Prinzregententheater Yoncheva Por Luc Roger
Hay tardes encantadoras regadas de pura alegría musical. Tal fue el caso del singular concierto de Sonya Yoncheva y Les Arts Florissants en el Prinzregententheater de Múnich, en el que nos ofrecieron un suntuoso menú haendeliano.
Sonya Yoncheva, una de las sopranos más solicitadas del mundo, ha triunfado en los escenarios más importantes con sus interpretaciones de heroínas de Verdi y Puccini, entre otros. La Ópera de Múnich ya ha acogido su Violetta y su Mimí. Pero la diva no quiere que olvidemos su pasión por el repertorio antiguo; de hecho, comenzó su carrera destacando en el canto barroco, como demuestra su álbum Rebirth, publicado en 2021 por Sony. En el escenario, sus Poppea y Alcina siguen siendo famosas. Es bastante raro que una gran soprano haendeliana sea, a la vez, tan verdiana y pucciniana, aunque, escuchándola, uno llega a la conclusión de que en esta gran dama de la lírica, el bel canto y lo barroco se fecundan mutuamente, generando la calidez hechizante de esta voz única.
El público aplaudió a la Yoncheva en el Prinzregententheater de Múnich, donde la soprano presentó un recital barroco junto a Les Arts Florissants de William Christie. El maestro ya se había fijado en ella en 2006, invitándola a una audición en la que la encontró «tocada de gracia». Y en 2018, ya triunfaron juntos en L’Incoronazione di Poppea en el Festival de Salzburgo. Prinzregententheater Yoncheva
En Múnich, el concierto estuvo dedicado únicamente a Haendel, uno de sus compositores favoritos, con un programa a medida que diseñaron juntos. Este incluyó una selección de las más grandes arias de las óperas haendelianas, desde Serse hasta Alcina, pasando por Agrippina, Giulio Cesare, Theodora y Rinaldo. Un repertorio en el que la soprano búlgara se ha consolidado como una intérprete incandescente, y William Christie como un maestro indiscutible que dirige el conjunto con un gesto notablemente preciso.
La emoción y la teatralidad de esta música y este canto extremadamente comunicativos fueron revalorizados por Sonya Yoncheva, quien apareció enfundada en un vestido de lamé con lentejuelas plateadas y escote asimétrico, el cual dejaba al descubierto la encarnación dorada de un brazo desnudo; una diosa musical que se movía y jugaba con los largos rizos de su cabello castaño, ofreciendo a la mirada los fascinantes reflejos de una miel rubia dorada. Su canto preciso transmitió emoción pura, todas esas emociones moduladas y matizadas con ternura y delicadeza, que tocaron el alma y despertaron el entusiasmo de un público atento, entregado. Su voz ofreció un variado ramillete de colores brillantes, sus ojos, sus expresiones faciales y su cuerpo acompañaron el canto con una teatralidad natural. Se comunicó de forma táctil, cálida y sensible con los músicos, especialmente con el maestro Christie y con Nevel Lesage, el extraordinario oboísta del grupo, cuyos solos estuvieron muy presentes. Los músicos formaron un marco glorioso en torno a la soprano búlgara, quien se erigió como una gloriosa asunción.
Los calurosos aplausos favorecieron numerosos bises (¡como mínimo, media hora suplementaria!) durante los cuales la cantante y el oboísta se desmelenaron, ofreciendo en particular la suave comedia de las vacilaciones de un flirteo amoroso. Sonya Yoncheva se permitió entonces jugar con ornamentaciones y vocalizaciones tan brillantes como sabrosas, con un virtuosismo que se divertía con su propia audacia, atreviéndose aquí a hacer piruetas sonoras, expresando allí una sensualidad femenina lánguida y gentilmente astuta. Prinzregententheater Yoncheva
¡Ah, amigos míos! ¡Qué fiesta musical! Musica laetitiae comes medicina dolorum. La música es la compañera de la alegría y un bálsamo contra el dolor, como bien dice la inscripción de la tapa del clavicordio del maestro Christie, que reproduce la inscripción del famoso cuadro de Vermeer La lección de música.
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Munich, Prinzregentetheater, 13 de julio 2022. Sonya Yoncheva y Les Arts florissants , dirigidos por William Christie. Oboísta: Nevel Lesage. Opera World