DVD. Eugenio Oneguin. Tchaikovski

DVD.Eugenio-Onieguin

TCHAIKOVSKY: “Eugenio Oneguin”. Marius Kwiecien, Anna Netrebko, Piotr Beczala, Oksana Volkova, Alexei Tanovitski, Elena Zaremba, Larissa Diadkova, John Graham-Hall. Coro,  Orquesta y Ballet del Metropolitan Opera House. Dirección musical: Valery Gergiev. Dirección escénica: Deborah Warner. Decorados: Tom Pye. Vestuario: Chloe Obolensky. Vídeo: Ian William Galloway, Finn Ross. Coreografía: Kim Brandstrup. Dirección de vídeo: Gary Halvorson. Grabación en vivo: Nueva York, Metropolitan Opera House, 5-X-2013. Deutsche Grammophon 073 5114 (2 DVDs).

Hace unos años, el Metropolitan de Nueva York presentó en DVD un “Eugenio Oneguin” dirigido escénicamente por Robert Carsen y con un reparto de cinco estrellas encabezado por Dmitri Hvorostovsky, Renée Fleming y Ramón Vargas, bajo la batuta de Valery Gergiev. El maestro ruso está también en el foso de esta nueva versión de la obra maestra operística de Tchaikovski. Lo cual es una garantía de autenticidad, pues además de hacer sonar la orquesta y el coro excelentemente, sabe extraer un color absolutamente adecuado a la partitura. Su lectura tiene atmósfera, sentido dramático y veracidad, sin caer nunca en el sentimentalismo. Toda la producción rezuma ese sabor genuino, es quizá menos “internacional” que la precedente (indiscutiblemente muy hermosa), pero a cambio es posiblemente más “rusa”. El trabajo de Deborah Warner, procedente de la English National Opera de Londres, revela la mano de una auténtica persona de teatro, muy influida a su vez por los dramas de Anton Chéjov y por las pinturas de finales del siglo XIX, devolviéndole a la obra su origen de “escenas líricas” tan querido por el compositor. El resultado es sencillo a la vez que muy bello.

Anna Netrebko ha debutado recientemente como Tatiana, porque, según ella misma confiesa en la entrevista que le hace entre bambalinas su colega Deborah Voigt, aún no se sentía lo suficientemente madura para abordar el papel. Sin embargo, a nuestro juicio nos parece que quizá haya esperado demasiado, pues resulta mucho más convincente cuando se convierte en una alta dama de la aristocracia que en la adolescente de la escena de la carta para la que le falta un punto de candor y de lirismo. La voz se ha oscurecido considerablemente -lo que le ha permitido afrontar exigentes cometidos de Verdi y Puccini (y vislumbra en un horizonte no demasiado lejano incluso algún Wagner, como la Elsa de “Lohengrin”)-. Su joven Tatiana, para entendernos, presagia ya su futura tragedia, lo cual es una opción igualmente posible. En el aspecto físico también está más creíble en la segunda parte (puesto que, tras su maternidad, está más “rellenita” que hace unos años, cuando abordó la “Traviata” salzburguesa). Pero son pequeñas salvedades, porque la categoría de la artista y su absoluta entrega quedan siempre bien patentes, así como la calidad de su instrumento, que tiene poca competencia en la actualidad.

 

En cuanto a los restantes protagonistas, parecen haber nacido para encarnar a sus respectivos personajes, incluso en lo visual, sobre todo Piotr Beczala y Oksana Volkova (que tienen unas facciones auténticamente eslavas). El tenor polaco se ha convertido en el legítimo heredero de Nicolai Gedda en este papel, del que hacía una verdadera creación por su efusión, su caluroso lirismo y su arrebatado fulgor, que volvemos a encontrar en su sucesor. Su compatriota, el barítono Marius Kwiecien, encarna al indolente personaje titular de manera asimismo ideal, por la belleza de su timbre, la nobleza del canto y una total credibilidad expresiva, en su cambio de actitud desde su frialdad inicial hasta el arrebato del cuadro final. Es entrañable ver a dos veteranas como Elena Zaremba (que fue Olga en la anterior edición del Met) y Larissa Diadkova, quienes dan todo su empaque y su carácter a madame Larina y a la doncella Filipievna. En suma, un “Oneguin” muy recomendable.

 

Rafael Banús Irusta