Don Pasquale en la Ópera de Viena: Ruth Iniesta y Cyrille Dubois, dos traviesos tortolitos

                                                           Don Pasquale Viena Ruth Iniesta Por Luc Roger

Ruth Iniesta (Norina) y Cyrille Dubois (Ernesto) en ‘Don Pasquale’ © Michael Pöhn / Wiener Staatsoper

La directora escénica Irina Brook considera que Don Pasquale es una ópera feminista, sin por ello hacer de menos al personaje titular, un vejestorio que no tiene problemas en admitir sus 70 primaveras y al que no le falta sin duda coquetería para intentar parecer más joven. No hay sarcasmo, sino alegre bonhomía y humanidad en la presentación de este anciano que sueña con una compañera mucho más joven que él. Don Pasquale, un poco tacaño, es dueño de un club nocturno cuya decoración interior y disposición no ha cambiado desde hace más de cuarenta años y que parece más bien un gran café vienés.

La escenógrafa Noëlle Ginefri-Corbel ha puesto la fealdad del decorado al servicio de la producción, de acuerdo con Irina Brook, quien no cree que un decorado deba constituir un objeto en sí mismo. Una vez que supuestamente está casada con Don Pasquale, la traviesa Norina se hace dueña de la situación y ordena renovar el gran café de su marido sin importarle el precio, con un resultado muy llamativo. Norina adora el color rosa en todas sus tonalidades y el desdichado Don Pasquale, ante la visión del nuevo negocio, que parece más bien una tienda de chucherías, queda tan horrorizado por el mal gusto de su nueva esposa como el público. El acto final, que tiene lugar en el jardín, lleva el mal gusto ostentoso a su máxima expresión, con pequeñas palmeras iluminadas salpicadas de flamencos rosas. Así, Irina Brook ha dado un toque contemporáneo a esta ópera, que se representó por primera vez en el Théâtre Italien de París en 1843.

Ruth Iniesta (Norina) y Ambrogio Maestri (Don Pasquale) © Michael Pöhn / Wiener Staatsoper

Irina Brook destapa la caja de Pandora del humor, de la que salen despedidas maliciosas ráfagas en forma de bufonada. Este es el caso, en particular, de Don Pasquale: Ambrogio Maestri, barítono conocido por su Falstaff, utiliza su importante cintura para divertir al público y llega a desnudar su pechote al final de la función. Su ropa, los cambios de vestuario y el grotesco tupé que cubre su calva son recursos humorísticos conocidos, de los que la producción hace un gran uso. El cantante muestra una agilidad vocal poco común cuando, junto a Sergey Kaydalov, el segundo barítono del espectáculo, que interpreta el papel del Dr. Malatesta, se lanza a un diabólico sillabato que hace las delicias del público.

La dirección de Evelino Pidò favorece la línea melódica, pero el resultado no tiene chispa alguna. Evelino Pidò dirige la orquesta con gran seriedad, sin soltar la brida, y en el foso la emoción no está presente. Es la traviesa pareja de jóvenes tortolitos la que nos regala los mejores momentos de la noche. Don Pasquale Viena Ruth Iniesta

Cyrille Dubois (Ernesto) en ‘Don Pasquale’  © Michael Pöhn / Wiener Staatsoper

El tenor francés Cyrille Dubois presta su cuerpo esbelto, su desenvoltura y su elegancia natural al joven Ernesto, el sobrino desheredado de Don Pasquale, al que interpreta con bellas líneas de canto, gran claridad lírica y nobleza en los agudos. La soprano española Ruth Iniesta, dotada de una sólida técnica, interpreta a la falsa dominatriz con una actuación escénica muy lograda, con notas altas de preciosa riqueza y una coloratura fluida con buena sujeción. Especializada en el repertorio italiano y la zarzuela, su próximo viaje la llevará a Madrid para cantar Gilda.  La pícara y juguetona relación que se establece entre ambos deja varios momentos culminantes, como cuando Ernesto, vestido con un traje blanco y en plan gallito, le brinda a su amada una canzonetta ayudado por dos guitarristas mexicanos, o el famoso dúo final de amor en el que las voces de los jóvenes se entrelazan bellamente. Una velada de ópera ligera que resulta, en general, muy agradable.

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Staatsoper de Viena, 28 de abril de 2022. Don Pasquale, música de G. Donizetti y libreto en italiano de G. Ruffini. Dirección musical: Evelino Pidò. Dirección escénica: Irina Brook. Escenografía: Noëlle Ginefri-Corbel. Vestuario: Sylvie Martin-Hyszka. Iluminación: Arnaud Jung. Coreografía: Martin Buczko. Don Pasquale: Ambrogio Maestri. Ernesto: Cyrille Dubois. Malatesta: Sergey Kaydalov. Norina: Ruth Iniesta. Notario: Michael Arivony.Don Pasquale Viena Ruth Iniesta   Opera World