«Don Pasquale» inicia el curso lírico en el Liceu de Barcelona

                  Los revocables antaños de Don Pasquale en el Liceu   «Don Pasquale» Liceu Barcelona                                                                      Por Félix De la Fuente

"Don Pasquale" / Foto: © David Ruano
Sara Blanch y Carlos Chausson en «Don Pasquale» / Foto: © David Ruano

El Liceu arranca la temporada 2022-23 con una interesante producción de esa joya bufa que es Don Pasquale, donde el director Damiano Michieletto refleja al personaje en las facetas más ácidas de la senilidad, la desafección y la progresiva pérdida de referentes del anciano. Unas facetas que cuentan además las cortantes aristas de los jóvenes protagonistas, cuyos tejemanejes y desparpajos acaban por traslucir, en este montaje, un desapego absolutamente materialista. Puede el Liceu presumir, asimismo, de haber puesto en escena un cast envidiable, con tres protagonistas españoles que destellean en lo vocal y en lo dramático.

La casa de Don Pasquale / Foto: © David Ruano
La casa de Don Pasquale / Foto: © David Ruano

Se dibuja la casa de Don Pasquale con apenas los contornos luminosos del tejado, unos pocos enseres y el retrato fotográfico de una mujer junto a la cama. La escenografía de Paolo Fantin ubica así al protagonista en una casa de suburbio norteamericana de los años 50-60, un hogar humilde para un anciano adinerado cuya ubicación en el tiempo contrasta con una ópera que transcurre en el presente de los teléfonos móviles y el fondo Chroma verde del plató donde trabaja Norina.

El estudio de televisión contemporáneo donde Norina y Malatesta juegan con el attrezzo / Foto: © David Ruano
El estudio de televisión contemporáneo donde Norina y Malatesta juegan con el attrezzo / Foto: © David Ruano

La casa, como es sabido, sufre la súbita transformación en el segundo acto cuando la nueva “esposa” de Don Pasquale, Sofronia (en realidad, Norina), sustituye su fingimiento puritano por un dominador temperamento con el que se adueña de todo para hacer tabula rasa e instaurar una nueva estética. Todo ello acompañado de una minuciosa dramaturgia con todo tipo de artilugios, títeres y gags que arrancan desde la risotada pícara a la más mordaz e incómoda, esa que hace equilibrismo entre lo cómico y lo cruel, y que encuentra en esta ópera su entorno natural. 

Momentos de "Don Pasquale" / Foto: © David Ruano
Momentos de «Don Pasquale» / Foto: © David Ruano
Momentos de "Don Pasquale" / Foto: © David Ruano
Momentos de «Don Pasquale» / Foto: © David Ruano
Momentos de "Don Pasquale" / Foto: © David Ruano
Momentos de «Don Pasquale» / Foto: © David Ruano

Es precisamente en ese punto de equilibrio donde esperamos el bofetón de Sofronia/Norina a Don Pasquale según el libreto, y es también en ese punto donde, en perfecta connivencia con el texto, presenciamos otra bronca donde ella lo amenaza con pasar a las manos mientras amaga ¡un fortísimo agarrón en los testículos!… don Pasquale sufre un espasmo, entre una alucinación y un desvanecimiento donde se nos revela la razón de ser de todo el montaje: que la mujer de la fotografía es su madre, que él se afinca en la casa tal cual era como en un bastión de felicidad infantil, que su dinero le importa un comino, que no tiene otro familiar que un sobrino arruinado que duerme en el sofá, y que vive sin amigos ni otras relaciones sociales que no sean dos jovenzuelos y la asistenta que trabaja en casa.

La casa de Don Pasquale transformada / Foto: © David Ruano
La casa de Don Pasquale transformada / Foto: © David Ruano

Es en esta tesitura que la forzada renovación de la casa es el total lavado de la memoria física de los objetos con los que Don Pasquale se reafirmaba. Privado de sus referentes va quedando por momentos más y más desnortado y, a la vez, más expuesto la senectud. Así ocurre hasta en el propio desenlace, que alcanza su punto álgido no ya en la rendición de Don Pasquale, con el asentimiento al matrimonio de Norina y Ernesto, sino en la inmediatamente eufórica puesta en silla de ruedas del anciano para su internado en una residencia. En este punto de la ópera, Don Pasquale y sus efectos personales son, en efecto, el último objeto desfasado que debe salir de la casa, el último defecto que afea el renovado hogar donde Norina y Ernesto serán felices para siempre.

En lo musical, una noche de belcanto envidiable. A la pulcritud veterana del zaragozano Carlos Chausson en el rol protagonista se suman las tablas con las que es capaz de naturalizar todo ese plus que el director ha cargado sobre Don Pasquale. El Ernesto del donostiarra Xabier Anduaga es un revelador golpe de magisterio, del todo parejo al demostrado en escena por Sara Blanch como Norina y Sofronia. Al deslumbrante y laborioso canto de la terraconense se sumó una interpretación dramática del todo memorable. Más sumario fue el doctor Malatesta de Andrzej Filonczzyk, o el puntual notario de David Cervera. Completó el elenco el foso del maestro Josep Pons, con una orquesta precisa como siempre y eufórica por momentos donde pugnó ocasionalmente con el volumen de unas voces a las que la desabrigada escenografía no ofrecía una mayor resonancia. «Don Pasquale» Liceu Barcelona

Con el talante de este Don Pasquale, Michieletto nos ofrece una narración que es, de algún modo, siempre fiel y siempre traidora del libreto, donde el retrato más frágil del anciano para nada anula sus despotismos, ni sus crueldades, ni sus lujurias de viejo verde, pero sí lo reviste de un conmovedor patetismo y de la humana fragilidad de quien va perdiendo los asideros de sí mismo. Este Don Pasquale se complejiza con ese antaño que nos atañe, con ese vaciado que tañe en el pecho de nuestros mayores conforme se ven enajenados de aquello a lo que acostumbran. «Don Pasquale» Liceu Barcelona


Ficha artística: Don Pasquale (Gaetano Donizetti). Carlos Chausson, Xabier Anduaga, Sara Blanch, Andrzej Filonczyk, David Cervera, Sonia Aguirre. Orquesta y coro del Gran Teatro del Liceo. Director musical: Josep Pons. Dirección de escena: Damiano Michieletto. Crítica de la función del 1 de octubre de 2022.  «Don Pasquale» Liceu Barcelona                    OW