Don Quijote visto por Pírfano, Ravel y Falla

Don Quijote visto por Pírfano, Ravel y Falla
Don Quijote visto por Pírfano, Ravel y Falla

Sobre la figura literaria de Don Quijote de la Mancha se han volcado artistas de la más diversa índole, – pintores, escultores, literatos, músicos – en un intento de reinterpretar el personaje que ideara el genial Don Miguel de Cervantes. Y como consecuencia de la celebración del IV Centenario de tan inmortal obra, encontramos ahora este disco que nace bajo el patrocinio de la Comunidad Castellano Manchega, y que nos ofrece una triple visión musical del sublime loco en el que se inspiraron Manuel de Falla, Maurice Ravel e Íñigo Pírfano.

Para llevar a cabo este proyecto se ha contado con un elenco muy bien conjuntado como es la Orquesta Académica de Madrid, dirigida por el ya citado Íñigo Pírfano, orquesta que aúna veteranía y juventud entre sus miembros, consiguiendo un difícil equilibrio que se traduce en unas buenas veersiones de las obras interpretadas.

Don Quijote está aquí visto musicalmente por tres compositores muy diferentes entre sí, pero con los suficientes puntos comunes como para confluir en este homenaje al héroe cervantino. Son distintas versiones, distintas perspectivas que configuran una semblanza musical del personaje, de su vida, de sus emociones, de sus sueños en los que se mezclan la realidad y la fantasía. Hay como una disección del espíritu quijotesco, pero desde una vertiente musical con la espléndida aportación del Falla del Retablo, el lírico sentimiento de Ravel al incluir unas hermosas páginas del héroe cervantino a la idealizada Dulcinea, y la pintura musical basada en la música popular manchega que acertadamente sabe crear Pírfano.

Vayamos brevemente por partes. El disco que nos ocupa y que fue consecuencia de los actos con los que Castilla- La Mancha celebró el IV Centenario de Don Quijote, se inicia con una breve pieza de Íñigo Pírfano, Fandango de Don Quijote, donde el autor ha recogido las esencias de la música popular manchega, basándose en la estructura de un fandango para desarrollar dos temas muy claramente definidos. De un lado la imagen del gran soñador y de otro la idealización del amor, en la soñada figura de Dulcinea. Se advierte una hermosa orquestación, donde los aires de indudable inspiración popular son la base, la idea inicial, la excusa, para desarrollar toda una brillante y breve página plena de inspiración. El propio Pírfano conduce la orquesta produciéndose esa complicidad entre director, atriles en una lectura impecable de la obra.

Un Don Quijote visto por Pírfano pero también por Ravel y por Falla. Del francés Chanson romanesque, Chanson épique y Chanson à boire. Tres momentos cargados de lirisimo y de apasionamiento, momentos que hacen que se luzca adecuadamente un buen barítono como es José Bernardo Álvarez que cuenta con el eficaz acompañamiento de la Orquesta Académica de Madrid.

Pero claro, la obra estrella no puede ser otra que la genial versión que supo hacer Manuel de Falla, en relación con el conocido pasaje del retablo de Maese Pedro. Un episodio literario que encuentra una interpretación musical rayana en la perfección, dentro de la obra del compositor gaditano. La versión se distingue porque es muy personal. La forma de llevarla a cabo por parte de Pírfano es especialmente interesante, tanto en lo que se refiere a la orquesta como en los tres personajes de la obra. El tempo es adecuado si bien parece un poco más premioso en la introducción pero esto puede no pasar de ser una simple apreciación personal. Lo cierto es que alcanza un buen nivel interpretativo, cuidando mucho los matices, estando bien atento a las dinámicas y consiguiendo un resultado global muy interesante. Las voces también llaman la atención, puesto que se elige para el personaje de Maese Pedro, a un intérprete –Arturo Garralón- que se aleja del concepto de tenor tradicional. Su voz y su forma de cantar encajan de forma muy peculiar en el espíritu de farsa que puede tener la intervención del personaje. Inmaculada Férez encarna a un acertado Trujumán, con algún momento que puede parecer un tanto exagerado, pero siempre a un alto nivel. Y José Bernardo Álvarez encarna con sobriedad y eficacia al personaje de Don Quijote. En definitiva una interesante versión del Retablo de Maese Pedro, con la que se pone buen broche a esta perspectiva musical del personaje cervantino a través de la música de Pírfano, Ravel y Falla.

José Antonio Lacárcel