Disney vería natural la ópera que Glass ha hecho sobre él

El más famoso animador y cineasta tendrá su propia ópera. ARCHIVO

    • »El americano perfecto» habla sobre la vida del famoso dibujante
    • El músico ya ha escrito obras inspiradas en Cocteau, Einstein y Gandhi

El compositor ha querido dividir la ópera, una coproducción del Real y la English National Opera

 Si Walt Disney estuviera vivo, «y no incinerado», vería «natural» que se hiciera una ópera sobre él; no le extrañaría que la obra se estrenase, 46 años después de su muerte, en un teatro español, el Real, ni mucho menos que el compositor fuera un compatriota tan «moderno» como Philip Glass.

«Disney es una figura cultural extraordinariamente importante en Estados Unidos. Abrió el Sur -de su país- a la modernidad y aunque sus ideas puedan parecer muy conservadoras era un gran visionario. Esta ópera no es un documental, sino poesía. No se representan los hechos sino los sentimientos», ha subrayado hoy Glass (Baltimore, 1937) en un encuentro con periodistas en el Real.

Acompañado del intendente del teatro, Gerard Mortier, el compositor, para el que «El americano perfecto», que se estrenará el día 22, es su vigésimo cuarta ópera, ha querido desgranar algunas de las claves de un proyecto que nació hace varios años a partir del libro de Peter Stephan Jungk del mismo título.

«Esta ópera -ha dicho Glass- está llena de ideas. Ver la cultura norteamericana a través de los ojos de Disney nos puede llevar a percibir muchísimas cosas. Cada americano ha sido entretenido por Disney, pero también europeos, asiáticos y africanos. Mickey Mouse es más famoso que Santa Claus».

El compositor ha querido dividir la ópera, una coproducción del Real y la English National Opera (ENO) de Londres -donde se estrenará en junio-, en dos actos: uno en el que se presenta «al Disney público» y otro en el que se habla del «desconocido».

«Entre medias he construido un pasillo en el que es clave su encuentro con el autómata que quiso construir de Abraham Lincoln y otro con Andy Warhol. Me intrigaba mucho la figura de este artista, y aunque tiene una escena muy breve se puede ver que el futuro de Disney queda en las manos de personas como Warhol», sostiene Glass, considerado uno de los padres del minimalismo.

El músico, que ya ha escrito obras inspiradas en Cocteau, Einstein o Gandhi, entre otros, no ha buscado las fuentes de su música para este trabajo en la música popular sino «en Warhol».

«He querido un lenguaje armónico muy contundente, con colores primarios pero a la vez con características disonantes. Si encontrara un lenguaje musical para describir a Warhol seria el mismo que para describir a Disney», explica.

Es un personaje complejo y contradictorio como todos los que le gustan a Glass: «los pies en el barro y la cabeza en las nubes», un «mortal que tiene que enfrentarse a su eternidad» y que confía en que sus personajes le sobrevivirán.

El músico sostiene que una de las claves del éxito de Disney es que siempre tenía puesta la vista en el gusto de las personas corrientes y asumió la tendencia de la cultura americana a «aproximar» «lo popular y lo más elevado», como él hizo en «Fantasía», en la que utiliza música clásica por primera vez, orquestada por Leopold Stokowski.

«Podemos decir que una ópera sobre Disney es algo absolutamente pertinente porque la ópera combina arte y entretenimiento. Hacer de la vida de Disney una ópera hubiera sido para él algo absolutamente natural», especula.

El productor, recuerda Glass, fue «muy innovador» en muchas cosas aunque él ha destacado su forma de trabajar, sin hacer ni un dibujo dibujo pero sin cuyo impulso creativo no existiría una sola película, «algo similar a lo que hicieron Warhol o Koons».

Autor de 20 ballet, 8 sinfonías, decenas de conciertos y bandas sonoras, el género preferido de Glass es la ópera porque en ella hay «tierra, mar, aire y fuego», es decir, «música, texto, imágenes y movimiento. Es la reina, el rey y la princesa», ha bromeado.

Para Mortier, Disney es «un personaje muy complejo que tiene todo para ser una ópera» y este proyecto, que él propuso hace varios años a Glass, es tan «apasionante» que, asegura, ha despertado «un interés mundial enorme».