Crítica: «Rigoletto» en Las Palmas de Gran Canaria

Crítica: «Rigoletto» Las Palmas Por José Juan Robaina

El Rigoletto de Daniel Oren

Despide los Amigos Canarios de la Ópera su 56 Temporada de Ópera de Las Palmas de Gran Canaria Alfredo Kraus 2023, con un título para el gran público, Rigoletto, de Giuseppe Verdi, programada por décima vez en ACO, y cuya función del 17 de junio, se emitió en directo gratuitamente en la pantalla instalada en la trasera del Teatro Pérez Galdós, con el lema “Ópera para todos”. A pesar de la calidad presentada, no serán unas funciones que pasarán a la historia, como las inolvidables, pero si como aquellas que han vuelto a acercar a mucho público pasivo al teatro, y especialmente al joven, gracias a la iniciativa de ACO de invitar a estas nuevas generaciones al ensayo general, y así darles la oportunidad de vivir, para la mayoría, la experiencia de su primera ópera. Ellos son el futuro y la continuidad. Crítica: «Rigoletto» Las Palmas

Una escena de "Rigoletto" en Las Palmas de Gran Canaria / Foto: Nacho González - ACO
Una escena de «Rigoletto» en Las Palmas de Gran Canaria / Foto: Nacho González – ACO

Ariunbaatar Ganbaatar regresa al escenario del Teatro Pérez Galdós, tras su exitoso Amonasro en Aída, en esta ocasión para el cometido de sustituir al previsto Carlos Álvarez en el rol de Rigoletto. Traduce Ganbaatar la partitura con demostrada experiencia en el papel del bufón, y fuerza vocal en todos los registros que exige este personaje, uno de los más complejos para barítono en el repertorio verdiano, si no el más. Destacó en el aria “Pari siamo” coronado con un retumbante “ah, é follia”, pero no conmovió en el dúo con Gilda, ni en el resto de la ópera, a pesar de que tuvo buenas oportunidades, ya que Rigoletto, ofrece un amplio abanico de emociones, que hay que transmitir dando valor a la palabra, y no pueden quedar, en una exposición insustancial. En el esperado “Cortigiani”, fue más interesante el acompañamiento orquestal, que el propio canto de Ganbaatar. Se lució en la “Vendetta”, y mantuvo el nivel hasta “Ah, la maledizione” con la que concluye la ópera. Crítica: «Rigoletto» Las Palmas

Marina Monzó y Ariunbaatar Ganbaatar / Foto: Nacho González - ACO
Marina Monzó y Ariunbaatar Ganbaatar / Foto: Nacho González – ACO

oletto» Las Palmas

El peruano Iván Ayón Rivas se esmera en matizar su canto lírico, e interpretar dentro de los márgenes del estilo verdianos. Tiene el joven tenor la tesitura suficiente para encarnar al complejo Duque de Mantua, con buenos agudos, con los que sabe convencer al público, motivo por el que bisó, pienso que premeditada e innecesariamente, la “Donna é movile”, el aria más conocida y tarareada de la historia de la Ópera. Bien en el primer acto, con “Questa o quella” no tan ligero, y complicado en la breve escena con la Condesa di Ceprano. No se descuidó Ayón Rivas, en el segundo acto, en el dúo con la soprano, gracias al despliegue vocal de la misma, poniéndose a nivel, y dando lo mejor de sí mismo, con un canto bello, interesantes medias voces, y un sobresaliente do, al final de la cabaletta “Addio speranza”. Defendió con seguridad “Ella mi fu rapita… Parmi veder le lacrime” siendo la tesitura más alta, su mejor as, y recibiendo una calurosa respuesta del público. No pudimos disfrutar con Iván Ayón Rivas de esa elegancia cínica, del vil seductor, del encantador festivo y déspota cruel, que es el Duque de Mantua, un ser que domina a su manada y humilla al deforme Rigoletto, quedando el personaje algo anodino por momentos, y falto de carisma, en cuanto a la concepción. Iván Ayón Rivas, es un tenor que merece se le haga un seguimiento de su ya exitosa carrera, porque seguirá regalando extraordinarias noches de ópera al aficionado. Crítica: «Rigoletto» Las Palmas

A pesar de la importancia del barítono y el tenor en esta ópera, la soprano Marina Monzó destacó por encima del elenco masculino. Con un demostrado bagaje sobre el escenario desde su debut en 2016. Monzó se transforma en Gilda con total convicción, transparente, etérea por momentos, de afinación y coloratura impecables, con una evolución psicológica bien trabajada, donde incluso la voz adquiere una mayor expresión dramática y volumen, a partir del acto III. Excelente. Larga ovación tras su “Caro nome” esmerado, cantado con gusto, sin caer en ningún momento en la cursilería, y adornado luminosamente con el acompañamiento de la flauta. Fue Monzó la mejor parte de los dúos con el barítono y el tenor en el acto II, con un precioso canto lírico y un seductor dominio de la voz. Estuvo espléndida en el acto III en el cuarteto “Bella figlia” y en el terceto de la tormenta. Extraordinaria.

Una escena de "Rigoletto" en Las Palmas de Gran Canaria / Foto: Nacho González - ACO
Una escena de «Rigoletto» en Las Palmas de Gran Canaria / Foto: Nacho González – ACO

Tadas Girininkas, que debutaba para ACO, no solo derrocha toda su voz de bajo, con un sonoro y prolongado fa grave, tras el estupendo dúo del acto II con Rigoletto, “Quel vecchio maledivami”, sino que demuestra con su canto las diferentes caras de este asesino a sueldo, lleno de matices y claroscuros. Brillante el bajo lituano en el terceto con Gilda y Maddalena. Sparafucile es un personaje importante, a pesar de que no canta demasiado, y Girininkas así lo entiende y demuestra, dándole el lugar que merece en la historia, siempre atento a la escena, sin descuidar la acción, y aportando la prestancia vocal adecuada a cada situación. Fue la mezzosoprano Cristina del Barrio una atractiva Maddalena en todos los aspectos, tanto escénico como vocal. No pasó desapercibido este seductor personaje, en la voz de la artista segoviana, cantada con bastante persuasión y entrega, siempre brillante, excepto en las zonas más graves, en un rol que por momento queda difuminado por la intensidad de la orquesta, y las otras voces solistas. Magnífica en el terceto del acto III. Crítica: «Rigoletto» Las Palmas 

Completaron el reparto Jeroboám Tejera (Monterone) de importante voz de bajo, siempre profesional y comprometido. Gabriel Álvarez (Matteo Borsa) un joven tenor que va despuntando hacia papeles más destacables. Fernando Campero (Marullo) efectivo en el debut del rol. José Manuel Díaz (El Conde de Ceprano) de interesante voz baritonal. Nora Carrasco (Condesa de Ceprano) que cantó con elegancia y belleza. Andrea Gens (Giovanna) estupenda en un rol corto para sus cualidades vocales. Max Hochmuth (Un ujier) y Marina Díaz (Un paje). La cuerda masculina del Coro de la Ópera de Las Palmas, dirigidos por Olga Santana, destacó notablemente en todas sus intervenciones, especialmente en “Scorrendo uniti remota via”, con buen equilibrio entre las voces, empastados, matizados, e involucrados totalmente con la trama. Felicidades a esta formación, por el excelente trabajo que han hecho esta temporada. 

Una escena de "Rigoletto" en Las Palmas de Gran Canaria / Foto: Nacho González - ACO
Una escena de «Rigoletto» en Las Palmas de Gran Canaria / Foto: Nacho González – ACO

Sin duda el triunfador de la noche, portando la batuta en la mano, fue el gran director musical Daniel Oren. Hizo magia en el podio el Maestro Oren, cargado de  adrenalina, con un sentido del tempo de gran viveza y fluidez, un pulso verdiano insuperable, conectando totalmente con los intérpretes, cantando con ellos en cada momento, y siempre atento a lo que ocurría en el escenario. Magistral. La Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, expuso todas las sutilezas demandadas por la partitura, y el Maestro, convirtiéndose en destacada protagonista de la velada, inspirada, ligera, armoniosa y pletórica de densidad dramática entre todas sus secciones. Un auténtico placer. La dirección escénica estuvo compartida entre Carlo Antonio de Lucia y Daniele Piscopo, que se adaptaron a la propuesta clásica de la obra. Supieron dar buen uso a la escalinata siempre presente, en donde situaron al coro, baile y a los protagonistas, con un ir y venir incómodo por momentos, especialmente en el acto I. No decayó el interés en ningún momento por lo que sucedía en escena, incluso cuando los cuadros se limitaban a pocos personajes. Cuidaron las posiciones y la estética visual, por ejemplo, en el acto IV, con el buen diseño de iluminación de Rodrigo Ortega. Faltó un trabajo de profundización de algunos personajes principales, que quedaron superficiales en el plano actoral. La escenografía de esta nueva producción de ACO está firmada por Riccardo Roggiani. Presenta en el acto primero una ancha escalinata marmolada de veinte y dos peldaños, con balaustrada, que de manera funcional al girarse, o separarse por la mitad, da como resultado el resto de los espacios escénicos, la casa de Rigoletto, el Palacio Ducal y la Hostería. Todo ello con apoyo de proyecciones de fondo para dar ubicación más precisa a los actos. Una buena idea que agilizaba el cambio, y transformaba la escena con sobresaliente efecto. 

Nos convoca los Amigos Canarios de la Ópera para la Temporada del 2024, año en el que se celebra el centenario de la muerte de Giacomo Puccini, con Tosca y La Bohéme más otros interesantes títulos Dialogues des Carmélites de Poulenc, Roberto Devereux de Donizetti y Nabucco de Giuseppe Verdi. Desde aquí animo al público canario a hacerse socio de ACO y disfrutar así de estas grandes producciones, desde una butaca del teatro.


13 de junio de 2023, Las Palmas de Gran Canaria (Teatro Pérez Galdós)   Rigoletto

Elenco: Ariunbaatar Ganbaatar, Marina Monzó, Iván Ayón Rivas, Tadas Girininkas, Cristina del Barrio, Gabriel Álvarez, Fernando Campero, Jeroboám Tejera, Andrea Gens, Nora Carrasco, Marina Díaz, Max Hochmuth.

Dirección musical: Daniel Oren  / ORQUESTA FILARMÓNICA DE GRAN CANARIA

Dirección escénica: Carlo Antonio De Lucia y Daniele Piscopo

Diseño de escenografía: Riccardo Roggiani.                                                               CORO DEL FESTIVAL DE ÓPERA
Dirección: Olga Santana