El brillante descoloque de ARIADNE AUF NAXOS en el Liceu

El brillante descoloque de ARIADNE AUF NAXOS en el Liceu Por Félix de la Fuente

Foto: ©David Ruano
Foto: ©David Ruano    El brillante descoloque de ARIADNE AUF NAXOS en el Liceu

En su estreno, antecedida por el boato de la primera plana política sobre alfombra roja y photocall, el descoloque al que juegan compositor y libretista con «Ariadne auf Naxos» abre la temporada del 175º aniversario del Liceu, fruto del inteligente y pizpireto montaje de Katie Mitchell.

Por su contenido, la ópera original de Richard Strauss y Hugo von Hofmannsthal bien podría titularse algo así como «La infiel Zerbinetta y sus cuatro amantes, y Ariadne en Naxos» puesto que el acto principal nos propone una suerte de collage donde interactúan la pieza ligera de comedia de’ll arte protagonizada por Zerbinetta y la tragedia griega de Ariadne, abandonada en la isla de Naxos por Teseo tras la historia del minotauro.

Zerbinetta y sus cuatro amantes ©David Ruano
Zerbinetta y sus cuatro amantes    ©David Ruano

Un prólogo nos explica cómo se ha llegado a semejante descoloque: en la casa del «hombre más rico de Viena», se presenta el trajín de preparativos del servicio de la casa y de los dos equipos creativos de ambas funciones musicales; un maestro de danza del lado cómico, y un maestro de música y la compositora del lado trágico. Frente al dilema de qué representar antes, el acaudalado vienés decide cortar por lo sano, nunca mejor dicho, y que ambas se representen… ¡a la vez! Pero a la vez no significa que sucedan simultáneamente como historias autistas ajenas entre sí, sino que interactúen e improvisen entre ellas… que choquen sus mundos antagónicos y algo genuino de ese choque sacuda con suerte al espectador.

El montaje Katie Mitchell para estas ocho funciones del Liceu ofrece un aliciente añadido, en tanto que incorpora ciertas visiones de género que actualizan la obra sin contravenir su espíritu (al contrario de lo que ocurría no hace tanto en Otello y enriqueciendo, si cabe, el texto original.

La compositora y la actriz que representará a Zerbinetta ©David Ruano
La compositora y la actriz que representará a Zerbinetta ©David Ruano

Así pues, en el prólogo, el personaje de la compositora aparece en su valía profesional como mujer —sin travestirse, como dicta el libreto—, y ello da pie además a una aguda situación con la actriz que representará a Zerbinetta en la obra dentro de la obra. Recordemos que al anunciárseles que deben representar conjuntamente comedia y tragedia, la compositora es reacia alegando la pureza y hondura de su Ariadne, y es la actriz cómica la que acaba convenciéndola con una confesión íntima que la encandila hasta darse unas sugerentes caricias. Y, sin embargo, a la postre, el prólogo bajará el telón con Zerbinetta dándole una bofetada a la compositora en su salida de escena, cuando esta vuelve a rechazar una representación conjunta que ya no tiene marcha atrás… Ella allí, inmóvil, atónita, en lo que podría verse como un abrupto desengaño parejo al de la Ariadna que ella misma había escrito.

Es en el acto principal, aprovechando la presentación que las náyades hacen de Bacchus al evocar su nacimiento como un niño, donde Mitchell hace su apuesta más radical haciendo que ¡una Ariadne embarazada de a luz sobre la mesa! La directora consigue que, en cierto sentido, esta visión como madre transfigure el hilo de Ariadna (que indicó el camino de vuelta a Teseo dentro del laberinto) en el cordón umbilical de su hijo. Y además lo hace con visos de redimir su desconsolado fatalismo, puesto que ese niño introduce musicalmente al dios Baco, que caerá enamorado ante ella y la hará su mujer.

©David Ruano
©David Ruano   El brillante descoloque de ARIADNE AUF NAXOS en el Liceu

En cuanto a la escenografía, Chloe Lamford reúne ambos actos en las mismas habitaciones, que no buscan brindar mayor reflexión sino alojar convenientemente: hacia la derecha, un salón de la casa del adinerado anfitrión y a la izquierda, una antesala. Del embrollo doméstico del primer acto para retirar enseres y preparar la velada se pasa a un segundo acto donde la antesala aloja a los espectadores y el salón una mesa sobre un rectángulo enarenado y ribeteado por LED, que evoca una isla de Naxos a modo de alfombra con la orilla luminosa. James Farncombe utiliza esa orilla para crear atmósferas cromáticas a la vez que integra unas bombillas en el vestido de Zerbinetta para dar una cierta chispa esperpéntica al conjunto.

©David Ruano
©David Ruano  El brillante descoloque de ARIADNE AUF NAXOS en el Liceu

En lo musical, una noche sólida bajo la batuta del maestro Josep Pons al frente de la reducida orquesta prevista por Strauss, elevada a medio foso.

La báquica despreocupación de Zerbinetta encuentra en Elena Sancho Pereg plena solvencia y, de hecho, las laberínticas agilidades de su «Grossmächtige prinzessin» fueron la única pieza aplaudida de la noche. Por su parte, Miina-Liisa Värelä ilustró el fatal desamparo de una Ariadne de hermoso canto y caudal, que se entregará finalmente al potente Bacchus, no exento de algún altibajo puntual, de Nikolai Schukoff. Excelente la compositora de Samantha Hackey y buena contrapartida del maestro de música interpretado por José Antonio López.

Como decíamos, el montaje Katie Mitchell para esta «Ariadne auf Naxos» en el Liceu nos brinda una resignificación de género en ciertos elementos que no solo enriquece ante nuestros ojos, hoy, la narrativa de la ópera, sino que lo hace sin contravenir su espíritu y en absoluta coalescencia con el texto y el descoloque que plantean Strauss y von Hofmannsthal.


Ariadne aux Naxos, de Richard Strauss y Hugo von Hofnannsthal. Mayordomo (Maik Solbach), maestro de música (José Antonio López), compositora (Samantha Hankey), Bacchus (Nikolai Schukoff), maestro de danza (Roger Padullés), Zerbinetta (Elena Sancho Pereg), primadonna / Ariadne (Miina-Liisa Värelä), Arlequín (Benjamin Appl), Náyade (Sonia de Munck), Dríade (Anaïs Masllorens), Echo (Núria Vilà). Orquesta sinfónica del Gran Teatre del Liceu. Dirección musical (Josep Pons). Dirección escénica (Katie Mitchell). Crítica del estreno del 22 de septiembre de 2021.