Por Luc Roger Crítica tercer concierto aire libre Bayreuth
Tras el éxito de los dos conciertos al aire libre de años anteriores, la Orquesta del Festival de Bayreuth vuelve a actuar dos veces este verano (los días 24 y 30 de julio) en las laderas de la verde colina que domina el templo de Wagner. Es una velada relajada y en buena sintonía: traiga su mantita, sus refrescos, vinos de Franconia o cerveza y, claro está, un tentempié para su pícnic lírico. Wotan y los dioses y diosas del Walhalla se mostraron tan indulgentes como el cielo, decorado por algunas nubes inofensivas. La hierba recién cortada estaba bien seca, y la suave temperatura dio la bienvenida a los espectadores y festivaleros de Bayreuth, mucho más numerosos que en ediciones anteriores, que habían respondido a la invitación de asistir al concierto gratuito ofrecido en un gran escenario erigido para acoger a la Orquesta del Festival, brillantemente dirigida por la francesa Nathalie Stuzmann, que se encontraba en Bayreuth para dirigir Tannhäuser. La maestra ha jurado borrar la vergüenza con la que algunos de sus compatriotas, los del Jockey Club, se habían cubierto organizando los silbidos y abucheos que habían interrumpido la primera representación parisina de esta ópera en marzo de 1861. Crítica tercer concierto aire libre Bayreuth
Cuatro cantantes wagnerianos de renombre: la soprano británica Catherine Foster, que será Brünnhilde en el Festival de este año, y tres cantantes alemanes: el heldentenor Tilmann Unger, que será suplente en la mayoría de los papeles de su tesitura, el barítono Michael Kupfer-Radecky, que será Gunther en Götterdämmerung, y el barítono Birger Radde, que será Melot en Tristan und Isolde, la nueva producción del Festival.
La velada estuvo amenamente moderada por el periodista Axel Brüggemann, apasionado wagneriano y excelente presentador, alegre y cordial, que no duda en bajar del podio para mezclarse con el público y degustar uno de los bocaditos preparados para el pícnic o aceptar una flauta de Sekt. Crítica tercer concierto aire libre Bayreuth
El tema del tercer concierto al aire libre del Festival son las etapas musicales en la vida de Richard Wagner: Leipzig, Dresde, Riga, Múnich, París, Bayreuth, Venecia, y acompaña los viajes del compositor con obras de estos países que influyeron en Wagner – sin que falte, obviamente, la música del maestro. ¿Qué papel desempeñaron Dresde y la revolución para Wagner? ¿Por qué pasó tanto tiempo en París? ¿Qué música le acompañó en su viaje de Múnich a Bayreuth? ¿Qué le llevó a Italia al final de su vida? La velada cubre una vez más un amplio espectro musical que va de Bach a Lloyd Webber, con obras adicionales de Boieldieu, Bizet, Chaikovski, Bruckner, Verdi y Liszt. Toda la música está amplificada por numerosos altavoces, incluso los diseñados por Wagner para la acústica especial del Festspielhaus, cuyo foso está cubierto.
Fueron dos horas de música apasionante y conmovedora. Para recordar que Wagner nació en Leipzig, la velada comenzó con el preludio de la Primera Suite para violonchelo de Johann Sebastian Bach, originario de la misma ciudad. Le siguió una obra de juventud de Wagner, la Obertura en re menor, que el joven de 26 años compuso en 1839/1840, pensada originalmente como tema para una sinfonía basada en el Fausto de Goethe. Nathalie Stuzmann y la orquesta lograron que resultara totalmente cautivadora.
La dramática soprano Catherine Foster, con un fino vestido de seda gris, estuvo totalmente comprometida con la velada, desde el «Dich teure Halle» de Elisabeth, interpretado con vibrante fervor, pasando por la Senta del dúo «Wie aus der Ferne» con Michael Kupfer-Radecky como Holländer, hasta la conmovedora paleta de sentimientos de «Liebestod», la más conocida de las canciones de amor y muerte, en la que la cantante da vida a la transfiguración de Isolda.
La obertura de Rienzi recuerda el trabajo de Wagner en Riga, así como la del Fliegende Holländer la peligrosa travesía que le llevó a Inglaterra. La estancia francesa del compositor se evoca en las oberturas de La dame blanche de Boieldieu y de Carmen de Bizet, obra que Nietsche consideraba «la mejor ópera que existe» y que declaraba «el antídoto contra el veneno wagneriano». La famosa aria de la Reina de Espadas, «Ya vas lioubliou», nos recuerda que Chaikovski estuvo presente en el primer Festival de Bayreuth en 1876. Crítica tercer concierto aire libre Bayreuth
Un interludio celebró la memoria del llorado Stephen Gould, fallecido el año pasado a los 61 años. El tenor Tilmann Unger ofreció una fascinante interpretación de «La música de la noche» de The Phantom of the night, de Andrew Lloyd Weber, una pieza musical elegida porque, como recordaba el presentador de la velada, Stephen Gould siempre decía que se había convertido en un intérprete tan famoso de Wagner porque primero había aprendido a entretener a su público como actor de musicales. Durante la canción, se desplegaron fotos de Stephen Gould desde su más tierna juventud hasta sus mayores éxitos en Bayreuth.
El final del concierto fue in crescendo, con el fascinante scherzo de la Séptima Sinfonía de Bruckner, dirigido con pasión por Nathalie Stutzmann, seguido de dos dúos que enmarcaron el «Liebestod»: «Dio, che nell’alma» del Don Carlo de Verdi y «Blühenden Lebens labendes Blut» del Götterdämmerung. Birger Radde se impuso con su presencia corporal y su expresividad altamente evocadora, su poderosa voz de timbre oscuro y magníficos colores. Ya estamos impacientes por volver a escucharle como Melot. La orquesta cerró esta fantástica velada con el Preludio de Parsifal.
Hay que destacar también la excelente puesta en escena gracias a un trabajo de vídeo de gran calidad proyectado en una gran pantalla situada al fondo del escenario: los cantantes y el director de orquesta se mostraban en formato gigante, duplicando su presencia en el escenario, y había primeros planos de grupos de instrumentistas.
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Festival de Bayreuth, 24 de julio de 2024: Concierto al aire libre. Nathalie Stuzmann, directora musical. Solistas: Catherine Foster, Tilmann Unger, Michael Kupfer-Radecky, Birger Radde. Orquesta del Festival de Bayreuth.
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