Crítica: Nancy Fabiola Herrera y sus «Noches de Cabaret» en Las Palmas

Crítica: Nancy Fabiola Herrera Cabaret» Por Rubén Mayor

Nancy Fabiola Herrera tiene un magnetismo sobre el escenario que pocos artistas poseen. No es sólo por ello que llena las salas y levanta a un público que aplaude fervorosamente sino, sea dicho claramente, por su privilegiado instrumento y por su curtida técnica y capacidad de comunicar. Todo lo otro, que es mucho, es un plus que hace que podamos rememorar una velada suya pasados unos años.

Nancy Fabiola Herrera en un momento del espectáculo / Foto: Nacho González
Nancy Fabiola Herrera en un momento del espectáculo / Foto: Nacho González

El recital traído al Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria, que ya ha rodado por el mundo, presenta un hilo conductor que la cantante ha escogido con cuidado. En sus palabras se trata de “un repertorio que la gente no conoce, de compositores clásicos, música más amable, pequeñas joyitas, una época en que se rompe con muchos formatos que estaban anquilosados. Algunos autores incluso cambiaban su nombre para que no se les asociara con este tipo de músicas”. Un recorrido por autores centroeuropeos, estadounidenses y latinoamericanos, al que se suman las obras del español Joaquín Zamacois, rescatado por el pianista Mac McClure hacen de este recital un viaje a priori ecléctico que, gracias a las explicaciones que va dando la intérprete entre las piezas, va tomando carácter narrativo y cohesión, a pesar de que el auditorio no proveyera de los textos, ni notas al programa de mano, impreso o digital. La fórmula elegida, la de comentar cada obra antes de interpretarla, supone una experiencia muy superior en cuanto al conocimiento de algunos rasgos de las obras, mas no en cuanto al contenido y a la calidad que aportaría el tener, reiteramos, los textos traducidos. Máxime, al tratarse de obras que tienen un siglo de madera a sus espaldas, cuyo vocabulario y giros coloquiales han caído en desuso: para los amantes de descubrir, es un privilegio el poder escuchar obras que han desaparecido del repertorio habitual con la calidad que ambos artistas brindaron. Además, en la sala se eliminaron las filas de butacas y se adoptó una forma clásica de club, sentándonos a la parisina en pequeñas mesas atendidas por un servicio de bebidas siempre poco experimentado. Crítica: Nancy Fabiola Herrera Cabaret»

Al trasluz de una sociedad postindustrial, el recital se centra en el repertorio de una época de abundancia en que se mejoran las comunicaciones con el teléfono y el ferrocarril y, quizá como consecuencia, se popularizan otros tipos de expresión cultural gracias al cine con sonido. Aunque la transgresión no es una exclusividad de esta época, sí se denota novedad en el espíritu del Carpe Diem que propicia un suflé que situamos entre el final de la I Guerra Mundial y el crack del 29: la sociedad en general parece perder ciertos prejuicios y todos los estratos sociales empiezan a escuchar música considerada hasta entonces muy popular, en un sentido peyorativo. Hay un grito a la libertad, a hacer brotar incluso las pasiones más bajas. Es la época de la picardía, de una frivolidad buscada, y estas canciones recogen a la perfección esa atmósfera.

Mac McClure y Nancy Fabiola Herrera / Foto: Nacho González
Mac McClure y Nancy Fabiola Herrera / Foto: Nacho González

Ocuparon la primera parte del concierto las obras de Oscar Straus (Je ne suis pas ce que l’on pensé, 1935), Érik Satie (Je te veux, 1902 y Gymnopédie nº 1, 1888) , Louis Guglielmi (La vie en rose, 1945), Kurt Weill (con obras de su etapa de cabaret negro (Youkali, 1935) y también su etapa en Hollywood (September song, 1938 y My ship 1941) y Francis Poulenc (Les chemins de l’amour, 1940). Estuvo conformada por obras poco comunes (a excepción de La vie en rose, claro está), de alto valor por la señal de reinterpretación patrimonial, un repertorio que dista mucho en cuanto a génesis pero que sigue en su totalidad un patrón de melodías pegadizas, no necesariamente sencillas, con una estructura que vertebra su esquema formal a través de las letras y, por tanto, sin una forma fija. Esta parte inicial, que pasó por Austria, Francia y Estados Unidos, tuvo su momento musicalmente álgido en Youkali, con una interpretación llena de sutilezas que hicieron destacar los puntos del mundo utópico descrito por Roger Fernay, “una tierra donde todas las preocupaciones quedan atrás”, a pesar de terminar de forma abrupta desvelándonos que “Il n’y a pas de Youkali, mais c’est un rêve, une folie”. 

La contraparte en el mundo latino llegó después de la pausa, con Ernesto Lecuona (Dame tus rosas, 1928), Joaquín Zamacois (¡Soltera, no!, 1919), Pedro Junco (Nosotros, 1942), Álvaro Carrillo (Sabor a mí, 1959) y Astor Piazzolla (Balada para un loco, 1969). Destacan por su interés las canciones con letras pícaras de Zamacois, rescatadas por el propio pianista Mac McClure (alumno de Alicia de Larrocha y colaborador habitual de Xavier Montsalvatge y Frederic Monpou, entre otros), lo cual atestigua su conocimiento de la música de la época. Del dominio del repertorio de los boleros interpretados (la mezzosoprano narró cómo los escuchaba en casa durante su niñez mañana, tarde y noche), el público obtuvo el premio impagable de ser transportado a los años 20-40 por una artista que levitó en unos momentos que, pese a todo, cuesta describir con palabras. Especial interpretación del bolero “Nosotros”, con una modulación íntima y exquisita, y una dramatización que logra abstraer. A pesar de estar aquejada de una afección catarral (el programa se redujo), la artista hizo levantar al público con su interpretación dramatizada de la “Balada para un loco”, obra final del recital. Alguien gritó ¡otra!, y se entregaron dos bises: “La dulce frutera” de Joan Comellas y la habanera de Georges Bizet.

Únicamente las estrellas se crecen y brillan cuando quieren, y Nancy Fabiola Herrera volvió a brillar. Brindó una noche estelar y muy memorable. Crítica: Nancy Fabiola Herrera Cabaret»


18 de marzo de 2023, Las Palmas de Gran Canaria (Auditorio Alfredo Kraus).  Noches de Cabaret.     Obras de Zamacois, Lecuona, Carrillo, Piazzola, Weill, Poulenc, Satie, Guglielmi.

Nancy Fabiola Herrera, mezzosoprano.    Mac McClure, pianista

OW