Crítica: «Rusalka Scala Milán Por Bernardo Gaitán
Rusalka debuta en el Teatro alla Scala
Aunque parezca increíble, fue hasta junio de 2023 cuando Rusalka, obra maestra de Antonín Dvořák, se presentó por primera vez en el recinto milanés. Hay que reconocer que la espera valió grandemente la pena, podría decirse que se trató de una de las mejores producciones que se ha visto en la última década en el norte de Italia.
La ingeniosa y espectacular producción, firmada por la siciliana Emma Dante en su regresó a la Scala tras la Carmen que abrió la temporada en 2009, propone una Rusalka moderna y ágil; agregando elementos que ayudaron no solo a digerir las 3 horas y media de estadía en el teatro, si no a entender mejor la historia y comprender la psicología de los personajes. Parafraseando a la también dramaturga, se trató de una ambientación colorida como lo puede ser el fondo del mar con corales y medusas pero con tintes de monstruosidad; es una fábula perturbadora, más bien una pesadilla.
La nueva producción cuenta con momentos oníricos de gran impacto emotivo y sugestivo pues muestra una atmósfera post-apocalíptica tras un mega diluvio que inundó el mundo, visible gracias a una espectacular escenografía creada por Carmine Maringola. El primer acto sucede en una iglesia gótica abandonada e inundada donde residen las fantásticas criaturas marinas. En medio del escenario había un lago de dimensiones considerables para albergar a las tres ninfas y a otras 6 bailarinas, que con medio cuerpo sumergido bajo el agua realizaron una coreografía de Sandro Maria Campagna mientras salpicaban a los demás miembros del elenco. Para el segundo acto, un enorme jardín vertical de 16 metros de alto por 20 de ancho cubría con plantas el entero proscenio; tras 5 minutos de haber comenzado el acto, de entre las plantas a 8 metros de altura, algunos figurantes que habían permanecido inmóviles se empezaron a mover. Detalles como estos, hicieron que los espectadores no dejaran de sorprenderse constantemente con la fastuosa producción.
Por su parte, el diseño de vestuario de Vanessa Sannino impregnó de fantasía la atmósfera, proponiendo unos muy modernos y eficaces disfraces que recordaban de cierta manera a personajes de dibujos animados por su actualidad y colorido. Una genial idea de Dante y Sannino fue el pasaje de Rusalka de ‘ninfa acuática’ a ‘mujer humana’, pues entra en escena no con la tradicional cola de sirena si no con tentáculos y en una silla de ruedas; tras el encuentro con Ježibaba unos simpáticos pero maniáticos calamares rosas se comieron los tentáculos mientras le brotaban piernas con las que podría finalmente correr a encontrar a su amado. En fin, la creatividad de parte de todo el equipo recreó excepcionalmente la fábula lírica como pocas veces se ha visto en la Scala.
En el foso de la orquesta Tomáš Hanus concertó impecablemente el título de Dvořák. La experiencia del director nacido en Brno, es innegable; desde su debut profesional -que curiosamente fue con Rusalka– en la Staatsoper de Viena el título ha estado presente en su carrera profesional. Los colores que Hanus arrancó a la Orquestra del Teatro alla Scala fueron sobrecogedores; las dinámicas y matices hicieron una versión dúctil y chispeante sobre todo durante el ballet del segundo acto y en la escena de las ninfas del primer acto. Por otro lado, los pasajes melancólicos y emotivos así como las arias, completaron el cuadro musical de excelencia.Crítica: «Rusalka Scala Milán
En el rol protagónico, Olga Bezsmertna encarnó una Rusalka de antología. La soprano ucraniana cuenta con una elegante y potente voz con particular belleza en los agudos sin dejar de lado igualmente su registro medio y la delicadeza de su legato. Su articulación del checo es limpia y su interpretación histriónica fue soberbia, cautivando al público con una ninfa marina muy humana. Como era de esperarse, fue ovacionada de pie por una parte de la platea al término de la función debido a la inmaculada y emotiva interpretación de la inmortal aria de la luna «Měsíčku no nebi hlubokém». Definitivamente se trata de una gran artista, guapa y artísticamente muy competente en el rol. Por su parte, Dmitry Korchak como el enamoradizo y voluble príncipe dominó la escena gracias a su sólida interpretación. Los discretos sobreagudos del tenor ruso así como su corte heroico fueron bien recibidos, en particular durante su aria final «Bílá moje lani! Bílá moje lani!» (¿Dónde estás, mi cierva blanca?). Imponente y regia fue la Ježibaba de Okka von der Damerau. La mezzosoprano alemana ofreció una maravillosa bruja de cuento. Su pastosa y suntuosa voz cimbró el teatro durante cada aparición; memorable en particular la mágica aria «Čury mury fuk» (Abracadabra). Por su parte, Jongmin Park como el Espíritu de las aguas interpretó un ente paternal y protector. El engolado registro agudo del bajo sudcoreano puede mejorar aún bastante, mientras su centro es envidiable. Cautivador fue su emotividad durante la escena inicial con Rusalka del primer acto así como al final de la ópera.
Las ninfas del bosque fueron interpretadas por la soprano israelí Hila Fahima, la soprano armenia Juliana Grigoryan y la mezzosoprano ucraniana Valentina Pluzhnikova. Las tres divertidas y talentosas, particularmente mientras cantaban en el agua el terzetto «Hou, hou, hou». La mezzosoprano búlgara Svetlina Stoyanova como el pinche de cocina y Jiři Rajniš -el único cantante checo en el elenco- como el guardabosques fueron eficaces al igual que la soprano rusa Elena Guseva como la princesa extranjera quien impresionó con sus sobreagudos y desenvuelta interpretación. Crítica: «Rusalka Scala Milán
Una producción estupenda en todos los frentes que ojalá se reponga pronto, ya sea en la Scala o en otros teatros que puedan albergar una producción de esta magnitud. pues se trata de una propuesta inteligente, apta para público novel y asiduo que sería una pena que haya visto la luz una sola ocasión. Crítica: «Rusalka Scala Milán
Milán (Teatro alla Scala), 19 de junio de 2023. Rusalka Fábula lírica en tres actos. Libreto de Jaroslav Kvapil. Música de Antonín Dvořák.
Orquesta y Coro del Teatro alla Scala.
Director: Tomáš Hanus Regia: Emma Dante.
Escena: Carmine Maringola. Vestuario: Vanessa Sannino. Iluminación: Cristian Zucaro. Coreografía: Sandro Maria Campagna. Maestro de coro: Alberto Malazzi.
Elenco: Olga Bezsmertna, Dmitry Korchak, Elena Guseva, Jongmin Park, Okka von der Damerau, Jiří Rajniš, Svetlina Stoyanova, Hila Fahima, Juliana Grigoryan, Valentina Pluzhnikova, Ilya Silchukou.