Por María Pardo Crítica: Nina Stemme Teatro Real
Tarde wagneriana
El Teatro Real, dentro del ciclo Voces del Real, ofreció un concierto de Nina Stemme en el que el compositor Richard Wagner fue el denominador común. La intervención de de la soprano sueca fue el aperitivo y el postre del menú que nos sirvieron. El concierto se abrió con el Preludio y “Liebestod” de la ópera Tristan und Isolde, obra que la soprano domina, pues se ha proclamado como la Isolda de referencia de los últimos tiempos, aunque ya se despide del rol sobre los escenarios. Conocedora profunda de la Muerte de Amor, su intervención fue entregada a la par que discreta y cauta vocalmente. No volvimos a verla hasta el final de la velada en la escena de la inmolación de Brünnhilde “Starke Scheite schichtet mir dort”, donde pudimos escucharla algo más distendida vocal y dramáticamente. Tuvo la destreza de entregarse exactamente en los puntos de mayor impacto vocal y musical. Donde puso el broche de oro fue en el bis, interpretando de forma exquisita el quinto de los Wesendonck Lieder, “Träume”, en el que pudimos escuchar a la cantante y la orquesta mejor compenetrados en tempi y dinámicas.
La rareza que se representaba en la velada, y que, seguro que atrajo a muchos curiosos melómanos wagnerianos, fue la cantata “Das Liebesmahl der Apostel” (La cena de los Apóstoles). El Coro Titular del Teatro Real tuvo su gran momento, más protagonista que la propia Stemme, en la ejecución de esta obra. Las voces masculinas, apoyadas por las contraltos y mezzosopranos, demostraron un rico abanico de colores y dinámicas tanto en toda la parte que se cantó a capella, que finalizaron escrupulosamente en su tono, como la que continuó con orquesta. En la parte central, correspondiente al discurso del Espíritu Santo, se utilizó la cúpula del coliseo con la proyección del “cielo de Madrid” y una grabación del propio coro a modo de interno que le aportaba un halo de divinidad. Acabaron brillante y heroicamente con la incorporación de la orquesta. Su director José Luis Basso, que ya lo había dirigido en el Maggio Musicale Fiorentino en 1997, hizo un trabajo admirable que fue reconocido y muy aplaudido al final de esta. Crítica: Nina Stemme Teatro Real
Por su parte, el que será director musical en la próxima temporada del Real, Gustavo Gimeno, no tuvo desde el comienzo una fluida comunicación con la orquesta, que tardó unos pentagramas en ajustarse en un entendimiento que sí consiguió grandes momentos de lirismo wagneriano una vez acomodados en el tiempo y los matices. Lo mismo sucedió en el comienzo de la segunda parte, pero, tras las primeras turbulencias del “Amanecer” de Götterdämmerung, fluyó como el agua del Rin, por todos los matices y brillantes fraseos de una música descriptiva cargada de genialidad. Una especial mención a los solistas instrumentales de la Orquesta Titular del Teatro Real – anónimos porque no fueron incluidos en el programa – pero que sumaron calidad a un repertorio de difícil ajuste y ejecución. Crítica: Nina Stemme Teatro Real
Teatro Real, 26 de mayo de 2024 Ciclo Voces del Real / Nina Stemme, soprano. Director musical: Gustavo Gimeno. Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real. OW