
Interesante trabajo para el sello Ibs Classical en el que se embarcan el contratenor Carlos Mena y el acordeonista Iñaki Alberdi, quienes unen sus fuerzas en este experimento sonoro con la música religiosa y profana del compositor flamenco Josquin Des Prez, uno de los más insignes polifonistas de la época renacentista.
Efectivamente, lo llamativo de este proyecto discográfico a modo de experimento de laboratorio musical es que ambos artistas enfrentan, como si de un juego de espejos se tratase, composiciones polifónicas de Josquin con creaciones contemporáneas, encargadas para la ocasión a cuatro compositores de gran solvencia en recursos y variedad de lenguajes, que toman como referencia una pieza diferente del flamenco. Así, el motete Inviolata, integra et casta es Maria sirve de referencia a Llama de amor viva de Jesús Torres, una bella musicalización del texto de San Juan de la Cruz. La conocida Mille regretz es la base para la experimentación de Gabriel Erkoreka en Messa di Voce; Joan Magrané hace lo propio con Cueurs desolez (la pieza que da título al disco) en su obra Si en lo mal temps la serena be canta, y por último, José María Sánchez-Verdú convierte la doliente Pleine de dueil en todo un Tratado de lágrimas con el texto de las Lamentaciones de Jeremías.
Como ambicioso colofón, la Chacona que concluye la Partita para violín solo BWV 1004 de Johann Sebastian Bach, todo un reto al que, con la adición de la voz humana, se le añaden todos los corales luteranos que según una teoría musicológica sostienen en su conjunto este monumento arquitectónico que aquí adquiere unos prismas sonoros completamente novedosos para el oyente. Como lo hacen todas y cada una de las piezas de Josquin, a las que se unen el Benedictus y el Agnus Dei de su majestuosa Misa Ave Maris Stella (cuya entonación en gregoriano abre el compacto), piezas todas ellas revisitadas en estos arreglos por la voz de Carlos Mena, quien es capaz de seducirnos por su timbre penetrante y a la vez áureo, o por su fuerte hondura espiritual y capacidad expresiva, a lo que se añade su sabio manejo del fiato y la entera facilidad para el canto melismático. Una voz cuyas eternas y sostenidas notas arropa el acordeón de Iñaki Alberdi, un instrumento del que consigue extraer múltiples posibilidades acústicas y tímbricas para evocar las sonoridades de un órgano o una zanfoña. Una idónea fusión sonora que se apoya en la estupenda acústica que ofrece la Iglesia de los Sagrados Corazones de El Escorial.
Germán García Tomás