Son pocas las ocasiones que las casas discográficas, SONY en este caso, nos ofrecen música desconocida de compositores vivos que sean perfectamente audibles. Sin embargo la propuesta que nos llega de la mano del pianista Eduardo Frías es muy decepcionante.
Eduardo Frías es una magnífico pianista que sabe transmitir fuerza y delicadeza con unas interpretaciones llenas de matices y con voluntad de poner en valor las partituras que interpreta. Acaba de presentar con un concierto en el Carnegi Hall de Nueva York esta grabación, y el éxito personal ha sido muy grande. No así el compositor al que la crítica lo ha destrozado. Grundman no es ni un compositor clásico ni de vanguardia. Su música se mueve en un terreno que no transmite prácticamente nada. Parecen composiciones de compromiso sin inspiración ni riesgos. Haydiniana, Mozartiana y Chopiniana no dejan de ser partituras pegadas a estos grandes compositores que no aportan esencia alguna.
En esta ocasión puede decirse claramente que el interprete supera al compositor con mucho.
Francisco García-Rosado