Don Carlo de Verdi en Madrid

Don Carlo de Verdi en Madrid
Don Carlo de Verdi en Madrid

En los Teatros del Canal de Madrid han tenido lugar las representaciones del Don Carlo de Verdi, producción estrenada el pasado verano en El Escorial firmada por Albert Boadella.

Quisiera señalar en primer lugar el éxito de la idea de Los teatros del canal de Madrid de presentar una obra maestra verdiana sin lujos ni alaracas, con pocos medios pero con aciertos evidentes. Todos los cantantes son españoles incluyendo una gran estrella, Nancy Fabiola Herrera, una escena muy sencilla pero efectiva, un título muy atractivo y unos precios muy bajos. Todo esto hizo que inmediatamente se agotaran las localidades para todas las funciones programadas y el éxito de público ha sido innegable.

La producción de Boadella tiene una buena intención que cojea en el rol protagonista. Boadella ha querido huir de la leyenda negra subrayada por Schiller en su drama teatral, presentando un Don Carlos histórico, es decir, un personaje muy tarado, y así aparece en la representación. Sin embargo esta visión choca frontalmente con el personaje sobre el que Verdi escribe su ópera: un Don Carlos muy atractivo, del que se enamoran todas las mujeres, un líder para los flamencos y un hombre capaz de crear una profunda amistad con Posa. Y la música compuesta para él sigue en esa línea por lo que se produce una gran contradicción que salta a la vista.

Un escenario prácticamente vacío, casi una caja negra, con muy pocos elementos de atrezo y una discreta pero eficaz iluminación. El vestuario es muy pobre. Todo esto evidencia la escasez de presupuesto, pero no empaña el propósito: llevar a otro público que el del Real a disfrutar de una de las grandes ópera de Verdi.

Don Carlo de Verdi en Madrid
Don Carlo de Verdi en Madrid

Vocalmente se contó con un grupo de cantantes españoles que, a excepción de la mezzo canaria Nancy Fabiola Herrera que debutaba el rol, les venía grande la partitura. Sin embargo defendieron con profesionalidad la ópera.

El rol protagonista fue encarnado por el tenor zaragozano Eduardo Aladrén, como Don Carlo, quien posee unas estupendas dotes pero le falta refinamiento y musicalidad que irá adquiriendo con el trabajo. La reina Isabel de Valois lo cantó con dignidad María Rey-Joly. Simón Orfila es un magnifico cantante barítono que en algunos momentos entuba la voz y pierde belleza su timbre. Rodrigo lo cantó Damián del Castillo, posiblemente el mejor de este joven reparto aunque a la voz le falta peso. En España carecemos de bajos profundos y se recurre a lo mejor que hay. Asi Rubén Amoreti encarnó al Gran Inquisidor con presencia y profesionalidad. Muy bien, aunque con falta de volumen el bajo granadino Fran Crespo quien hizo un Frate con una magnífica línea de canto y un timbre realmente bello. Estupenda también la Voz del cielo de Auxiliadora Toledano y correcto Pedro Adarraga como Lerma.

Las pegas señaladas no enturbiaron un buen hacer y una entrega indiscutible y unos merecidos aplausos.

Nancy Fabiola Herrera es una de las grandes voces de la lírica española del momento. Su Éboli, que debutaba, llegará a ser uno de sus caballos de batalla como lo es Carmen y otros tantos. Posee todas las cualidades que se pueden soñar de una mezzo añadidas a una interpretación escénica contundente y creíble. No quiso apabullar a su jóvenes compañeros de reparto y se reservo un tanto excepto en su ultima parición “O don fatale” en la que se vio claramente lo grande que es.

La dirección musical corrió a cargo del maestro Manuel Coves, habitual en este teatro. Dirigió con sentido y eficacia sin decaimientos una partitura de enorme dificultad.

Francisco García-Rosado

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