Por Daniel Lara Crítica: Vivica Genaux Lied Zarzuela
Gran expectativa generó la presentación de la renombrada mezzosoprano estadounidense Vivica Genaux esta temporada en el décimo recital del ciclo de Lied organizado por el CNDM en el madrileño Teatro de la Zarzuela. Crítica: Vivica Genaux Lied Zarzuela

La propuesta contaba con el atractivo adicional de presentar un variado y dificultoso programa donde se repasaban composiciones de la segunda mitad del siglo XVIII y la primera del XIX cuyo elemento común era la figura de la mujer: ya sea asociada al mito, con la cantata “Arianna a Naxos” (1789) de Haydn; a la historia, con la “Giovanna d’Arco” (1832) de Rossini; y a la vida conyugal, con la serie de canciones de “Frauenliebe” (1936) de Loewe. Ya en el inicio, Genaux hizo gala de poseer voz que, aunque robusta y de graves profundos y bien esmaltada, denotó un pronunciado vibrato y cierta tendencia a nasalizarse en la zona del pasaje entre el centro y el agudo, lo que restó calidad a su canto. En lo interpretativo su aproximación resultó demasiado superficial a la hora de plasmar la desesperación de la mitológica protagonista ante el abandono de su amado Teseo. No le fue mucho mejor en el ciclo “Frauenliebe” (Amor de mujer), op. 60, del alemán Carl Loewe (1796-1869) donde, si bien se la escuchó algo más intencionada, dejó bien en claro que el repertorio romántico no era un terreno fértil para su lucimiento. Este ciclo de bellísimas canciones exigen un canto de legato dúctil, detallista e inspirado que aquí no se oyó poco y nada. Si bien, en esta primera parte cumplió, convenció poco.

Lo mejor de su cosecha vendría en la segunda mitad del concierto, dedicado a la figura del italiano Gioacchino Rossini (1792-1868), compositor con el cual la cantante norteamericana se ha forjado su altísima reputación en el mundo de la lírica, y cuyo repertorio, además de calzarle a la como anillo al dedo, no pareció depararle ningún secreto. Ya con la voz más caliente, Genaux inició la segunda parte con dos canciones en español (1864): “La viuda andaluza” y “A Granada”, ambas cantadas con impecable sentido de la línea, pirotecnia precisa y una interpretación modélica tanto en lo que respecta a su estilo, como a su carácter e intención. Desbordante de carisma y expresividad, divirtió a más no poder y fue celebradísima en la famosa «Canzonetta spagnuola» (1821) uno de los zenit vocales de la noche y con la cual la interprete se metió al público en el bolsillo. En el final, y con grandes méritos, abordó la cantata que Rossini dedicara a Giovanna d’Arco (1832), y en donde, a las cualidades vocales antes mencionadas, sumó un decir de gran autoridad y heroísmo. Desde el piano, el cubano Marcos Madrigal fue un acompañante solvente y aplicado que siempre hizo camino junto a la cantante, y que a su vez, también tuvo la oportunidad de lucirse como solista ejecutando, con mucho mérito, cuatro canciones del compositor alemán Robert Schumann (1810-1856) transcriptas para piano por el húngaro Franz Liszt (1811-1886). Ante las aclamaciones del público, Genaux ofreció como propina la popular aria “Cruda sorte…” de la ópera L’italiana in Algeri de Rossini, cerrando así un recital de muchas luces y sombras. Crítica: Vivica Genaux Lied Zarzuela
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Madrid (Teatro de la Zarzuela), 8 de abril de 2024. Ciclo de Lied del CNDM. Obras de Haydn, Schumann, Loewe y Rossini. Vivica Genaux, mezzosoprano. Marcos Madrigal, pianista. OW