Termina por este año mi visita al Festival de Ópera de Wexford, que ha ofrecido esta obra del americano William Bolcom, que se estrenó el año pasado en Minnesota. Debo decir que el resultado me ha parecido positivo en todos sus términos.
William Bolcom, a sus 80 años de edad, es uno de los más reputados compositores americanos, que tiene un importante catálogo de obras, aunque no son muchas las óperas que ha compuesto a lo largo de su vida. De hecho, son 4 las óperas, la primera de ellas en 1992 y la última, es decir Dinner at Eight, tuvo su estreno el año pasado.
Dinner at Eight tiene una larga historia, aunque no como ópera. Su nacimiento fue como obra de teatro que se estrenó en Nueva York en 1932 y con gran éxito. De hecho, al año siguiente se hizo una película bajo el mismo título que tuvo un gran éxito en aquellos años. Ahora se ha hecho una ópera, que respeta en gran medida la trama de la obra teatral.
La música de William Bolcom es fácilmente aceptable por un aficionado de los de a pie, teniendo además la ventaja de contar con números en los que pueden brillar sus intérpretes. Cuenta con un estupendo libreto y la verdad es que resulta un espectáculo agradable en todos los sentidos.
La trama se desarrolla en Nueva York en los años de la Gran Depresión y nos muestra a unas familias de ricachones, de los que vamos descubriendo en muchos casos su doble vida. El título tiene que ver con la fiesta que los Jordan dan a una serie de amigos, de los que vamos descubriendo sus verdaderas dobles personalidades. La cosa funciona francamente bien.
La ópera se estrenó, como digo, el año pasado en St. Paul y es una coproducción con el Festival de Wexford. La producción se debe Tomer Zvulun y me parece un trabajo moderno y atractivo. La ópera tiene muchas escenas y la producción, a base de elementos móviles, permite cambios muy rápidos, ofreciendo una escenografía siempre adecuada y atractiva, obra de Alexander Dodge. El vestuario también es rico y adecuado a la época y obra de Victoria Tzykun, contando con una buena iluminación por parte de Robert Wierzel.
La trama está muy bien narrada desde el principio y cuenta con una buena dirección de actores, en los que se nota que en casi todos los casos son los mismos intérpretes que en el estreno de la ópera en St. Paul.
La dirección corrió a cargo, también como en Minnesota, de David Agler, el actual director artístico del Festival de Wexford. Su dirección me ha parecido muy adecuada y brillante. Ha apoyado siempre a los cantantes y ha sacado un excelente partido de la Orquesta del Festival de Wexford.
La parte de Millicent Jordan fue interpretada por la soprano americana Mary Dunleavy, que tuvo una convincente y hasta brillante actuación. La voz ha ganado en anchura, canta con convicción y es una notable intérprete escénica.
Su marido, Oliver Jordan, era el barítono Stephen Powell, que lo hizo también de manera notable. Su voz es amplia y atractiva y canta con gusto, siendo también un buen intérprete escénico.
La ex actriz Carlotta Vance fue interpretada por la mezzo-soprano Brenda Harris, que hizo una estupenda interpretación de este simpático personaje en escena, cubriendo bien la parte vocal.
El ambicioso Dan Packard era el barítono Craig Irvin, a quien acabábamos de ver unas horas antes como el Sheriff Jack Rance en la Fanciulla del West. La impresión también ha sido positiva, resultando convincente en escena, con voz adecuada y atractiva.
Su esposa, Kitty Packard, era la soprano ligera Susannah Biller, que lo hizo de manera destacada en escena en este simpático personaje. Vocalmente, la voz responde a la de una soprano ligera, cuyo timbre no está sobrado de calidad.
El Doctor Joseph Talbot fue interpretado correctamente por el barítono Brett Polegato. Lo mismo se puede decir de Sharon Carty como su esposa, Lucy Talbot.
El actor Larry Renault, actor alcoholizado y amante de la hija de los Jordan, fue bien interpretado por Richard Cox, muy apretado en la zona alto.
La soprano Gemma Summerfield dio vida a Paula Jordan, la hija de los millonarios, y lo hizo de manera convincente, con voz atractiva y bien manejada.
Correcto Ashley Mercer como Max, el agente del actor Larry Renault.
Divertido Sheldon Baxter como Gustave, el mayordomo de los Jordan .
La Opera House de Wexford rondaba el 95 % de ocupación. El público se mostró cálido con los artistas durante y al final de la representación, siendo los mayores aplausos para Mary Dunleavy.
La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración de 2 horas y 9 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 1 hora y 38 minutos.
El precio de la localidad más cara era de 150 euros, habiendo butacas de platea desde 100 euros. La localidad más barata costaba 50 euros.
José M. Irurzun