Deliciosa Cenicienta del coreógrafo Pedro Consuegra con el Ballet Nacional de Cuba

La Cenicienta (Viengsay Valdės). Foto: Nancy Reyes
La Cenicienta (Viengsay Valdės). Foto: Nancy Reyes
La primera bailarina y responsable artística, Viengsay Valdés, ofreció junto al también figura de la compañía, Dani Hernández, una representación de gran altura, marcada por los detalles en la dramatización de los personajes y la perfecta ejecución de sus intrincadas variaciones.
Cristina Marinero
Si bien Prokofiev compuso entre 1940 y 1944 este título basado en el cuento de Charles Perrault, y estrenado en 1946 por el Bolshoi, convirtiéndose en la partitura sobre el personaje más representada en los escenarios internacionales desde entonces, cuatro décadas antes ya se había creado una Cenicienta para la danza, firmada por uno de los famosos compositores de la época.
Johann Strauss II terminó su ballet sobre el legendario personaje en 1899 y se disponía a realizar su orquestación cuando le sobrevino la muerte. Fue Josef Bayer quien la finalizó un año después, estrenándose en 1901 por el Ballet de la Ópera de Berlín, con coreografía de Emil Graeb. En Viena no se presentó hasta siete años después, manteniéndose otros tantos en repertorio, pero su costosa producción hizo que se retirase después y no se repuso hasta 1975.
El coreógrafo cubano Pedro Consuegra realizó por primera vez su coreografía de La Cenicienta en 1988 para el Ballet de Marsella, del que fue director dieciocho años, antes de Roland Petit. En 1996, adaptó este título para ser estrenado entonces por el Ballet Nacional de Cuba.  Además de poner en escena La fille mal gardée por el bicentenario de su creación, en 1980, había coreografiado Los millones de Arlequín también para la compañía francesa. Este título compuesto por Ricardo Drigo con coreografía de Marius Petipa fue estrenado en 1900 por el Mariinsky. Basado en episodios de La commedia dell’arte, Consuegra es de los pocos que ha realizado su versión siguiendo la original del maestro oriundo de Marsella y «padre» del ballet clásico.
Viengsay Valdés y Dani Hernández ofrecieron en los Teatros del Canal de Madrid una función majestuosa de La Cenicienta. La subdirectora artística dotó al personaje de Perrault de todos los matices dramáticos motivados por la montaña rusa de sentimientos que vive mientras avanza la historia y se transforma. Estuvo firme en sus equilibrios, delicada en las variaciones que requieren mimar el movimiento y precisa en sus giros. Hernández desplegó sus largas piernas para ofrecer los grand jetés en manége perfectos, con elevados dobles tour en l’air y esas piruetas que nos maravillan por lo alto de su pasé y el control del giro.
Junto a ellos, Chavela Riera demostró la elegante bailarina que es interpretando el personaje de Rava, Hada de la Justicia, con variaciones que deben bailarse con mucho detalle en las posiciones de los brazos, a la vez que se despliegan las extremidades inferiores con arrojo. También destacaron tanto Raul Abreu, como el Maestro de Danza, y Diego Tápanes, en el personaje de Hermano del Príncipe, en su demostración siempre vivaz de saltos y giros, impregnados siempre por su comicidad. En esa línea, tanto la Madrastra (Ernesto Díaz), como las Hermanastras (Maureen Gil y Adarys Linares) divirtieron con el humor de sus roles, en el que se combina la expresión facial con el movimiento para redondear lo cómico.
Se han cumplido 50 años de la primera actuación del Ballet Nacional de Cuba en España. Su estreno en nuestro país fue en el Teatro del Liceo de Barcelona, el 3 de mayo de 1969, actuando hasta el día 9, con seis funciones. Alicia Alonso, su directora y prima ballerina assoluta, tenía como partenaire a Azari Plisetski, quien vendría tres lustros después como maestro al Ballet Clásico Nacional, devenido en Ballet del Teatro Lírico Nacional La Zarzuela durante la dirección de su hermana Maya Plisetskaya.
La compañía procedía de la formación privada iniciada por la diva en 1948, convertida en estatal desde el triunfo de la Revolución, el 1 de enero de 1959, celebrando el año pasado 70º aniversario de aquel origen y el 60º de su impulso desde el gobierno de Fidel Castro, que la arropó como uno de sus principales pilares culturales. Con el nombramiento de Viengsay Valdés como subdirectora artística, ha comenzado una nueva e importante etapa para el Ballet Nacional de Cuba.