DVD de Lulu en Berlín con dirección de Daniel Barenboim

DVD de Lulu en Berlín con dirección de Daniel Barenboim

Cuando Alban Berg murió inesperadamente, en 1935, su segunda y más ambiciosa ópera -y también la más compleja-, Lulu, quedó incompleta. Desde entonces, todos los intentos por completarla han resultado más o menos convincentes. La presente versión, realizada expresamente para la Staatsoper Unter den Linden de Berlín por el musicólogo David Robert Coleman, elimina el prólogo (donde el director del circo indica que la protagonista es su animal más peligroso y fascinante) y la escena de la subasta en París, quizá la más “operística”, en aras de obtener una mayor concisión dramática y musical. 

Es este último aspecto, precisamente, lo primero que hay que resaltar: la extraordinaria prestación del conjunto titular, la Staatskapelle, que, al mando de su titular, Daniel Barenboim, es de una claridad pasmosa, resaltando la elaboradísima estructura sonora que sirve de apoyo a la obra, sobre la que la misma se sustenta, con una exactitud ejemplar. Pocas veces se han escuchado las líneas berguianas con tal transparencia y precisión, y, al mismo tiempo, con una temperatura teatral y dramática de primer grado, como una espìral que va ascendiendo gradualmente hasta llegar al trágico e inevitable desenlace final, con el asesinato de la protagonista.

Bajo la implacable rectoría del maestro bonaerense, el equipo vocal funciona asimismo como un mecanismo de relojería. Una de las estrellas femeninas de hoy, la soprano alemana Mojca Erdmann, no parece tener ningún problema para solventar la tremenda escritura de la figura principal, aunque su visión del personaje sea tal vez excesivamente aniñada. Su Lulu contrasta poderosamente con la Condesa Geschwitz de Deborah Polaski, imponente en su presencia antes incluso de empezar a cantar, patética en su encarnación de la aristócrata que se degrada por amor y es la única que permanece junto a la joven hasta el final. Muy bien todos los hombres, con mención especial para el barítono Michael Volle como Dr. Schön y Jack el destripador y el tenor Stephan Rügamer como el Pintor y un Negro.

La producción de Andrea Breth tiene esa típica solidez escénica germánica que tan bien. Su mayor novedad es, sin duda, la utilización de una actriz como doble de la heroína, lo que otorga cierta variedad a la acción. Los muros de Erich Wonder son funcionales y un tanto fríos (menos sugerentes, sin duda, que la escenografía que creó para Peter Mussbach en el Festival de Salzburgo, una sencilla espiral roja en constante movimiento), y muy elegantes los trajes de Moidele Bickel

En conjunto, posiblemente la mejor Lulu que puede encontrarse en la actualidad en formato de DVD.

Rafael Banús Irusta