Crítica: ‘Romeo Ballet Chequia Praga Por Cristina Marinero
El Ballet Nacional de Chequia, dirigido desde 2017 por el polaco Filip Barankiewicz, ofreció por primera vez Romeo y Julieta, de John Cranko (1927-1973), el año pasado, por el 60º aniversario de su estreno por el Ballet de Stuttgart (antes, lo había creado para el Ballet de la Scala de Milán, en 1958), que Cranko dirigió desde 1961 y hasta su muerte, convirtiéndolo en una de las compañías capitales del siglo XX. Este 2023, además, se conmemora el 50º aniversario de la muerte de John Cranko, creador capital en la historia de la danza, ocurrida en el avión en que volaba de Filadelfia a Stuttgart. Barankiewicz perfeccionó su carrera becado en la Academia Princesa Grace de Mónaco, ligada a los Ballets de Montecarlo, y es un experto repetidor de las creaciones de Cranko, por ello la compañía checa ya ha interpretado su famoso La fierecilla domada, además de El lago de los cisnes y Oneguin. Crítica: ‘Romeo Ballet Chequia Praga
El genial coreógrafo nacido en Sudáfrica cuando ésta era parte del Imperio Británico, y criado artísticamente en Londres, elevó más aún con su talento para la danza la magistral composición de Serge Prokofiev (1891-1953). El músico realizó el ballet para el Kirov –coreografía de Leonid Lavrovsky, quien le pidió añadir solos y otra música al ballet-, cuando volvió a la Unión Soviética, entre 1935 y 1936. Su Romeo y Julieta, estrenado en Leningrado en 1940 –en Rusia sigue interpretándose en la versión de Lavrovsky- es una obra maestra que sigue viva en medio mundo por las compañías que continúan adquiriendo los derechos de la coreografía de Cranko para interpretar este ballet ya inmortal.
Es significativo añadir que la primera vez que se ofreció el ballet de Prokofiev, previa al histórico estreno en el Kirov, fue el 30 de diciembre de 1938 en Checoslovaquia, concretamente en la ciudad de Brno, con coreografía de Ivo Váña Psota, antes de que la segunda guerra mundial lo cambiase todo. La “otra” coreografía también representada con bastante asiduidad en Occidente desde su estreno y subrayada por su factura maestra es la creada por Kenneth MacMillan para el Royal Ballet en 1965. Tras ver la de su amigo, el genio británico firmó la que se considera más balletística, frente a la que nos ocupa, considerada más teatral y con los magníficos diseños originales de escenografía y vestuario del hoy decano Jürgen Ross (1937), que se convertiría en el estrecho colaborador de Cranko desde Romeo y Julieta.
Estreno de la temporada 2023-2024 por el Ballet Nacional de Chequia
El Teatro de la Ópera Estatal checa, en Praga, ha iniciado su temporada el 1 de septiembre con nuevas representaciones de Romeo y Julieta, como avanzábamos. Esta función de estreno fue estupenda, qué gran energía emana la compañía en el majestuoso escenario inaugurado en 1888. El Ballet Nacional de Chequia continuará ofreciendo durante estos últimos días de verano y principios de otoño esta coreografía de John Cranko que, como decíamos, presentó por primera vez en febrero pasado, y al que denominan en sus notas al programa el “Shakespeare del ballet alemán”. Crítica: ‘Romeo Ballet Chequia Praga
Los protagonistas de la representación han sido los primeros bailarines Nikola Márová (Julieta) y Adam Zvonař (Romeo), acompañados por el nutrido elenco de coprotagonistas que dan vida a las familias Capuleto y Montesco. Nikola Márová es una de las veteranas primeras figuras de la compañía checa y ofreció una interpretación de Julieta deliciosa, con todos los matices dramáticos que están en la confección del personaje marcado por Cranko en su coreografía. Además, es una bailarina con majestuosos arabesques y elevación de piernas, baza principal en la que se basa el coreógrafo para los pasos a dos de los enamorados. Crítica: ‘Romeo Ballet Chequia Praga
Junto a ella, Adam Zvonař es un Romeo que equilibra perfectamente su lado, digamos, público, con el privado. En este sentido, sus escenas con sus amigos Benvolio, interpretado por Robert Jerjen, y Mercucio, un avispado y bufonesco Elias Frantziskonis, son vivaces, salpicadas de ambiente festivo y variaciones influenciadas por lo terrenal del folklore estilizado junto a las bailarinas que interpretan a las mujeres del pueblo. Ya hechizado por sus sentimientos hacia Julieta, Zvonař se torna lírico en los pasos a dos con ella, extrae de su movimiento todo ese lado espiritual que denota su enamoramiento y vemos al “danseur noble” de los clásicos del ballet.
Al igual que los pasos a dos con portés ideados por Cranko como símbolo de esa elevación a los cielos del amor entre los jóvenes que acaba en tragedia, impacta siempre la Danza de los caballeros, y sus damas, para la que el coreógrafo pide un cuerpo rígido, ladeado para ellas como símbolo de alta alcurnia. Ya la música de Prokofiev es un latigazo a los sentidos cuando comienza con sus impactantes notas. Pero impone más aún esta escena por su coreografía altiva y el vestuario en negro y gamas doradas y cobrizas de Jürgen Ross, espectacular.
El Ballet Nacional de Chequia es una estupenda compañía que denota su especialidad en estos ballets dramáticos que piden de los intérpretes que su danza dibuje la psicología de los personajes, incluso hasta de los menos protagónicos. Sería estupendo que pudiese venir a España, al Teatro Real o similar, con este título y ofrecernos su talento con esta magistral obra de John Cranko que es Romeo y Julieta, ballet que pide ser visto más de una vez, por su riqueza balletística y teatral –de la maravillosa música de Prokofiev ya se ha dicho todo- en su puesta en escena e interpretación.
ROMEO Y JULIETA Ballet Nacional de Chequia Teatro de la Ópera de Praga (Státní Opera)
Viernes 1 de septiembre. Inauguración temporada 2023/2024. OW