Ballet Nacional Veranos Villa Sombrero Por Cristina Marinero
No se lo pierdan. Va a ser de las últimas ocasiones en las que el Ballet Nacional de España, que dirige Rubén Olmo, interpreta la obra maestra de Antonio Ruiz Soler en Madrid, cuando se cumplen 65 años de su estreno.
Y es dentro de la programación de Veranos de la Villa, festival que dirige Ángel Murcia y quien ha programado El sombrero de tres picos del 2 al 5 de agosto, junto a Estampas flamencas, en la primera parte, palos flamencos que Antonio representó con frecuencia con su compañía, a través de la visión de Rubén Olmo y Miguel Ángel Corbacho. Ballet Nacional Veranos Villa Sombrero
La función es todo un homenaje –derivado del programa creado para celebrar, en 2021, su centenario- a quien fue estrella internacional durante más de cincuenta años y segundo director del Ballet Nacional de España, el artista de nuestra danza que fue conocido solo por su nombre o acompañado del apodo El Bailarín.
Su coreografía de El sombrero de tres picos es la obra maestra de danza española del ballet que Manuel de Falla compuso a petición de Serge Diaghilev, para sus Ballets Russes, con coreografía de Leonide Massine. Estrenado en Londres, el 22 julio de 1919, en el Alhambra Theatre, ofrecía lo que nuestra recordada maestra Mariemma calificaba con tino “una fantasía sobre la danza española”. Ella y Antonio habían sido invitados por Massine para protagonizar El sombrero… en la Scala de Milán, en 1952, y ambos pidieron al ruso recrear sus solos con el lenguaje auténtico de nuestro baile.
Y es que la coreografía de Massine posee el perfume de la danza española, pero, en muchos momentos, vemos pasos que no poseen la dinámica y formas orgánicas de ella. Eso sí, apuntaló una estructura para el ballet –derivada de la sabiduría de los rusos en la tradición de los grandes títulos creados en Moscú y San Petersburgo- que influenció positivamente la composición de Falla, quien con El sombrero… se estrenaba en la composición de ballets. Luego, lo que aprendió en esta creación junto a Diaghilev, Massine y los bailarines rusos lo volcó en su reelaboración de El amor brujo como ballet, estrenado en 1925, en París, por Antonia Mercé La Argentina.
Massine se había enamorado absolutamente de nuestra danza, impulsado quizás por ser él un bailarín menos afinado en la técnica y más en el temperamento. Lo protagonizó y continuó prácticamente toda su vida remontándolo en diferentes compañías, e, incluso, adoptó como vestimenta habitual para ensayos los pantalones negros de cintura alta que Pablo Picasso, quien había diseñado escenografía y vestuario para el estreno de 1919, aportó al personaje de El Molinero.
Antonio estrenó su propia versión de El sombrero de tres picos en 1958, con su compañía privada, en el Festival Internacional de Música y Danza de Granada –imposible no relacionar su citada colaboración con Massine, en 1952, como punto de partida de la idea-. Después, lo remontó para el Ballet Nacional de España, cuando fue director entre 1980 y 1983, y es uno de los títulos estrella de la compañía del Ministerio de Cultura.
No se lo pierdan, como decíamos en el inicio de este artículo, porque es uno de los puntales de nuestra cultura. Es una de las creaciones magnas de danza española y el Ballet Nacional de España, además, lo representa con los diseños que Pablo Picasso realizó para aquel histórico estreno de 1919 de los Ballets Russes de Diaghilev que marcó un punto de inflexión para nuestro arte. Ballet Nacional Veranos Villa Sombrero
Más información y entradas:
https://tienda.madrid-destino.com/es/actividades-culturales/estampas-flamencas-el-sombrero-de-tres-picos/
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