Don Pasquale. Donizetti. Oviedo

DON PASQUALE

Dramma buffo en  Tres Actos

Gaetano Donizetti (1797-1848)

Libro de Giovanni Ruffini, basado en el que Angelo Anelli escribiera para la ópera de Stefano Pavesi, «Ser Marcantonio» (1810)

Estrenado el el Teatro Italiano de París, el 3 de enero de 1843

Teatro Campoamor de Oviedo

17 de noviembre de 2013, 19:00 horas

Producción de la Ópera de Oviedo, procedente de la Ópera de Las Palmas de Gran Canaria

 

DON PASQUALE EN OVIEDO

 

El pasado domingo la Ópera de Oviedo nos deleitó una vez más con la cuidadísima y preciosista puesta en escena de uno de los títulos más conocidos del genio de Bérgamo. Esta vez la propuesta de Curro Carreres nos traslada a un barco de pasajeros en los fastuosos años 20, en un despliegue de detalles que van arropando la trama de manera sutil pero eficaz.

Desde la sirena del barco que da paso a la Obertura, magistralmente interpretada por la Orquesta Oviedo Filarmonía, que estuvo muy acertada en todo momento, a las órdenes de Marzio Conti, quien se mantuvo fiel a las dinámicas y agilidades del autor, asistimos a un paisaje naval delicioso y a veces minimalista que nos atrapa desde el primer instante. Con una estructura y una cama Curro Carreres nos mete en la cubierta de un mercante en la que transcurre la rocambolesca trama.

Carlos Chausson estuvo magistral, como siempre, haciendo gala de una voz rotunda y un canto gioccoso y ágil. Bordó su personaje, una vez más, como lo ha venido haciendo desde el inicio de su brillante carrera.

No brilló del mismo modo Bruno Taddia, dueño de una voz, cuando menos, particular. De timbre opaco y a ratos levemente nasal, eso sí, hizo gala de su incuestionable profesionalidad y dio todas y cada una de las notas de su rol, si bien tal opacidad se vio aún más acusada si cabe en los extremos, tanto graves como agudos, de la tesitura de su difícil rol. El instrumento no es de gran calidad. Ahora, el intérprete, sí, desde luego, y firmó un Doctor Malatesta convincente en lo actoral y más que correcto en lo musical.

José Luis Sola fue un Ernesto piccolo, pero su interpretación fue muy adecuada a la concepción donizettiana, sin duda. Sus pianísimos fueron impecables, y despertaron bravos al final del bello duetto Tornami a dir che m’ami. Su hermosa voz no brilló del mismo modo que en otras producciones, pero repito que fue una delicia escuchar su lectura del delicado personaje.

Mención aparte merece Beatriz Díaz, que bordó su interpretación de la aparentemente frívola Norina. Mostró una voz con innumerables matices, y dotó a su personaje de todas las dinámicas que en cada momento va requiriendo. Tengo la suerte de conocer a Beatriz desde hace años, desde hace 11 años, exactamente, el honor de haber compartido escenario con ella, y he de decir que es una Soprano que va creciendo día a día como artista, como cantante y como intérprete. ¡Brava!

Bruno Prieto estuvo como su apellido, algo calante, incluso, en algunos momentos, pero son nervios que sólo el día a día sobre el escenario puede ir mitigando.

El Coro de la Ópera de Oviedo estuvo sencillamente genial, muy dinámico, interpretando numerosos roles, con la fluidez que les viene caracterizando últimamente.

Por último, mencionar la divertida coreografía a lo «Deshollinador» de Antonio Perea, el detallista y preciosista vestuario de Silvia García-Bravo y la escueta pero eficaz escenografía de Esmeralda Díaz.

Una delicia, en suma, que, sin excesivas filigranas, del todo innecesarias, por otro lado, se mantiene fiel en todo momento al buen hacer del genio de Bérgamo.

 

Alberto Núñez

 

FICHA ARTÍSTICA

 

DON PASQUALE CARLOS CHAUSSON

DR. MALATESTA BRUNO TADDIA

ERNESTO JOSÉ LUIS SOLA

NORINA BEATRIZ DÍAZ

CARLOTTO BRUNO PRIETO

 

ORQUESTA OVIEDO FILARMONÍA

CORO DE LA ÓPERA DE OVIEDO

 

DIRECTOR MUSICAL MARZIO CONTI

DIRECTOR DE ESCENA CURRO CARRERES

ESCENOGRAFÍA ESMERALDA DÍAZ

VESTUARIO SILVIA GARCÍA-BRAVO

ILUMINACIÓN EDUARDO BRAVO

COREÓGRAFO ANTONIO PEREA