Crítica: «Otello» en Budapest

Por Paulo Silva Crítica: «Otello» Budapest

La Ópera Estatal de Hungría (Magyar Államy Operaház) presentó la puesta en escena del Otello de Verdi del director de escena italiano Stefano Poda, que data de 2015, con la dirección musical de Frédéric Chaslin y un elenco de muy buenas voces. El Otello verdiano, derivado de la homónima tragedia de Shakespeare, se estrenó en Milán en el Teatro alla Scala el 5 de febrero de 1887 y fue su penúltima ópera. La riqueza orquestal y la fuerza dramática de los recitativos y el extraordinario lirismo superan a cualquiera de sus obras precedentes. Esta ópera, en mi opinión, bien podría llamarse «Otello e Desdemona» porque sin ella el mito de Otello no llegaría al clímax teatral. Crítica: «Otello» Budapest

Una de escena de «Otello» / Foto: Attila Nagy

El tenor armenio Hovhannes Ayvaziyan compuso a un Otelo desde la gran presencia escénica y extraordinaria caracterización del personaje. Seguro y redondo en «Esultate», en el dúo con Desdemona del primer acto fue poético y  un tanto nostálgico en el «È il fazzoletto ch’io le diedi, pegno primo d’amor». Domina el rol y su bien trabajada línea de canto y de timbre atractivo conquistó al público. La soprano Gabriella Létay Kiss compuso una Desdemona en clave melodramática con una bella y carnosa voz en el registro central, aunque los graves y agudos fuesen menos contundentes. Su control del aliento y dinámicas acertadas lograron una buena «Canción del sauce». El barítono Zoltán Kelemen cumplió cabalmente como el intrigante Iago, con una buena emisión en todos los registros y bruñido timbre. Gergely Boncsér retrató muy bien a Casio, con claro timbre y homogénea voz de tenor en la que reconocimos a la víctima de las manipulaciones de Iago. Bernadett Wiedemann fue Emilia, quien al final descubre el engaño fatal urdido por su marido. Más que correctos los comprimarios Tivadar Kiss como Roderigo, László Szvétek como Lodovico y Bence Pataki como Montano.

Una de escena de «Otello» / Foto: Attila Nagy

El gran pilar de la noche fue Frédéric Chaslin, que otorga un valor per se a la orquesta de Verdi, con las gradaciones que van desde la violencia de la tempestad inicial a la elegancia del coro que ofrece las flores a Desdemona, con un delicado y bello sonido, además de detalles que saben sacar diversos colores a la tragedia.La orquesta y el coro de la casa respondieron con gran soltura y a un estupendo nivel.

Una de escena de «Otello» / Foto: Attila Nagy

La puesta en escena de Stefano Poda, como casi todas las que llevan su firma, solo la entiende él, que también firma el diseño de la escenografía, del vestuario y de la iluminación. Visualmente, codificada en sus formas y paleta de colores, es atractiva pero fría, distante. Las pulsaciones vitales de Iago, Desdemona y el mismo Otello no respiran. Están tan rígidas como la escenografía propuesta por el director italiano. La falta general de tensión también afectó la reacción del público. Aplausos comedidos del respetable para todos los artistas y un un poco más encendidos para Chaslin.


Budapest (Operaház), 24 de octubre de 2024       Otello, ópera en cuatro actos con música de Giuseppe Verdi y libreto de Arrigo Boito

Dirección musical: Frédéric Chaslin                                  Director de escena: Stefano Poda

Elenco: Hovhannes Ayvaziyan (Otello), Gabriella Létay Kiss (Desdemona), Zoltán Kelemen (Iago), Gergely Boncsér (Casio), Bernadett Wiedemann (Emilia), Tivadar Kiss (Roderigo), Bence Pataki (Montano), László Szvétek (Lodovico), Aron Ottó Jóhannsson (Un heraldo). OW