Por Federico Figueroa
La ópera, además de conmover al espectador, ha sido una vía para señalar las injusticias, abusos y otras miserias que nos acompañan desde que el mundo es mundo. En la creación de óperas, el apego a los hechos históricos quedaba supeditado al mejor uso de la trama. Así, Maria Studarda, de Donizetti; Don Carlo, de Verdi o L’Africaine, de Meyerbeer, buscaban llegar al corazón, o vísceras, de un público que se deleitaba en el música antes que en el fondo de la historia. Libretista y compositores dejaron, para el que quisiera leer entre líneas, muchas otras ideas la mayoría de las veces por la censura en los lugares y épocas de sus creaciones. En nuestra actualidad se supone que la censura está superada y la ópera, y el arte en general, discurre con libertad. La ópera Patagonia busca lo que mencionaba el inicio de estas líneas: conmover y mostrar hechos históricos que hagan reflexionar al público.

El Teatro de la Zarzuela ha hecho posible el estreno de Patagonia, la ópera de cámara con música de Sebastián Errázuriz, nacida al calor de las conmemoraciones por los 500 años del viaje con el que Magallanes y Elcano completaron la vuelta al mundo pero con una visión desde el otro lado de la orilla que mostrara algo de la consecuencias de ese encuentro entre los europeos y el pueblo tehuelche (aonikenk en la lengua hablada por ellos mismos). El libreto de Rodrigo Ossandón está basado en el diario de Antonio Pigafetta, testigo y cronista de aquel viaje, con una buena dosis poética. Música y palabra (en español y aonikenk) se entrelazan con una música evocadora y poco más.
Se recibe con interés una ópera contemporánea, que tuvo su estreno absoluto en marzo de 2022, en una coproducción de los chilenos Teatro del Lago (Frutillar) y Teatro de Biobío (Concepción). En diciembre de ese mismo año fue anunciada como ganadora de los premios de la asociación Ópera XXI a la «Mejor nueva producción de Latinoamérica», premios que hay que señalar que se reparten únicamente entre los miembros de dicha asociación y que está bajo la dirección de Isamay Benavente desde octubre 2022, y es la actual directora del Teatro de la Zarzuela, un lugar donde solo en los últimos años se ha puesto atención en las obras hispanoamericanas de teatro lírico. Ya solo por eso, bien valía la pena recibir a Patagonia. Crítica: «Patagonia» Teatro Zarzuela

El argumento del hecho histórico se centra en el nativo Kentelan y el capitán Juan de Cartagena para mostrar la faceta más cruel de Magallanes. El primero es secuestrado para poder mostrarlo en Europa y el segundo es abandonado en la costa de Patagonia como castigo por ser líder del motín contra el capitán general. La narrativa es esquemática, obligada por el formato camerístico con duración de apenas una hora y media. Su brevedad es parte del encanto y la propuesta escénica del argentino Marcelo Lombardero se decanta por crear atmósferas evocadoras de aquellos hechos tan lejanos en el tiempo y a la vez tan cercanos en nuestra realidad. Recrea espacios diversos, como el sencillo camarote del barco desde el que Pigafetta nos narra hechos, o la inmensidad del mar o la abierta y desolada tierra de Patagonia con proyecciones y un cuidado diseño de iluminación (Fulanito). Todo con gran sencillez y practicidad sin olvidarse de la carga poética, bien mesurada y amalgamada.

Al frente de la Orquesta de la Comunidad de Madrid (ORCAM) estuvo el propio compositor de la ópera, ofreciendo una lectura diáfana a la que se plegaron sin problemas los maestros de la ORCAM. En el reparto, en un buen nivel homogéneo, destacó Evelyn Ramírez (Golenkon, la guía espiritual tehuelche), por su poderosa emisión; Nicolás Fontecilla como el cronista Antonio Pigafetta con una bien timbrada voz de tenor. El bajo-barítono Sergio Gallardo (Juan de Cartagena) y la soprano Marcela González (Xorenken) mostraron su valía con el esfuerzo continuo en mostrar las emociones de sus personajes.
Madrid (Teatro de la Zarzuela), 24 de febrero de 2025. Patagonia Ópera de cámara de Sebastián Errázuriz y Rodrigo Ossandón.
Dirección musical: Sebastián Errázuriz. Dirección de escena: Marcelo Lombardero.
Elenco: Marcela González (soprano, Xorenken), Evelyn Ramírez (mezzosoprano, Golenkon), Nicolás Fontecilla (tenor, Antonio Pigafetta), Sergio Gallardo (bajo-barítono, Juan de Cartagena), María Paz Grandjean (actriz, Ikalemen).
Orquesta de la Comunidad de Madrid. OW