Crítica: «Il trittico» en Bilbao

Por Federico Figueroa Crítica: «Il trittico» Bilbao

Giacomo Puccini fue quizá el último gran operista conectado con el público masivo, aquel que iba a la ópera para salir silbando una melodía y con el corazón estrujado o exultante. Este años los teatros del orbe lírico se han puesto las botas programando ToscaMadama Butterfly, Turandot y La bohème. Los directivos saben que estos títulos, y en cierta medida también Manon Lescaut y La fanciulla del West, son éxitos de taquilla. Pocos se atrevieron con La rondine y menos aún con Edgar Le villi. Caso aparte es «Il trittico», tres obras de aproximadamente una hora de duración cada una, concebidas para ser representadas en la misma noche, es decir, como un tríptico. Así se estrenó, en 1918, y así lo presentan algunos teatros, a pesar de las dificultades técnicas y económicas que conlleva. En España, en los últimos veinticinco años sólo se ha programado, como lo concibió el autor, en el Liceu de Barcelona (diciembre de 2022) y en Palma de Mallorca (noviembre de 2023).

Una escena de «Il tabarro» / Foto: Enrique Moreno Esquibel Crítica: «Il trittico» Bilbao

Il trittico plantea  grandes dificultades para los teatros de ópera, que van de la larga lista de solistas requeridos a la cuestión escénica de representar a tres historias muy contrastadas entre sí. Se aplaude el notable esfuerzo realizado por ABAO Bilbao Opera. Aquí ese obstáculo fue resuelto con habilidad en la propuesta escénica de Paco Azorín, que tiene un concepto general para la trilogía, siendo cada historia diferente y de marcado aire. La escenografía, firmada por Azorín; la iluminación y proyecciones (Pedro Chamizo) y el vestuario (Ana Garay) unifican  al imponente universo de Puccini, en plena madurez, potenciando el impacto global en el espectador. Crítica: «Il trittico» Bilbao

Marco Berti y Ángeles Blancas en una escena de «Il tabarro» / Foto: Enrique Moreno Esquibel

La plataforma giratoria fue el gran recurso escénico, aunque al final de la primera entrega, Il tabarro, ya hubiese agotado el factor sorpresa. El ambiente lúgubre, rayano en la miseria, era palpable y la entrega total de los cantantes actores fue total. Carlos Álvarez interpretó con maestría al tosco y autoritario Michele con una voz bien regulada en intenciones y potencia. En el rol titular de Gianni Schicchi demostró la gran habilidad actoral que posee, pasando de la oscuridad de su personaje en Il tabarro a la luminosidad y picardía de Schicchi con esa amplia voz, tan dúctil como noble y superlativamente expresiva. A la par le estuvo la soprano Ángeles Blancas, como la infeliz Giorgetta de Il tabarro, con su excelente capacidade histriónica e incisiva voz. Marco Berti y su potente chorro de voz construyó un Luigi, el amante de Giorgetta, de rompe y rasga. Los tres merecieron los enfervorecidos aplausos del público al final de esta primera obra, en la que también participaron, en concordancia artística a los ya mencionados, Ana Ibarra (La Frugola), Stefano Palatchi (Talpa), Igor Peral (Tinca), Josu Cabrero (Un venditore di canzonette) y como la pareja de jóvenes amantes el tenor Ioan Hotea y la soprano Sofía Esparza.

Una escena de «Suor Angelica» / Foto: ABAO Bilbao Opera

En Suor Angelica destacó la soprano florentina Chiara Isotton, una voz rica en armónicos y una gran elegancia en su canto. Cosechó la mayor ovación durante la representación con el aria «Senza mamma», impecablemente cantada y cargada de emoción. La soprano dramática Karita Mattila, en un debut tardío en ABAO, se encargó de la antipática Zia Principessa, con más empaque visual que canoro. Muy bien defendidos los personajes del resto de monjas del cenobio, interpretados por Ana Ibarra (La badessa), Anna Gomà (La suora zelatrice), Itxaro Mentxaka (La maestra delle novizie), Naroa Intxausti (Sour Genovieffa), Angéline Donel (Suor Osmina), Adhara Martínez (Suor Dolcina), Marifé Nogales (La suora infirmiera), Marta Ubieta (Cercatrice 1), Eider Torrijos (Cercatrice 2), Ana Sagastizábal (Novizia) y Olga Revuelta (Conversa 1), Ainhoa Zubillaga (Conversa 2).

Una escena de «Gianni Schicchi» / Foto: Enrique Moreno Esquibel

En la familia de Buoso Donati, interpretado por el director artístico de ABAO (Cesidio Niño), destacaron la divertida Zita de Ana Ibarra, que no desaprovechó ninguna línea canora ni gesto para delinear a su personaje, y el bien timbrado barítono Isaac Galán (Betto di Signa). Gianni Schicchi es una ópera coral y cada uno de los personajes son importantes para el funcionamiento de la obra. Todos estuvieron adecuados en sus cometidos: Josu Cabrero (Gherardo), Naroa Intxausti (Nella), Isaac Galán (Beto di Signa), Stefano  Palatchi (Simone), José Manuel Díaz (Marco), Ainhoa Zubillaga (La Ciesca), Juan Laborería (Maestro Spinelloccio), Fernando Latorre (Amantio de Nicolao), Mikel Zabala (Pinellino), Gexan Etxabe (Guccio). Puccini compuso dos hermosas arias para cada uno de los jóvenes enamorados, Lauretta y Rinuccio. La primera fue interpretada por Sofía Esparza, que cantó correctamente «O mío babbino caro» , sin lograr darle un sello personal. El tenor rumano Ioan Hotea se encargó de Rinuccio, con un caudal sonoro apenas justo para una sala como el Euskalduna, pero suficiente para lucir con el aria en «Firenze è come un albero fiorito». Carlos Álvarez, como ya mencioné antes, fue el gran protagonista como Gianni Schicchi, con comicidad muy bien medida, maravilloso sentido del decir y acertada caracterización interpretativa.

En el foso, al frente de la Orquesta Sinfónica de Navarra, estuvo Pedro Halffter con una acertada lectura de cada parte del tríptico: denso y dramático en Il tabarro, más diáfano y con la tensión bien regulada en Suor Angelica; y ligero con atención especial al lirismo en Gianni Schicchi. La Sinfónica de Navarra respondió a la guía del maestro con corrección, al igual que la intervención del Coro de Ópera de Bilbao.

Una gran noche de ópera, en la que tres formas del tránsito a la muerte (asesinato, suicidio y muerte natural) se exhibieron con verdadera salsa pucciniana.


Bilbao (Palacio Euskalduna), 26 de noviembre de 2024   Il Trittico (Il tabarro – Suor Angelica – Gianni Schicchi).     Giacomo Puccini

Elenco:

Il tabarro: Carlos Álvarez (Michele), Marco Berti (Luigi), Ángeles Blancas (Giorgetta), Ana Ibarra (La Frugola), Stefano Palatchi (Talpa), Igor Peral (Tinca), Josu Cabrero (Un venditore di canzonette), Sofía Esparza (Amante 1), Ioan Hotea (Amante 2).

Suor Angelica: Chiara Isotton (Suor Angelica), Karita Mattila (La zia principessa), Ana Ibarra (La Badessa), Anna Gomà (La suora zelatrice), Itxaro Mentxaka (La maestra delle novizie), Naroa Intxausti (Sour Genovieffa), Angéline Donel (Suor Osmina), Adhara Martínez (Suor Dolcina), Marifé Nogales (La suora infirmiera), Marta Ubieta (Cercatrice 1), Eider Torrijos (Cercatrice 2), Ana Sagastizábal (Novizia), Olga Revuelta (Conversa 1), Aonhoa Zubillaga (Conversa 2).

Gianni Schicchi: Carlos Álvarez (Gianni Schicchi), Sofía Esparza (Lauretta), Ioan Hotea (Rinuccio), Ana Ibarra (Zita), Josu Cabrero (Gherardo), Naroa Intxausti (Nella), Isaac Galán (Beto di Signa), Stefano  Palatchi (Simone), José Manuel Díaz (Marco), Ainhoa Zubillaga (La Ciesca), Juan Laborería (Maestro Spinelloccio), Fernando Latorre (Ser Amantio de Nicolao), Mikel Zabala (Pinellino), Gexan Etxabe (Guccio), Cesidio Niño (Buoso Donati), Nikola Capilla (Gherardino).

Coro de Ópera de Bilbao / Orquesta Sinfónica de Navarra

Dirección musical: Pedro Halffter       Dirección de escena: Paco Azorín

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