Balanchine, Martins, Tharp y Peck, creaciones neoclásicas de Nueva York, en Madrid América Compañía Nacional Danza
Por Cristina Marinero
Las cinco coreografías elegidas por Joaquín de Luz, director de la Compañía Nacional de Danza (CND), para conformar el programa América, presentado el martes 12 de julio en el Teatro de la Zarzuela (se podrá ver hasta el domingo 16), son parte de la historia del ballet neoclásico no solo norteamericano, sino internacional.
Además, con la exigencia técnica y estilística que estos títulos demandan, hemos podido comprobar que los bailarines de la CND están en un momento brillante. De Luz y su adjunto a dirección artística, Pino Alosa, encabezan el equipo que, junto a los artistas, están elevando a la compañía estatal a un estrato muy interesante.
Con Apollo, creado en 1928 por George Balanchine con Igor Stravinsky para los Ballets Russes de Diaghilev, admiramos el nacimiento del neoclásico del coreógrafo y nos damos cuenta que aquí desplegó más movimientos experimentales, propios de la danza moderna, de lo que luego se materializó como su estilo identitario. Protagonizado con mimo por Alessandro Riga, Giada Rossi, Cristina Casa y Ana Calderón, es un ballet tan actual que parece mentira que dentro de cinco años vaya a celebrarse su centenario.
Riga es uno de los perfectos bailarines para este ballet, con su técnica cada vez más depurada y ese aire principesco que caracteriza a los “danseurs nobles”. Así lo constató también en su paso a dos con Giada Rossi, como Terpsichore, la musa de la danza, quien es perfecta para los papeles líricos con profundidad técnica.
El coreógrafo Peter Martins, exfigura y exdirector del New York City Ballet (NYCB), ha venido a Madrid para poner a punto su Barber Violín Concerto. Yaman Kelemet, Benjamín Poirier, Shani Peretz y Felipe Domingos protagonizaron esta creación de 1988 donde una pareja clásica (Kelemet y Poirier) se alterna en escena con una de danza moderna (Peretz y Domingos) para después intercambiarse. Las líneas neoclásicas de los primeros contrastan con la contracción del torso y su expansión en elevaciones de piernas de los segundos. Shani Peretz aportó su vitalidad innata y Felipe Domingos demostró su detallismo en el movimiento. América Compañía Nacional Danza
Joaquín de Luz dijo adiós a la danza de gran formato en 2018 y un año después era nombrado director de la Compañía Nacional de Danza. Pero su excelente forma física y su pasión por bailar le mantienen todavía en los escenarios, con piezas escogidas donde la interpretación toma bastante protagonismo, además de salpicados alardes técnicos. Para interpretar la “estilosa” Sinatra Suite –su vestuario es de Oscar de la Renta-, coreografía de Twyla Tharp para Baryshnikov, estrenada en 1983 cuando era director del American Ballet Theatre, además de su estrella, Joaquín de Luz ha invitado a Lauren Lovette, exprimera bailarina del NYCB como él. Con las famosísimas canciones de “la Voz” Strangers in the Night, All the Way, That’s Life, My Way, y One For My Baby (And One More For the Road), de Luz dio rienda suelta a ese personaje ya amoroso, ya canalla de esta pieza, acompañado de una Lovette que desprende Nueva York en todo su movimiento.
Con Tchaikovsky Pas de Deux, famoso dúo de Balanchine que nunca deja de interpretarse en programas y galas de danza, hemos descubierto al que es sin duda otro de los “príncipes” de la Compañía Nacional de Danza, Thomas Giugovaz. El bailarín italiano es, como decíamos de Riga, compatriota suyo, noble en su apostura y limpio en sus saltos y giros. Junto a Elisabetta Formento –quien debería sumar más arrojo en los giros de su solo– ofreció una estupenda representación de este título de exhibición de técnica y destreza, dentro del arte del paso a dos del ballet, una de sus principales bazas.
Para cerrar la noche, Joaquín de Luz ha programado la que considera mejor coreografía de Justin Peck, coreógrafo del New York City Ballet, luminoso heredero del neoclasicismo de Balanchine y Jerome Robbins (y, siguiendo a este maestro, autor original de West Side Story, ha realizado las secuencias de danza de la versión de Spielberg de hace dos años).
Creada en 2018 para el Miami City Ballet, Heatscape -sobre el Concierto nº 1 para piano y orquesta en re mayor de Bohuslav Martinů- es puro ballet neoclásico que demanda todo de los bailarines: destreza, giros, saltos, ligereza, fuerza… Giada Rossi y Yael Gómez Noda bailaron el paso a dos central, otorgándole su maestría en el arte del dúo. Ana Calderón y Mario Galindo demostraron que son imparables, no hay nada que no bailen perfectamente, y Cristina Casa, Anthony Pina y Eunsoo Lee expandieron sus dotes y volaron en sus escenas, acompañados del estupendo elenco de diez bailarines que completan la pieza, entre ellos Erez Ilan o Laura Pérez Hierro.
Todo ello, con la magnífica interpretación en el foso de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, a cuya batuta está hasta el domingo 16 la directora americana invitada, Tara Simoncic, quien es una especialista en dirigir para ballet, entre ellos, Ballet West, y que hizo historia en 2022 al ser la primera mujer en dirigir Don Quijote para el American Ballet Theatre. América Compañía Nacional Danza
La siguiente semana, a partir del martes 18, la Compañía Nacional de Danza ofrecerá en este mismo escenario del Teatro de la Zarzuela el programa ‘Europa’, con coreografías de Sol León y Paul Lightfoot, de Jirí Kylián y de Sara Calero y Joaquín de Luz.
OW América Compañía Nacional Danza