de 40 funciones en total, entre 1923 y 1936. Crítica: «Lucia di Lammermoor» Scala

La noche del 7 de diciembre de 2020 se debió haber llevado a cabo la tradicional ‘Prima della Scala’ (la función que inaugura la nueva temporada, a la cual acude la crema y nata de la cultura italiana encabezada por el presidente de la república, quien viaja anualmente desde Roma solo para ver la función desde el palco real) con la Lucia di Lammermoor. Por razones pandémicas, el teatro cerró y el título fue cancelado; pero el año pasado durante la conferencia de prensa que anuncia la nueva temporada, Riccardo Chailly, director artístico del Teatro alla Scala defendió que no podía desperdiciarse la oportunidad de montar una Lucia di Lammermoor que ya estaba casi producida y ensayada, por lo que programó la nueva producción para abril de 2023. Crítica: «Lucia di Lammermoor» Scala

Lisette Oropesa en "Lucia di Lammermoor" / © Brescia & Amisano - Teatro alla Scala
Lisette Oropesa en «Lucia di Lammermoor» / © Brescia & Amisano – Teatro alla Scala

Como el título originalmente abría la temporada anual, contaba con lo que puede denominarse un dream cast. En el rol protagónico, Lisette Oropesa ofreció una Miss Lucia de antología. Sus coloraturas fueron limpias y precisas, su fiato largo y dinámico; para coronar la noche ofreció una serie de soberbios sobreagudos potentes y brillantes. El dominio del personaje por parte de la soprano estadounidense es evidente, logra transmitir tanto la felicidad como la agonía de la enloquecida novia. Grandes aplausos provocó su aria Regnava nel silenzio; pero con la mítica escena de la locura, el teatro se cimbró de aplausos y gritos fidedignos de “Brava!” que venían del feroz loggione. Todos merecidamente ganados. Mención aparte requiere la famosa y controversial ‘conversación’ entre Lucia y el instrumento etéreo que responde en su cabeza durante la introducción de «Il dolce suono». Digo controversial ya que el reconocido musicólogo Roger Parker asegura que la versión original escrita por Donizetti era mucho más corta y no existía el diálogo entre ambos que hoy conocemos. La «Glassarmonica» introducía el tema pero debido a la dificultad de interpretarlo, la soprano solamente remataba con una frase para pasar directo al aria. Fue hasta varios años después que Donizetti realizó una versión para flauta, debido a que no en todos los teatros donde se representaba la ópera contaban tanto con el instrumento elaborado con copas de cristal rellenas de agua y mucho menos con alguien que supiera tocarlo. Esta sustitución permitió más interacción entre el instrumento y la soprano, intensificando -o musicalizando- la locura.

Una escena de "Lucia di Lammermoor" / © Brescia & Amisano - Teatro alla Scala
Una escena de «Lucia di Lammermoor» / © Brescia & Amisano – Teatro alla Scala

Encarnando al enamorado y desafortunado Sir Edgardo di Ravenswood estuvo Juan Diego Flórez. La participación del connotado tenor fue igualmente bien recibida por el público milanés. Su pronunciación del italiano fue correcta, la elegancia y sobriedad de su legato fueron como es habitual: extraordinarios. Vigorosamente vitoreado por su emotiva interpretación del aria «Fra poco a me ricovero» con la que arranco suspiros y posteriormente aplausos sinceros. La potencia en la voz del cantante peruano fue mucho más discreta respecto a todos sus colegas y demostró porque sigue siendo el rey de los tenores, coronando todos los sobreagudos con ese cremoso y chispeante color que lo caracteriza. Marcando su debut en el teatro, el barítono Boris Pinkhasovich resultó ser una óptima elección al confiarle la interpretación de Lord Enrico Ashton. El cantante ruso anticipó la calidad vocal que estaría por venir desde el inicio de la ópera al son de «Cruda, funesta smania» y lo sustentó durante el dueto con Flórez «Ah! O sole, più ratto». El registro central del cantante soviético es mórbido y corposo, mientras sus agudos son impresionantes debido a su claridad, color, colocación y potencia. Un verdadero Edgardo que no se veía desde hace tiempo. Crítica: «Lucia di Lammermoor» Scala

Una escena de "Lucia di Lammermoor" / © Brescia & Amisano - Teatro alla Scala
Una escena de «Lucia di Lammermoor» / © Brescia & Amisano – Teatro alla Scala

Por su parte el bajo napolitano Carlo Lepore ofreció un Raimondo Bidebent seguro y eficaz. El rol del educador y confidente fue aplaudido por la correcta y pulcra cabaletta junto a Oropeza: Al ben de’tuoi, qual vittima. Muy interesante ver a un consumado y veterano Lepore en un rol serio, pues es mucho más conocido por ser un bajo buffo. Leonardo Cortellazzi, como Lord Arturo Bucklaw, fue convincente y cumplidor aunque con algunas ligeros problemas en los agudos. Lo mejor de la noche fue sin dudarlo el famoso sexteto «Chi mi frena in tal momento?» que cumplió con creces las expectativas de los espectadores. Era de esperarse debido al talentosísimo elenco que tenía a disposición el Riccardo Chailly . La batuta de Chailly cuando se trata de belcanto es una de las más capaces del panorama mundial, una lástima que se empeñe en dirigir otro tipo de repertorio en el que su interpretación pasa sin pena ni gloria, mientras con títulos como Lucia puede crear magia desde el foso orquestal. El director milanés fue capaz de comprender la partitura donizettiana y aportar dinámicas dignas de agregarse a la partitura oficial. Sus matices y tempi tan introspectivos van ondeando como una barca donde los cantantes pueden navegar seguros en el escenario sabiendo que frente a la Orquesta y Coro del Teatro alla Scala.

Una escena de "Lucia di Lammermoor" / © Brescia & Amisano - Teatro alla Scala
Una escena de «Lucia di Lammermoor» / © Brescia & Amisano – Teatro alla Scala

La dirección escénica, la escenografía y los vestuarios fueron firmados por Yannis Kokkos quien ofreció una propuesta sobria, clásica y funcional. Las escenas del también escenógrafo griego-naturalizado francés fueron obscuras con cierta reminiscencia de cuadros barrocos, posible solo gracias al diseño de iluminación de Vinicio Cheli. En general la propuesta de Kokkos fue eficiente para cumplir con el cometido de contar una historia sin ideas extravagantes o fuera de lugar y dejando toda la atención a los cantantes. Definitivamente una de las mejores propuestas que ha presentado la Scala en los últimos años.


Milán (Teatro alla Scala), 20 de abril de 2023.  Lucia di Lammermoor  G. Donizzeti / S. Cammarano.    Nueva producción.

Director musical: Ricardo Chailly.                                                                                Dirección de escena, escenografía y vestuario: Yannis Kokkos

Iluminaciòn: Vincio Cheli. Videos: Eric Duranteau. Colaborador de la puesta en escena: Anne Blancard

Elenco: Boris Pinkhasovich, Lisette Oropesa, Juan Diego Flórez, Leonardo Cortellazzi, Carlo Lepore, Valentina Pluzhnikova, Giorgio Misseri.

OW